Bahía Blanca | Miércoles, 16 de julio

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Materiales de construcción: hay precios a la baja, pero al mercado le cuesta arrancar

De acuerdo con referentes de la ciudad consultados, el clima de negocios mejorará cuando se consolide el actual marco de estabilidad. Lo bueno: crecen los créditos hipotecarios.

La ausencia de obra pública es uno de los impactos en el sector. / Fotos Rodrigo García-La Nueva.

El sector de comercialización de materiales de construcción se encuentra, acaso, en uno de los momentos más desafiantes de los últimos años.

Es así en función del 27 % de caída en las ventas registrado durante 2024 respecto del año anterior —según Indice Construya—, pero que, desde el inicio mismo del corriente 2025, aparecieron nuevas expectativas que presumen, al menos en la superficialidad, eventuales vientos de cambio para revertir esa tendencia.

Una estabilidad de precios que parece sostenerse; un mayor interés por los créditos hipotecarios y el retorno de la obra pública para apalancar inversiones de índole privado (anunciado, pero aún no concretado) son las variantes de ajuste que pueden contribuir a reactivar la actividad.

Bahía Blanca no es la excepción y refleja las mismas debilidades y fortalezas de uno de los sectores más dinámicos de la economía argentina.

“El mercado está a la baja si lo comparamos con los valores que teníamos pospandemia, cuando se produjo una explosión en la venta de materiales de construcción”, dijo Marcelo Marinsalta, director de Codimat.

“Esa mayor actividad fue, en parte, para asegurar valores con precios dolarizados de muchos de esos materiales, sobre todo los siderúrgicos, pero cierto es que mucha gente invirtió en esos productos aunque no los necesitara para ese momento”, amplió.

“Con el sector agropecuario pasó lo mismo. El alambre de alta resistencia tuvo una explosión en cuanto a ventas y mucho de eso se produjo en función de un resguardo de valor”, indicó.

Marinsalta también dijo que, hoy, todo lo relacionado con fideicomisos y edificios de propiedad horizontal no está pasando un buen momento.

Marcelo Marinsalta.

“Quienes hacen este tipo de obras están esperando que se modifiquen las variables; esto es, que sigan bajando los valores de los materiales en general, que el precio de venta suba, o un mix de estas situaciones. Quiero decir: con estos números se sigue haciendo la misma cantidad de edificios que hasta hace poco”, amplió.

Una de las razones de la retracción de la actividad es, para Marinsalta, la ausencia de obra pública.

“Si bien nuestra zona de influencia nunca tuvo una ascendencia muy importante, se trata de algo que siempre moviliza. Y todos creemos que en algún momento se puede reactivar”, expresó.
“Nosotros, en realidad, aún venimos terminando un año que fue de transición”, sostuvo —por su parte— Matías Veroiza, jefe de Ventas de Gili y Cía.

Matías Veroiza.

“No estuvimos exentos de la caída de la construcción en general, que fue una de las actividades más castigadas durante 2024”, agregó.

“También se dio la particularidad de movernos en procesos inflacionarios importantes durante mucho tiempo. Es algo que te hace trabajar de una manera, pero a partir del año pasado tuvimos que renovarla”, indicó.

“Pero ahora tenemos la expectativa de revertir la situación. Con valores más estabilizados, y a la baja en muchos casos, no son pocas las fábricas que fueron haciendo su reacomodamiento de precios”, comentó Veroiza.

Cuestión de precio

—¿Este marco de aparente estabilidad es positiva para la comercialización?

—MV: La estabilidad siempre es buena a nivel de compras y de organización. Es mucho más fácil y tranquilo trabajar así. En los procesos inflacionarios hay que chequear las listas de precio en forma permanente; incluso, en los momentos más duros diría que es casi a diario. Bienvenida la estabilidad si es a largo plazo.

“Esto funciona también como mayor tranquilidad para el consumidor. Saber que el precio se va a sostener durante algunos meses le permite pensar mejor sus inversiones y proyectos, no apurarse tanto y por ahí lo que antes había que cerrarlo rápido, hoy tiene margen para analizar y procurar mejores precios.

“La realidad es que el mercado se ha achicado para quienes vendemos materiales de construcción pero, más allá de algún competidor nuevo que aparece, seguimos siendo los mismos. Es decir: la gente tiene posibilidades de buscar el mejor precio. Y eso es producto de la estabilidad”.

—¿Hay precios de materiales que están a la baja?

—MV: La verdad es que las fábricas se encuentran reacomodando las listas en forma permanente. Un poco porque a mayor plazo de estabilidad se empieza a confiar más y por ahí a invertir utilidad en pos de la venta. También lo es por la retracción actual, ya que hay que salir a ser más competitivo si las fábricas trabajan de igual manera a la baja de precios.

“Hoy estamos recibiendo ofertas y negociaciones puntuales para compra de materiales, algo que nos permite hacer bonificaciones especiales. Respecto del consumidor, la realidad es que en muchos casos ahora estamos vendiendo con casi los mismos precios que en enero del año pasado. Y en otros por debajo del mismo mes también de 2024”.

—MM: Sí, los valores de los materiales de construcción bajaron. Cuando uno se traslada a un año y medio atrás concluye que subieron mucho menos que el dato de inflación del Indec; es decir, no se acompañaron, con los cual hubo una baja de manera interesante a valores constantes. Cuando tenés un producto que no aumenta durante 4 meses, como ha pasado y pasa, en realidad es como hubiera bajado 10 puntos.

“Todavía parecería apreciarse una tendencia a que bajen un poquito más, sobre todo en lo que es hierro y chapa que, internacionalmente, son precios que están un poco más altos. No creo que sea mucho, pero la expectativa está”.

—¿Hay más planes de financiación y pago en cuotas?

—MM: Existe una cantidad enorme de posibilidades con tarjetas de crédito en cuotas, algunas con tasas relativamente bajas y otras sin ningún tipo de costo.

“Ahora han reaparecido, acaso por la baja de la actividad del mercado, ya que todos buscamos de alguna manera encontrar un nicho donde posicionarnos para generar más movimiento. Esto no pasaba anteriormente”.

—¿Cuál es el porcentaje asignado a la compra en cuotas y cuál en efectivo, transferencia y demás?

—MM: Nuestro mercado es de mucho valor y, por ende, las cuotas no tienen una incidencia importante. 

“La cuota puede ser una opción para alguien que esté haciendo una refacción o algo semejante, pero quien construye una casa necesita tener la disponibilidad porque después la requiere para la mano de obra. Por eso sólo tenemos alrededor del 5 % de nuestra venta en este sistema”.

—MV: Toda la financiación la hacemos a través de los bancos, ya que no tenemos planes propios.

“El nuestro es un rubro que necesita sí o sí de las cuotas, ya que se manejan montos muy importantes y, a veces, se hace difícil sostener todo un proyecto sin financiación. Por eso trabajamos con bancos, entre ellos Provincia de Buenos Aires y de la Nación Argentina, ahora desde 4 hasta 12 cuotas sin interés”.

—En otros momentos un tema recurrente era la falta de stock de materiales. ¿Cuál es hoy la realidad?

—MM: Hoy no tenemos problema con la provisión. Era algo que hasta un tiempo sí sucedía, pero ha quedado regularizado.

“Cambió un poco el paradigma de que los stocks antes eran algo beneficioso para las empresas. Hoy, con la perspectiva de que los precios no suban de la manera que lo hacían antes, tener stocks no es algo tentador”.

—MV: No tenemos problemas. Las fábricas están abastecidas y eso nos permite proveer la demanda con normalidad. También la estabilidad nos ayuda a ser más prolijos en las compras y, si bien antes por ahí debíamos tener sobrestock, tal vez para asegurarnos porque las fábricas no nos podían garantizar la provisión, hoy el panorama es otro porque existe garantía a largo plazo.

—¿La demanda de la región sigue instalada?

—MM: Es bastante más pareja, pero también hay una tendencia a la baja como en Bahía Blanca. En este rubro tampoco hay picos, ni siquiera estacionales, que antes sí se producían y ahora los 12 meses son iguales; o parecidos. Hace 20 o 30 años en invierno, en primavera o en otoño la diferencia era grande, pero después se terminó equilibrando.

Hay factores que presumen una eventual mejora de la actividad, aunque no se espera para un plazo corto.

—MV: Nosotros tenemos presencia, principalmente, en Monte Hermoso y en la Comarca Serrana, y allí el panorama es igual que en Bahía Blanca. En Monte hay muchos desarrollos que estaban en marcha, que deben seguir trabajando y terminarse, así que eso sigue adelante. Pero después, en general, el resto de la zona está con la misma tranquilidad que arrancó el año.

—¿Una o dos cosechas buenas o una mejor actualidad de la ganadería repercute también en las ventas?

—MM: Sí. De hecho, una de las patas de nuestra empresa es sobre artículos rurales. El campo moviliza. Y también acá en Bahía Blanca, porque mucha gente termina comprando productos o inmuebles luego de una buena campaña.

—¿Existe una manera optimista de ver el futuro de la actividad?

—MM: Hay dos o tres puntos para tener en cuenta que nos daría la pauta que puede llegar a haber una mejora a mediano plazo. Uno son los créditos hipotecarios. A nosotros nos cuesta pensarlos como aquellos que vas a pagar durante 20 años con una cuota más o menos parecida. Pensando en eso, hoy es algo tentador y creo que es una punta para que se empiece a reactivar.

“Por otro lado, entiendo que la obra pública a mediano plazo puede empezar a funcionar también. Es necesaria; todos sabemos que es necesaria. Y después están las grandes inversiones que, de alguna manera, todos tenemos en mente. Son alternativas que cuando salen movilizan a la ciudad y a la región. Y la verdad es que con Bahía Blanca siempre existe una expectativa grande; ojalá que esta vez se cumpla”.

—MV: Creemos que hay algunas señales como, por ejemplo, un mayor interés por los créditos hipotecarios. Está claro de que eso reactiva el mercado inmobiliario y, a su vez, el de la construcción.

“¿Obra pública? No nos ha afectado, ya que nunca tuvimos una participación importante y un eventual reimpulso no nos involucrará en forma directa. Lo nuestro siempre está destinado, especialmente, a los desarrollos inmobiliarios y a las obras particulares”.

“El ladrillo es sinónimo de seguridad”

—Más allá de los contextos económicos, ¿la inversión en ladrillo sigue estando entre las prioridades de la gente?

—MM: De alguna se sigue sosteniendo. Siempre digo que la inversión en ladrillo tiene esa gran ventaja y para quien no tiene mucho expertise, o tiempo, o ganas de meterse en inversiones que muchas veces son de riesgo, el ladrillo es sinónimo de seguridad.

“Por eso parecería que empezara a movilizarse un poco más el tema inmobiliario, porque los precios pueden llegar a subir y eso hace que la gente lo tenga en cuenta. Es decir, ir a una inversión segura”.

—MV: No vemos que la gente se vuelque masivamente a proteger sus ahorros a partir de la inversión en ladrillo. En este sentido, creo que está encontrando otra forma de hacerlo. De todos modos, creemos que este año la actividad volverá a tomar un impulso. Y estamos preparados para eso.