Bahía Blanca | Miércoles, 30 de julio

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En Huracán lo cargan y él solo sonríe: “Que trabaje en una Santería no significa que sea Santo”

Matías Mayo es visitador médico, está a punto de recibirse de Licenciado en Historia y antes de empezar el día le da un beso a la estampita del Papa Francisco. Cree en las energías pero no en un Dios y a los 26 años sigue soñando con saltar de la Liga del Sur al Federal A. Desde ya le anticipo: una nota donde el fútbol quedó en segundo plano.

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(Nota ampliada de la edición impresa)

Al girar por detrás de la barra de la cafetería que impone su indisimulable silueta en el centro de la galería Visión 2000, lo vi agachado, acomodando piezas de yeso blanco y exigiendo su vista en medio del fino humo gris que emanaban los sahumerios prendidos en cada punta del sagrado y purificado local (en realidad ocupa dos espacios comerciales: 55 y 56).

“Además de jugar al fútbol y de estudiar, trabajo acá desde que se abrió la Santería, en los primeros meses de 2018. El alma del negocio es mi mamá (Verónica Liberata Costa), pero con mi papá (Germán) le damos una mano en la atención y en el acarreo y reposición de la mercadería”, puso en foco Matías Mayo, bahiense de 26 años que actualmente defiende los colores de Huracán de Ingeniero White en el torneo Oficial de la Liga del Sur.

“Mi horario suele ser de mañana, aunque lo manejo porque soy el que más actividades en el día tiene”, indicó antes de revolear los ojos y sorprenderse con una pregunta compleja y que le costó responder.

--¿Sos creyente?

--Ehhh... No lo tengo muy en claro, creo en las energías pero no deposito mi fe en un Dios en particular. No se lo niego a nadie y respeto cada una de las ideologías, pero prefiero pensar en la existencia de un ser superior que brega sobre nuestras vidas.

--Igual a los Santos los debés tener bien presentes a todos...

--Sí, y también sé sobre su significado y su representatividad, al igual que cada una de las Vírgenes y las miles de historias vinculadas a la biblia, al cristianismo y a la religión católica. Tal vez no lea mucho sobre el tema, pero si escucho a los fieles que vienen al local.

--¿Es cierto que en el vestuario prendés una barra de palo santo antes de cada partido de Huracán?

--Sí, pero depende de como venga el equipo en cuanto a ánimo y resultados. A veces prendo para limpiar las malas vibras, aunque si vamos bien el aroma a palo santo llega hasta la utilería e impide que vuelvan las intenciones impuras y todo aquello que no tiene relación con el bien.

--¿Y qué opinan los referentes del plantel: Ezequiel Alonso, Brian Scalco, Leonel Navarro, el “Pato” Linares, por citar a algunos?.

--Se ríen pero bancan. A veces me doy cuenta que no lo pueden creer o preguntan “¿para qué?”, pero hasta en la Selección hay un grupo que se denomina la “Banda del palo santo” y que lidera el “Cuti” Romero. Así que tan mal rumbeados no estamos.

--Perdón, ¿existen las buenas y las malas energías en un mismo sitio o lugar?

--Obvio. Notás enseguida cuando hay gente que te transmite buena energía, todo lo contrario al que hace el mal. Probablemente exista la magia negra, personas que velan para que al otro le vaya mal, aunque creo que en el mundo son mayoría los seres humanos bondadosos, serviciales y que buscan lo mejor para el prójimo.

--En los partidos que te vi, no sos nada “Santo” a la hora de marcar y luchar.

--Ja, ja... Es cierto, pero no soy mala leche ni mal intencionado, y con eso me alcanza para dormir tranquilo después de cada contienda deportiva. Tengo una sola expulsión (en 146 cotejos en la Liga y 14 en el Regional Amateur), fue en mi último partido en Olimpo, el día que el árbitro Leonardo Villamil nos echó a cinco jugadores. Fue un papelón, pero prefiero no hablar de lo que pasó aquella tarde.

--Siguiendo con Olimpo, ¿considerás que podrías haber tenido continuidad en el Federal A (jugó un solo encuentro, en 2021, el DT era Carlos Mayor)?

--Mentalmente siento que estoy listo para jugar en el Federal A. Si bien Olimpo siempre conformó equipos con jugadores de jerarquía y experiencia en Primera o B Nacional, podría haber tenido la chance porque en varios procesos estuve preparado para actuar a ese nivel. No sé porque no se dio, tal vez haya sido por la política del club, que siempre le da más valor a los refuerzos de afuera que a los jugadores del club. Desde ese lugar, ganarte un lugar en un plantel plagado de incorporaciones, que no siempre son más que tu materia prima, fue y sigue siendo complicado.

--Ese día del debut entraste de 3, contra Camioneros, ¿estoy en los ciertos?

--Sí, y tuve una actuación convincente. Pensé que iba a agarrar continuidad, pero no se dio, seguramente por decisión del cuerpo técnico, no lo sé. Fui al banco en muchas ocasiones pero solo una vez me dieron la oportunidad de jugar. Sigo confiando en mis condiciones y sé que puedo llegar; no bajo los brazos pese a que ahora veo y analizo la realidad de otra manera.

--¿Qué querés decir?

--Que hay otras prioridades en la vida, aunque eso no me quita las ganas de soñar. Hoy estoy en Huracán, una buena vidriera en el ámbito local porque hace años que viene siendo protagonista y peleando arriba en los campeonatos de Primera A. Es un club con mucho potencial, con buenos jugadores y que en el Regional Amateur siempre se mete en etapas decisivas. En la Liga, sin temor a equivocarme, lo ubico entre los tres mejores equipos de la temporada.

 

Una estampita "inmortal"

En el fútbol el estudio no suele ser el consejero ideal de los que mejor juegan, aunque hay excepciones de todo tipo y a cualquier nivel.

“Me gusta leer para aprender, y eso me llevó a estudiar una carrera que me apasiona: Licenciatura en Historia. Estoy terminando de cursar el cuarto año (`soy autodidacta y no concurro tanto a clase´, aclaró por las dudas), me quedan seis finales y la tesis para poder recibirme”, señala, con el pecho inflado, este estudiante de la UNS que ya tiene el título de Visitador Médico.

“Fue una carrera que emprendí como plan B, una experiencia que me encantó, pero no me siento capacitado para ejercer. Además me coinciden los horarios con fútbol y hoy priorizo jugar y dedicarle tiempo a la pelota”.

--¿Y como Profe de Historia?

--Me gusta más, me veo dictando clases en la Universidad o como investigador de algún Instituto público o privado; al menos es a lo que apunto.

--Historia antigua, de la edad media o argentina?

--Estoy entre la moderna y la argentina, pero elijo de la mi país, la del proceso que va del 1.800 al 1.900. Es un lapso largo de tiempo, pero a su vez una época apasionante.

--Supongamos que tenés que hacer una tesis sobre un tema relacionado a ese período, ¿qué elegís?

--El oligárquico, ya con Roca (Julio Argentino) en el poder.

--En el vestuario de Huracán, ¿se puede hablar, por ejemplo, de lo que fue la “Campaña del Desierto”?

--Ja, ja... No creo, las charlas siempre apuntan a lo futbolístico, de historia solo se enteran cuando me preguntan si rendí algún examen o como voy llevando la carrera. Trato de evitar temáticas que no tienen nada que ver con lo cotidiano y lo habitual.

--¿Sabés más de historia argentina que de fútbol?

--Sé más sobre la historia del fútbol, consumo bastante, sobre todo del origen de este deporte en Europa y el desembarco en nuestro país. Igual, al que le preguntes, te va a decir que sabe de fútbol, son todos opinólogos, muchos dicen tenerla clara pero una cosa es hablar tomando un café y otra muy distinta es entrar a la cancha y hacer lo que exige el equipo y pide el entrenador.

“Mati”, criado en el barrio Noroeste, dio sus primeros pasos con la redonda en EFUBA, pasó por las infantiles de La Armonía y sus salientes condiciones lo llevaron a las menores de Olimpo, donde debutó en Primera en 2017. Después defendió los colores de Bella Vista (7 cotejos en el Regional Amateur 2020) y desde octubre de 2024 está ligado a Huracán (7 presencias y un gol en el TRA y 6 juegos en este Apertura liguista). En total, 146 partidos disputados (126 en Olimpo) y 6 conquistas (5 con la aurinegra a nivel local).

Tiene una hermana (Micaela, 23 años) y sostiene que la Santería Bastet (se llama así y significa“Gata Egipcia”) es el sostén de una familia de clase media que gira alrededor del fútbol juegue o no el nene mimado de mamá Verónica.

“Te digo algo más: cumplo años el mismo día que el Papa Francisco (17 de diciembre) y en la billetera llevo una estampita de él; resalto su misericordia y su poder de justicia para que se imponga el bien”.

--¿Qué consecuencias les dejó la inundación del 7 de marzo?

--En el negocio el agua subió a un metro y cincuenta centímetros por encima del piso y perdimos muebles y mercadería. Tuvimos que reiventarnos para empezar de cero y decir “acá no ha pasado nada”.

Fanático de River y admirador ferviente de las ideas del general San Martín, su Santo predilecto es “San Jorge” (protector contra el peligro, los enemigos, las dificultades y enfermedades como la peste y la lepra; también se le invoca para pedir protección en momentos de necesidad y ante fuerzas oscuras).

“Es un soldado romano que lucha desde arriba de un caballo, con la misma garra que nuestro padre de la patria”, admite con orgullo este lateral-volante que, de seguir ligado al fútbol después del retiro, se ve más como asistente técnico que como entrenador.

--Yo te veo como Felipe Piña.

--Ojalá, me gustar disertar, dar charlas y perseguir el sueño de escribir un libro.

--¿Formar una familia?

--Hoy en día lo veo lejano, pero no lo descarto. Vivo solo y me manejo en forma independiente; solo voy a la casa de mis padres a lavar la ropa porque no tengo lavarropas... (risas).

“Vamos a parar acá, cuando los pibes (de Huracán) lean la nota me van a boludear de lo lindo. Sabés lo que es aguantarlos, uhhh...”, pidió “San” Matías.