UNS: el inédito diseño de estudiantes de ingeniería mecánica que aguarda por financiación
“Se trata de una máquina que, en sólo 6 horas, realiza 210 metros de alambrado. Actualmente, ese trabajo insume dos días y la afectación del doble de operarios”, dijo Bruno Cosini, uno de los autores del proyecto.
Periodista. Círculo de Periodistas Deportivos de Bahía Blanca. Fue redactor de la revista Encestando (1985-2000). Desde 1987 trabaja en el diario La Nueva Provincia (hoy La Nueva.). Pasó por las secciones Deportes, La Región y La Ciudad, donde se desempeña actualmente. Está especializado en periodismo agropecuario desde 2001. Miembro de la Asociación Bonaerense de Periodistas Agropecuarios. Responsable de las páginas webs de la Asociación de Ganaderos (AGA) y de Abopa.
“Apuntamos a un diseño mecánico original que represente un ahorro sustancial de tiempo y, además, un menor esfuerzo físico para la gente que lo realiza”.
Bruno Cosini, estudiante de la carrera de Ingeniería Mecánica de la Universidad Nacional del Sur (UNS), es uno de los autores de un proyecto inédito (en prototipo) de una máquina hidráulica para alambrar que incluye todas las etapas del trabajo, desde los pozos, la colocación de postes y el estirado del propio alambre.
“Considerando factores clave como tipo de suelo, clima y períodos de descanso, estimamos que en sólo 6 horas y con dos personas la máquina puede realizar 210 metros de alambrado con 15 postes y 98 varillas que, con el método tradicional, requeriría de entre tres y cuatro operarios afectados durante dos días. Esto representa menos tiempo y, por supuesto, un menor esfuerzo físico para los trabajadores”, añadió Cosini, en diálogo con La Nueva.
Con la orientación indispensable del profesor César A. Lanz, Cosini trabajó junto a los también estudiantes Max Schwab, Mateo Garrido y Blas Fernández (quien ya se recibió).
—¿Cuáles son las principales funciones de la máquina?
—Los componentes realizan las operaciones clave del alambrado, que incluyen el pozo para colocar el poste, clavarlo y dejarlo apisonado. Además, cuenta con otro sistema, diseñado por nuestro grupo, que permite ir desenrollando el alambre y así dejarlo puesto. Está pensado para un alambrado de siete hilos.
“Todo se hace a medida de que el tractor y el tráiler se desplazan, lo que significa que el alambre va quedando en su lugar a través de una pasada continua; esto es, sin necesidad de volver a recorrerlo”.
—¿Cómo se realiza el alambrado actualmente y qué problemas busca resolver este propotipo?
—El proceso hoy se hace de manera que nosotros denominamos tradicional, básicamente utilizando el esfuerzo del trabajador. Aunque existen máquinas hoyadoras a explosión para hacer el pozo, el resto del proceso, desde el apisonado, la colocación del poste y el tendido de los alambres implica mucho desgaste físico y bastante tiempo. Nuestra máquina fue pensada para resolver esas dos cuestiones.
“Dos de los integrantes del equipo, Mateo Garrido y Blas Fernández, son de la provincia de Río Negro y conocen muy bien este proceso por haber estado en contacto con el campo toda sus vidas”.
—¿Cuál es la capacidad y el rendimiento en términos de metros de alambrado?
—La máquina está pensada para poder circular por la ruta, por lo que sus dimensiones están limitadas por la ley nacional de tránsito. Así entonces, aparece montada sobre un tráiler de 6 metros.
“Después de descontar las dimensiones de la máquina, queda espacio para colocar 15 postes y 98 varillas, ya que está diseñada para una distancia, entre postes, de 15 metros. Esto se traduce en un rendimiento de 210m de longitud de alambrado por carga.
“Hicimos un estudio basado en experiencias personales. Se trata de un trabajo tradicional y no hay una fórmula exacta para juzgarlo”, dijo Cosini.
“Según nuestras estimaciones, esos 210m se pueden colocar en aproximadamente 6 horas. Los insumos que se agotan son los postes y las varillas. Los siete rollos de alambre, que tienen 1.000 metros cada uno, permiten seguir usándolos sin recargarlos tan a menudo. Después de las 6 horas, se vuelve a cargar el mismo número de postes y de varillas y se continúa con otros 210m”.
—¿Cuántas personas se necesitan?
—La máquina está pensada para ser operada por un mínimo de dos personas. Una debe conducir el tractor que avanza a lo largo de la línea y la otra maneja la central hidráulica que realiza los movimientos, que es algo sencillo. Sólo se trata de aprender qué hace cada palanca y no requiere una mayor capacitación. En cuanto a la comparación, nosotros hicimos un estudio basado en experiencias personales, ya que es un trabajo muy tradicional y no hay una fórmula exacta para juzgarlo”.
—¿La máquina está diseñada para cualquier tipo de suelo o posee alguna limitación?
—En principio, el proyecto tiene ciertas condiciones que obedecen al transcurso del tiempo de nuestra carrera. Una de ellas es que la máquina está acotada para suelos blandos y que no contengan un alto contenido de piedra, como sucede en algunos sitios de la provincia de Buenos Aires. Por ejemplo, si se utilizara en zonas serranas o en lugares como Los Menucos, u otros de La Pampa, donde prácticamente no hay tierra sino piedra, la máquina sería ineficaz tal como está.
“Allí se necesitaría más potencia y un diseño diferente de la hélice, o del tornillo sinfin, que debería tener alguna incrustación en la punta para romper la piedra”.
—¿Han realizado un cálculo de costos para la producción de la máquina? ¿Tienen planes de comercialización?
—Al ser un proyecto inicialmente académico, hasta el momento no se ha confeccionado un estudio de costos. Esto es así ya que se trata de un trabajo para aprobar una materia relevante de la carrera y el tiempo que le insumimos es significativo, ya que todos estamos trabajando.
“Sin embargo, la propuesta cuenta con un sustento analítico de cálculos de soldaduras y de potencia, lo que sienta una base sólida para un futuro estudio de costos. En ese sentido, estamos analizando la posibilidad de buscar inversores para concretar el proyecto o, incluso, venderlo, pero son cuestiones que iremos evaluando porque la aprobación es muy reciente”.
El rol del docente César A. Lanz
“Es uno de los profesores más importantes de la carrera y se involucra mucho con lo que el alumno necesita y le sucede; incluso, fuera del ámbito meramente estudiantil. Es un gran consejero. De hecho, viendo el potencial del proyecto fue quien le dio difusión y lo mostró en distintas áreas afines”.
De esta manera, Bruno Cosini se refirió a profesor de la cátedra de Proyecto y Diseño Mecánico, Dr. César A. Lanz.
Cosini también aludió a las particularidades del cursado de la carrera que, por estas semanas, los tiene a sus protagonistas en distintos tramos de la etapa final, todas ellas realizadas no sin un gran esfuerzo.
“La carrera exige la realización de una práctica profesional de 320 horas para obtener el título”, señaló.
“Todos los miembros del equipo nos encontrábamos trabajando en relación de dependencia en empresas afines a la ingeniería. Mateo Garrido estaba en la tornería Ludovico Madsen; Blas Fernández en Bahía Servicios Industriales (BSI); Max Schwab está actualmente en Profertil y yo estuve en H.O.S Servicios - Szavaga Servicios.
“Lo que sucedió es que, obviamente, trabajando a jornada completa se hace muy difícil sentarse a estudiar. Además, uno empieza a ganar su primera plata, lo cual también lo hace más complejo. Por estas razones, Mateo, Blas y yo tuvimos que llegar al límite de renunciar a nuestros trabajos en el último mes de marzo para poder terminar la carrera. Afortunadamente, esto dio sus frutos: pudimos terminar el proyecto y ahora estamos cerca de recibirnos”, aseguró Cosini.