Bahía Blanca | Lunes, 14 de julio

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Lo sufre uno de cada 2 trabajadores: qué es el "estrés económico"

Una radiografía del malestar social que supera la pobreza monetaria. Informe del Observatorio de la Deuda Social Argentina (ODSA) de la Universidad Católica Argentina.

Uno de cada dos argentinos, específicamente más del 50% de la población urbana, experimenta actualmente "estrés económico".

Esta preocupante cifra surge del más reciente informe del Observatorio de la Deuda Social Argentina (ODSA) de la Universidad Católica Argentina (UCA), titulado "Estrés económico y movilidad social en la Argentina urbana (2010-2024)".

El estudio fue presentado hace pocos días por Agustín Salvia, director del ODSA, junto a los investigadores Julieta Vera y Juan Ignacio Bonfiglio.

¿Qué es el "Estrés Económico"? Es una categoría que mide la percepción de insuficiencia de ingresos en los hogares.

No se limita a si los ingresos alcanzan para cubrir una canasta básica, sino que incorpora la propia evaluación de las personas sobre su capacidad para cubrir necesidades básicas y mantener niveles adecuados de consumo y ahorro.

Este concepto se basa en la premisa de que los umbrales monetarios por sí solos no explican completamente las experiencias de exclusión, y que los hogares evalúan su situación en función de referencias normativas, aspiraciones y experiencias previas.

Como destacó Agustín Salvia, "el sentido común del 'no me alcanza' muestra una visión más realista de la pobreza, por más que sea un factor subjetivo".

El informe propone incorporar el estrés económico como un complemento a las mediciones tradicionales de pobreza por ingresos, ofreciendo una perspectiva más integral del problema y permitiendo comprender el impacto social más profundo del modelo económico actual.

Un fenómeno generalizado

Por primera vez desde la pospandemia de 2021, el indicador de estrés económico ha superado el 50%, acercándose a los niveles registrados en 2016, cuando los aumentos tarifarios impactaron fuertemente en los hogares.

La investigación revela que:

--Entre 2017 y 2024, el 75,7% de los hogares pobres y el 89,8% de los hogares indigentes manifestaron atravesar estrés económico.

--La percepción de malestar se ha generalizado más allá de los grupos históricamente afectados, con un aumento sostenido incluso en los estratos medio-altos.

--La presencia de niños y niñas en los hogares también se asocia con mayores niveles de estrés económico, debido al aumento de la carga económica y emocional que implica la crianza en contextos de incertidumbre.

El estudio pone en tela de juicio las afirmaciones oficiales sobre la relación entre el aumento de la demanda laboral y los salarios "atractivos", ya que uno de cada dos argentinos experimenta este estrés por no poder cubrir sus necesidades ni mantener sus niveles de consumo y ahorro.

Tendencia ascendente

Desde 2010, los tres indicadores relevados por el ODSA-UCA (pobreza, indigencia y estrés económico) muestran una tendencia ascendente. Es importante destacar que el estrés económico se ha mantenido siempre por encima de la pobreza por ingresos, con una brecha que oscila entre 10 y 20 puntos porcentuales a lo largo del período analizado.

Un ejemplo clave de este desacople se observó entre 2019 y 2020: el estrés económico disminuyó a pesar de que la pobreza por ingresos aumentó, en un contexto de pandemia y medidas de asistencia estatal.

Esto subraya cómo la percepción de los hogares puede diferir de las métricas puramente monetarias.

Además, Salvia sostuvo que el estrés económico revela un "aumento sostenido de la tasa de la pobreza entre 2022 y 2024", lo cual contrasta con el "dato oficial" que, según él, "no observa un pico en 2023 y una baja muy pronunciada en 2024".

El informe concluye que el deterioro de las condiciones de vida en Argentina no se refleja únicamente en los "números duros", sino también en una creciente percepción de malestar, incertidumbre y dificultad para proyectar el futuro.

La incorporación del "estrés económico" permite una visión más completa de las condiciones de vida de los hogares, analizando la dinámica de los cambios y qué eventos o transformaciones llevan a un hogar a sentir que sus ingresos ya no alcanzan.

El estudio fue elaborado por el Barómetro de la Deuda Social con el apoyo de diversas instituciones, incluyendo la Red CONICET sobre Dimensiones Socioeconómicas del Desarrollo Sostenible, la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica, Fundación La Nación y Banco Galicia.