Bahía Blanca | Miércoles, 24 de septiembre

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Agustín Trotta le dijo adiós al fútbol: “Rosario me enseñó a ser alguien en la vida”

El goleador histórico del tricolor puntaltense cumplió el sueño de retirarse en un partido oficial, en el Coloso y con su gente. Fue capitán y es uno de los referentes del club en sus 105 años de existencia.

Fotos: Facebook Agustín Trotta

Instagram: @sergiopeysse

Twitter: @elpeche1973

“En el momento del cambio sentí que se me derretía el cuerpo, era mi última salida oficial de una cancha de fútbol y por la cabeza se me pasaron un montón de sensaciones a mil por hora”.

Lo prometido no quedó en deuda y Agustín Trotta cumplió el último sueño como futbolista: retirarse en un partido por los puntos, con la camiseta de su amado Rosario Puerto Belgrano y en el Coloso de Humberto Primo y Villanueva, donde pasó 30 años de su vida con el ADN del tricolor puntaltense impregnado en su piel.

El DT Federico Gómez Peña lo ubicó entre los 11 que enfrentaron a Sansinena por la segunda fecha del Promocional (en la programación inicial, en Cabildo, estuvo en el banco y no entró frente a Pacífico) y el goleador histórico del club (155 conquistas --9 de ellos a Sporting-- en 339 cotejos disputados) salió comandando la fila con la cinta de capitán que tan bien representó en varias de las 23 temporadas con la mayor del “Rosa”.

“Jugué 40 minutos (fue reemplazado por Alan Palavecino) y me sentí activo y con aire. Toqué varias pelotas y me concentré en el partido, pero cuando vi que el árbitro (Lucas González) autorizaba el cambio me di cuenta que era el comienzo del fin. Estaba tranquilo, pero con la ovación de la gente se me aflojaron las piernas y se me cayeron las primeras lágrimas”, dijo el emblema del “francés” con 40 años bien llevados.

Antes recibió una placa por parte del presidente de la institución, Santiago Scaglione (acompañado por el vice Néstor Figueroa y el dirigente Guillermo Gómez), un presente del municipio de Coronel Rosales (entregado por Rodrigo Sartori y Matías Ramírez, jefe de de la Secretaría de Deportes), una casaca y una bandera con la leyenda: “Muchas gracias goleador” (diseñada por Lucho letras).

“El hecho de no haber ingresado ni un minuto en Cabildo me sirvió para bajar la ansiedad. Estaba muy nervioso y me ilusionaba con entrar un ratito, pero en el primer tiempo nos quedamos con uno menos (por expulsión de Ignacio Barbosa) y ahí se me desvaneció todo tipo de esperanza”, sentenció Agustín.

El año pasado, después de quedar libre de Tiro Federal, movió cielo y tierra para conseguir volver a su club y poder retirarse de la actividad futbolística de manera oficial con los colores que lo hicieron crecer, formarse y convertirse en goleador histórico, pero no hubo caso.

Con la vuelta de “Peco” Gómez Peña a la dirección técnica y un convencimiento del entrenador hacia los dirigentes, el sueño se hizo realidad.

“En Rosario crecí y me formé como persona. Siempre sostengo lo mismo: en mi casa me dieron los valores y en el club me enseñaron que el respeto y la conducta eran imprescindibles para poder desarrollarme en la sociedad”, reconoció el emblemático 9.

--Y de ahora en más, ¿qué?

--Voy a seguir jugando con amigos en el torneo de la Base, que está bueno y la paso bien. Comparto equipo con José Magnani, otro ex Rosario. Más allá de ir a divertirme, me viene bárbaro para no pararme de golpe.

--El abrazo con “Peco”, ¿qué significó?

--Fue una abrazo de agradecimiento. No fue fácil mi vuelta, y él hizo mucho para que se de. No somos amigos, tenemos nuestras diferencias, pero si es por el bien del club empujamos juntos para adelante como locos. Me dijo que disfrute este momento porque me lo merecía, y a la noche le mandé un mensaje para volverle a agradecer.

--¿Cómo fue hacer el bolso para la última función de tu carrera?

--Fue muy bravo. Lo preparé a las 10 cuando el partido era a las 18; no dejaba de pensar en lo que iba a pasar, en esa llegada al estadio cruzándome con la gente de siempre, los que me bancaron y los que me fueron a despedir. Lo disfruté, fue una fiesta inolvidable.

“La pasé muy mal el año pasado, no podía creer que no me dejen ir a entrenar para después pensar si me retiraba en un partido, en dos o en tres. Estuve con ayuda psicológica y muchas noches fueron un tormento, pero sané las heridas y hoy, por suerte, estoy entero otra vez”.

Agus, que trabaja en el Hospital Naval, arrastra una artrosis de cadera, y ese fue uno de los motivos para no seguir insistiendo en la Liga del Sur.

“Me jode bastante el dolor, y eso me hacia ser consciente de que no podía seguir entrenando al nivel que exige el torneo liguista. Hice lo que pude en dos meses de prácticas, pero el pinchazo en la cadera lo sentí seguido pese a tener el cuerpo caliente”, esgrimió el puntaltense que, en un futuro, piensa seguir ligado a la entidad rosarina.

“Ahora quiero descansar, me va a venir bien un tiempo, pero más adelante me voy a unir al club para dar una mano en lo que sea. No imaginó en que puesto o función, solo quiero estar ahí para colaborar. Rosario es mi vida y en algún momento le tengo que devolver todo lo que el club y su gente me dieron”.

 

Su despedida en las redes

Agustín escribió en Facebook e Instagram:

“Y ahora sí digo punto final a esta etapa... La más linda que me tocó, ser jugador de fútbol. Gracias a todas las personas que se cruzaron en este camino. Gracias a compañeros, técnicos, árbitros  y dirigentes de todos los clubes por los que pasé, (en algunos no me fue bien, pero créanme que siempre intente hacer lo mejor). Gracias a los periodistas por siempre tratarme con respeto. Gracias a la gente de la vereda de enfrente que siempre me respetaron, como yo a ellos, a la gente de toda la Liga del Sur, de todos los equipos. Gracias a los médicos, kinesiólogos (Lea Amigo, Fede Pérez ), quienes siempre me dieron una mano grande para que pueda estar en cancha.

Gracias a mis viejos por apoyarme, por seguirme a todos lados , sin ellos no hubiese sido posible nada de esto; gracias a mi hermana, Salva y Ro, mis seguidores incondicionales. A mí pareja Flor que se banco los últimos momentos y que no fueron nada buenos. A los que no están, que ojalá estén orgullosos de lo que pude hacer. Y gracias CLUB ROSARIO PUERTO BELGRANO por haberme dado las alegrías y sensaciones más lindas que he sentido en la vida, la de poder defender estos colores que atravesaron mi corazón y que van a quedar para siempre dentro mio, y gracias por haberme dado tantos amigos.

Hoy digo Gracias con lágrimas en los ojos , y con la conciencia tranquila de que di todo y más por estos colores. Y el último gracias es para todos los hinchas de Rosario, gracias por demostrarme tanto cariño: puedo decir que soy un afortunado y privilegiado de recibir tantas muestras de afecto de parte de ellos. De ROSARIO SIEMPRE “.