Bahía Blanca | Martes, 08 de julio

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Retenciones (el regreso): ¿de qué manera afecta a los productores?

La alícuota del 33 % en soja permitiría rentabilidad positiva sólo a la producción del cultivo de segunda, pero con una caída en el margen de 10 p.p. El informe es de la Bolsa de Cereales de Entre Ríos y de la Facultad de Ciencias Económicas de la UNER. 

La medida de restablecer la alícuota de soja al 33 % y a 12 % la de maíz y sorgo —dispuesta desde este martes 1 de julio— genera una disminución en los ingresos de los exportadores de 27 y de 5 dólares, respectivamente.

Si se traslada en su totalidad al precio pizarra, el resultante para cada cultivo será de aproximadamente 247 dólares por tonelada para la soja (—10 %); 168 U$S/T para el maíz (—2,7 %) y 162 U$S/T para el sorgo (—2,7 %).

De acuerdo con la estructura de costos actual de los principales cultivos, el pago de arrendamientos anuales, el esquema vigente de derechos de exportación y las cotizaciones del viernes 27 de junio (pizarra Rosario, convertidos a dólares con el tipo de cambio mayorista), la Bolsa de Cereales de Entre Ríos —junto a la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Nacional ER— estimaron los distintos escenarios de precios y márgenes económicos según las variaciones en las alícuotas y los rendimientos por cultivo.

Repasando la historia previa, los productores de la campaña 2024/25 de soja, tanto de primera como de segunda, y de maíz, con los mismos precios del citado día 27, obtendrían una rentabilidad positiva en la producción en razón de los altos rendimientos.

Los productores de sorgo, sin embargo, experimentarían pérdidas de alrededor de 70 dólares por hectárea.

“Si realizamos una proyección en el caso del trigo, con los costos actuales para la campaña 2025/26 y el promedio de rendimiento de los últimos cinco años, los productores experimentarían un margen bruto igual a cero”, se aclaró en el informe de la entidad.

Respecto del impacto de estos precios en la campaña actual, si se analizan los rendimientos ocurridos en la campaña 2024/25 con los nuevos valores estimados, los productores arrendatarios de soja de primera, que aún no hayan asegurado sus ingresos por la producción, verían afectada la ecuación económica.

En este caso, pasarían de beneficios de 33 dólares por hectárea a pérdidas de alrededor de 45 dólares por hectárea.

“Si seguimos el supuesto de que las modificaciones en los derechos de exportación serán totalmente trasladadas a la cotización del mercado local, para lograr un margen bruto igual a cero en la campaña actual el precio de la soja necesitaría caer, como máximo, hasta 255 dólares por tonelada, cotización que se obtendría con un tope cercano al 31 % en el derecho de exportación”, se describió.

Asimismo, la alícuota en la oleaginosa del 33 % permitiría rentabilidad positiva sólo a la producción de soja de segunda, pero con una caída de 10 puntos porcentuales en el margen.

Para el caso del maíz, el restablecimiento de la alícuota al 12 % también permite beneficios, pero con una caída de 4 puntos porcentuales.

El caso del sorgo es el más complejo, ya que sólo un aumento del precio en el mercado local a 186 dólares por tonelada evitaría incurrir en resultados deficitarios a los productores arrendatarios.
Esto sólo sería posible —se agregó— si se elimina su correspondiente derecho de exportación y, además, mejora la cotización internacional, ya que el precio FOB actual se encuentra un 1,6 % por debajo del necesario.

La proyección que viene

En la campaña 2024/25 el rendimiento de la soja de segunda fue el más alto en las últimas quince campañas y, además, tanto la de primera, como el maíz, experimentaron rindes altos, lo que suaviza el impacto de la medida.

Si proyectamos los márgenes económicos en función de los costos actuales, los rendimientos promedio de las últimas cinco campañas (excluyendo la 2022/23, debido a la fuerte sequía que distorsionó los resultados) y las estimaciones de precio considerando los cambios previstos en el esquema de DJVE, los resultados han sido evidentes.

Respecto de los precios que aseguran un margen bruto igual a cero en estas condiciones, se indicó que un valor de 291 dólares por tonelada en soja permitiría que, tanto los cultivos de primera como de segunda, no incurran en pérdidas económicas.

“Para ello, el derecho de exportación a la soja debe ser, como máximo, del 20 %. Sin embargo, el mercado de futuros proyecta alcanzar dicho precio en la posición enero 2026, basado en las cotizaciones de A3 Mercados. Además, dicha cotización también evitaría que la estrategia anual trigo (precio actual) más soja de segunda obtenga resultados negativos”, se explicó.

La cobertura de pérdidas

En el caso del maíz es necesario un precio de 193 dólares por tonelada, el cual supera al FOB actual.

“Esto quiere decir que la quita de derechos de exportación al cultivo no alcanza para que se eviten pérdidas”, se agregó.

“La cobertura de los costos podría lograrse a partir de la mejora en la cotización internacional, una baja en las alícuotas y/o rendimientos por encima de los históricos”, se sostuvo.

En el caso del sorgo se necesita un precio de 192 dólares por tonelada, que también supera al internacional.

Al igual que el maíz, debería conjugarse una mejora en la cotización, un aumento en el rendimiento respecto al promedio y/o la quita de los derechos de exportación a este cultivo.