Bahía Blanca | Martes, 01 de julio

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Carne aviar: ¿cuáles son las razones de una cadena cada vez más consolidada?

Dos factores coinciden de manera determinante para el futuro del sector: la ratificación del consumo interno y las posibilidades de nuevos mercados de exportación.

En el país se consumen 45 kilos de pollo por habitante por año. / Fotos: Rodrigo García-La Nueva. y Archivo LN.

“El consumo de carne aviar en la Argentina mostró un crecimiento estructural sostenido en las últimas dos décadas, consolidándose como una de las principales fuentes de proteína animal en la dieta de los argentinos”, dijo la Lic. Emilce Terré, economista jefe de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR).

“En el año 2000 el consumo aparente era de apenas 960.000 toneladas, lo que equivalía a 26,6 kilos por persona al año”, agregó.

“Desde entonces, el consumo per cápita creció de forma ininterrumpida durante más de una década, reflejando tanto una mayor producción como una creciente aceptación de la carne de pollo frente a otras alternativas”, sostuvo.

También señaló que, a partir del año 2011, el consumo per cápita superó los 39 kilos y, desde 2015, se mantuvo por encima de los 45 kilos anuales.

“El consumo aparente, por su parte, se ubica desde 2019 por encima de las 2 millones de toneladas, más del doble respecto del año 2000”, dijo.

“Pese a ello, en la última década se observa un virtual estancamiento del consumo per cápita en torno a los 45 kilos por habitante por año. Es decir, el consumo aparente va aumentando a un ritmo parecido al del crecimiento poblacional”, explicó Terré.

A través de un informe del área económica de la BCR, en el año 2024 el consumo aparente fue de 2,1 millones de toneladas (sin cambios respecto al año previo), lo que implica un consumo —per cápita— promedio de 45,2 kilos por habitante por año.

“Esto sugiere una posible saturación relativa del mercado interno”, aseguró.

“Es difícil pensar que, siendo la Argentina el sexto país de mayor consumo per cápita de carne aviar del mundo, haya margen para aumentar en gran medida la demanda doméstica”, añadió Franco Ramseyer, también de la Bolsa de Comercio de Rosario.

“En ese contexto, los mercados internacionales constituirán un destino estratégico para los incrementos de producción que puedan lograrse a futuro”, manifestó.

Asimismo, afirmó que el mercado de exportación de carne aviar es relativamente pequeño si se lo compara con el de carne bovina.

De acuerdo con datos de Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación (SAGyP) y el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec), en el año 2024 se exportaron 185.000 toneladas de productos avícolas comestibles —como pollo entero y trozado y procesados— por un total de 222,2 millones de dólares.

Este monto representa apenas un 6 % de las divisas que ingresan al país por exportaciones del complejo de carne y cueros bovinos.

“En volumen, las exportaciones en el año 2024 aumentaron un 15,7 % interanual, pero estuvieron un 15,9 % por debajo del promedio de los últimos cinco años, lo que se debe a un saldo exportable cada vez menor como resultado de una producción que se mantuvo constante en el último lustro, frente a un consumo interno que fue creciendo a medida que la población aumentaba, aunque constante en términos per cápita”, indicó.

Por su parte, en el año 2024 se exportaron productos comestibles avícolas a un total de 24 países. “El primer destino, según su importancia en valor exportado, fue Vietnam, que concentró el 17 % de las compras; en segundo lugar, se encontró Brasil, que acaparó el 14 %, mientras que en el tercer puesto se ubicó Sudáfrica, con un 11 %”, detalló Ramseyer.

La historia

De acuerdo con los datos de la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación (SAGyP), la faena de aves en la Argentina experimentó un notable crecimiento entre los años 2000 y 2012.

En el citado segmento se pasó de 348 millones de cabezas a más de 734 millones, lo que representó un incremento del 110 % en apenas doce años.

“Este período expansivo estuvo impulsado por el fuerte aumento de la demanda interna y externa, y acompañado por una mayor disponibilidad de insumos clave como el maíz y la harina de soja, que son la base de la alimentación aviar”, explicó Terré.

“La expansión sostenida de la agricultura permitió asegurar el suministro de estos granos, lo que resultó fundamental para sostener el crecimiento del sector avícola durante esa etapa”, añadió.

A partir del año 2013 el ritmo de crecimiento de la cadena se detuvo y la faena aviar ingresó en una etapa de madurez.

claró, sin embargo, que a partir de 2013 el ritmo de crecimiento se detuvo y la faena ingresó en una etapa de madurez. En los últimos diez años el número de aves faenadas se mantuvo —relativamente— estable, con un promedio anual en torno a los 740 millones de cabezas.

“A pesar de esta estabilización en la faena, y gracias a mejoras sostenidas en la eficiencia productiva, la producción de carne aviar continuó creciendo hasta el año 2019”, indicó.

“Mientras la faena se mantiene relativamente constante durante el período 2012-2019, la producción logró expandirse desde 2 millones de toneladas hasta 2,3 M/T en dicho lapso. Esto se explica por un mayor peso promedio de los pollos faenados, lo que se debe a mejoras tecnológicas, genéticas, de sanidad y de nutrición en el proceso productivo”, agregó Ramseyer.

“Desde 2019 en adelante, tanto la faena como la producción se mantienen relativamente estables, lo que denota las dificultades del sector para crecer por encima de este umbral”, manifestó.

En el año 2024, la faena fue de 739 millones de cabezas, lo que implicó una producción de 2,3 millones de toneladas, en línea con el promedio de los últimos cinco años.

Por su parte, los datos de 2025 se alinean con la tendencia mencionada. En los primeros cinco meses del año se estima, en base a datos de SAGyP y de Servicio de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa), que la producción rondaría las 958.000 toneladas, un 1,9 % por encima del mismo período del año pasado y, además, muy cerca de la producción récord del año 2020.

El camino de la exportación

De acuerdo con el informe de la BCR, en los últimos meses, el sector avícola argentino reabrió los mercados de carne aviar a Japón y a China.

Japón había suspendido las importaciones en febrero de 2025 por un caso de influenza aviar en aves de traspatio pero, tras gestiones diplomáticas y técnicas, se reconoció que la Argentina mantiene el estatus de país libre de la enfermedad, conforme a los criterios de la Organización Mundial de Sanidad Animal (OMSA).

En paralelo, China —que había cerrado su mercado en 2023 tras detectar un brote de influenza— también decidió reanudar las compras en marzo de 2025, luego de evaluar que el riesgo sanitario había sido superado.

“Esta reapertura es especialmente significativa, ya que China era el principal destino de las exportaciones avícolas argentinas, representando en 2022 casi el 60 % del total”, explicó Terré.

“Ambas decisiones representan un fuerte impulso para la industria avícola nacional y una señal de confianza en sus estándares sanitarios y de control”, agregó.

En otro tramo, Ramseyer señaló que en los primeros cuatro meses del corriente año se registran exportaciones de comestibles avícolas por un valor de 64,9 millones de dólares; esto es, un 13 % por detrás del mismo período del año pasado, pero que se destaca el primer dato de exportaciones a China tras la reapertura: en abril se registraron exportaciones al gigante asiático por un valor de 1.103.619 de dólares.

“Hacia adelante, la apertura de nuevos mercados y la profundización de los existentes será una gran oportunidad para colocar la producción excedente de carne aviar”, sostuvo Ramseyer.

El contexto internacional es favorable en este mercado. De acuerdo con las proyecciones de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO por sus siglas en inglés), las importaciones globales de carne aviar aumentarían un 10 % entre 2025 y 2033, traccionadas —en gran medida— por países en desarrollo de África y Asia.

“Este incremento es superior al que se espera en el comercio internacional de otras carnes, como vaca, cerdo y ovejas”, concluyó el analista de la Bolsa de Comercio de Rosario.