Momento decisivo: en el año electoral, Caputo envía señales de tranquilidad a un mercado inquieto
La polémica sobre si es acertada la estrategia de que el Banco Central no compre divisas está instalada. La misión del FMI se fue en silencio.
En un año clave electoralmente, el programa económico de Luis Caputo está bajo ataque.
Se suman voces alertando que fue errada la estrategia del Banco Central, porque "desaprovechó" comprar divisas en el primer semestre, cuando es el momento de mayor liquidación del agro.
El economista Ricardo Arriazu y el exministro Domingo Cavallo hicieron punta con los cuestionamientos, pero luego se sumaron otros especialistas y referentes claves del establishment financiero, como algunos bancos de inversión de Wall Street.
El equipo económico sigue convencido de que hay sectores económicos que no terminan de entender el proceso de cambio que vive la Argentina.
“Esta vez es distinto”, insiste el ministro de Economía, como lo hizo esta semana en el congreso Somos Pymes, donde le pidió a los 3.000 empresarios pequeños y medianos que lo escuchaban que “cambien el chip”.
Una forma de solicitarles que dejen de pensar en que pueden aún mamar de la teta del Estado con subsidios varios, como los de tasas de interés.
“Ahora es momento de invertir y competir”, sostuvo Caputo.
No obstante, el jefe del Palacio de Hacienda a veces no puede creer cómo los mismos colegas con los que libró mil batallas en Wall Street, ahora “no la ven”.
“Lo hemos explicado de mil maneras y lo vamos a seguir haciendo hasta que se entienda. Este es un proceso distinto. En primer lugar, porque tenemos el liderazgo de un presidente como Javier Milei, convencido de que este es el camino a seguir, y al que no le importa lo que piense la casta. Nosotros tenemos un plan, basado en las tres anclas (fiscal, monetaria y cambiaria), y está dando resultado, si no, miren lo que ocurre con la inflación”, enfatiza.
El 14 de julio próximo, el INDEC difundirá los datos sobre el costo de vida de este mes, y del primer semestre de año.
Consultoras especializadas adelantan un leve repunte en los precios, que se habrían ubicado por encima del 2 %. Caputo sostiene que, en un régimen de flotación cambiaria, habrá algunas subas y bajas del costo de vida, pero siempre al tendencia será descendente.
Y ratifica que, para mediados del 2026, la inflación tenderá a cero, por debajo del 1 por ciento. El presidente Javier Milei insiste mucho con esta proyección también.
MSCI, sin señales para la Argentina y el FMI se fue callado
Caputo y su equipo le bajaron el tono a las especulaciones que hacían especialistas con relación a la decisión que tomaría el ponderador de mercados MSCI, que ni siquiera tuvo en cuenta a la Argentina a la hora de contemplar la posibilidad de sacarla de los últimos puestos entre los destinos dignos de recibir plata de los grandes fondos de inversión.
Esos fondos mueven cada vez más volumen y empiezan a convertirse en una especie de ‘poderes supranacionales’, porque no sólo son los principales accionistas de las empresas más grandes del mundo, sino también los financistas de la mayoría de los gobiernos claves, empezando por el propio Estados Unidos, que tiene una voluminosa deuda en bonos del Tesoro.
BlackRock y Vanguard, son claros ejemplos: se trata de los gestores de activos más grandes del mundo y jutnos administran unos 21 billones de dólares. Más que el Producto Bruto de China y no muy lejos del PIB de Estados Unidos.
Al cierre de 2024, BlackRock administraba aproximadamente 10.5 billones de dólares, mientras que Vanguard gestionaba alrededor de 9.3 billones de dólares.
Varios de esos fondos “ayudaron” a la Argentina durante el gobierno de Mauricio Macri, y ahora dicen estar dispuestos a seguir “ayudando” en el nuevo proceso económico de los libertarios.
Pero antes quieren garantizarse que el país podrá seguir cumpliendo con los pagos.
“El Tesoro ya cuenta con los dólares necesarios para cumplir con los próximos vencimientos de deuda”, asegura Caputo.
En cuanto a la polémica por la acumulación o no de divisas, el Banco Central también busca llevar tranquilidad.
“No nos faltan reservas, sobran reservas”, dijo el vicepresidente de la autoridad monetaria, Vladimir Werning.
Incluso, el número dos del Central aseguró que el gobierno no tocó un peso de los USD 12.000 millones desembolsados por el FMI a mediados de abril.
Pero el mercado argentino está acostumbrado a desconfiar, y lo hace.
Por eso, persisten los rumores en la city de que el gobierno estuvo interviniendo en el mercado en distintos momentos, para dejar en offside a jugadores importantes que intentaron apostar contra la flotación de la divisa.
A pesar del exigente panorama de vencimientos de deuda, el equipo de Luis Caputo sostiene que “la necesidad de tener reservas es menor en la medida que se gane acceso al mercado”. Considera que ese camino ya comenzó con la colocación del BONTE 2030 entre inversores extranjeros que pusieron U$S 1.000 millones.
Incluso, aseguran que no se estuvo tan lejos de cumplir la meta de acumulación de reservas comprometida ante el FMI. “La diferencia fue inferior a los U$S 4.000 millones”, explican. Ahora, el gobierno de Javier Milei aguarda que el organismo multilateral concrete un desembolso de U$S 2.000 millones previsto para julio.
“Las conversaciones con las autoridades argentinas continúan siendo constructivas. En el marco de dicha revisión, continuaremos trabajando en los próximos días y brindaremos más información sobre los próximos pasos a su debido tiempo”, dijeron fuentes del organismo.
Todo en medio de la controversia generada por el evidente incumplimiento de la meta de acumulación de reservas por parte de la Argentina.
“Tenemos tiempo para acumular todas las reservas que queramos”, dicen desde el equipo económico.
Cerca de Caputo admiten que se priorizó abrir al cepo cambiario a los individuos para que “los 45 millones de argentinos pudiesen comprar dólares”. Les falta decir que este es un año electoral, y que el oficialismo necesita todos los argumentos posibles para convencer a la gente de que es necesario obtener un buen número de legisladores para avanzar en reformas claves como la laboral, la previsional y la tributaria. (NA)