¿De qué se trata el libro que une a Los Beatles con Bahía Blanca e Ingeniero White?
“He atravesado todas las etapas. De ser fan pasé a admirador y, finalmente, me convertí en biógrafo”, sostuvo Carlos Rivas Wilsen, un referente de los Fab Four en nuestra ciudad.
Periodista. Círculo de Periodistas Deportivos de Bahía Blanca. Fue redactor de la revista Encestando (1985-2000). Desde 1987 trabaja en el diario La Nueva Provincia (hoy La Nueva.). Pasó por las secciones Deportes, La Región y La Ciudad, donde se desempeña actualmente. Está especializado en periodismo agropecuario desde 2001. Miembro de la Asociación Bonaerense de Periodistas Agropecuarios. Responsable de las páginas webs de la Asociación de Ganaderos (AGA) y de Abopa.
Carlos Rivas Wilsen debutó como difusor de la obra de Los Beatles el 2 de octubre de 1969, cuando la banda británica ya estaba virtualmente separada. Para su asombro, ese jueves el auditorio Luis C. Caronti de la Biblioteca Rivadavia estuvo colmado, ya que además tocó la banda Flyaways, que integraban el vocalista Oscar Ortiz, el primer guitarrista y vocalista Carlos Barrera, así como Antonio Cabello en guitarra rítmica, Abel García en bajo y Franco Castiglia en batería.
Fue el inicio de una conexión —hacia el exterior, porque la pasión del novel conferencista había comenzado mucho antes de aquellos 18 años— que se mantiene más vigente que nunca.
Cincuenta y seis años después, Rivas Wilsen se dará el gusto de presentar su primer libro sobre los Fab Four: La revolución Beatle (Una conspiración del destino). El material ya fue enviado a diagramación (se prevén 144 páginas) y es probable que en alguna fecha icónica, relacionada con la agrupación, se presente en nuestra ciudad (no más allá de abril venidero).
Siempre con la misma pregunta, en varias ocasiones se lo habían propuesto: “Carlos, ¿cuándo vas a escribir un libro sobre Los Beatles? “Y tenían razón. Debía hacerlo”, dice ahora.
“No sólo por toda la bibliografía que acumulé a través de los años, sino porque soy un apasionado de la historia e, incluso, hasta estudié un par de años en la Universidad Nacional del Sur”, añade.
“De ser fan de Los Beatles pasé a ser admirador de su música, pero aclaro: al convertirte en biógrafo debés tener una mirada histórica que no haga concesiones. Quiero decir, que si tenés que hablar mal de John, Paul, George o Ringo lo debés hacer”, sostiene.
“Así como tuvieron grandes aciertos, cometieron errores y en el libro vuelco toda la información tratando de ser lo más ecuánime posible, y no sin aclarar que admiro y amo su música”, añade.
—¿Cuál es el espíritu del libro y hacia quiénes va dirigido?
—La idea, por un lado, es vincular a Bahía Blanca con Liverpool.
“¿Por qué? Porque conozco una persona que ha estado allí y me dice que el trazado de la línea férrea y del puerto de Liverpool, salvando las enormes distancias que hay, tiene mucho que ver con el del ferrocarril y del puerto de Ingeniero White que, dicho sea de paso, también fue hecho por ingleses. La relación es clara.
“Por otro lado está la tremenda influencia que han tenido Los Beatles en los músicos argentinos, empezando por Los Shakers, quienes han sido los pioneros en cuanto a la beatlemanía, pasando por Lito Nebbia, el Flaco Spinetta, Charly García, León Gieco y tantos otros.
“Inclusive, también está El Chango Farías Gómez, miembro de los Huanca Hua, un grupo vocal folklórico argentino, quien dijo que los arreglos musicales que hacía para su banda tenían influencia de Los Beatles.
La revolución Beatle (Una conspiración del destino) será presentado en alguna fecha icónica del grupo en abril próximo.
“Pero también me detengo particularmente en Bahía Blanca, donde ha habido muchísimos grupos. Y menciono a algunos como Los Rebeldes, Voltaje 4 y Cebolla Vidriosa y algunas bandas de culto como El Terrón de Azúcar, La Contrabanda, Wilson Band y Submarino Amarillo. Estas dos últimas, por ejemplo, me han acompañado en algunas conferencias.
“Todos estos vínculos relacionados con Bahía Blanca representan un valor agregado para el libro, ya que fue pensado para sumar desde una ciudad que tiene mucha conexión con Los Beatles. Me pareció que, sin dejar de lado su historia, tenía sentido escribir algo diferente”.
—¿Cuándo fuiste a un recital de Paul McCartney en la Argentina?
—A Paul lo vi en diciembre de 1993, cuando vino por primera vez. Estuve en la conferencia de prensa y hasta en una prueba de sonido, ya que trabajaba para EMI. Lo hice dos veces más: en 2016 en el Estadio Único de La Plata y el año pasado en River. A quien no tuve la oportunidad de ver fue a Ringo (Starr).
—¿Cuáles fueron tus sensaciones?
—Son fuertes porque Paul dedica mucho tiempo a los recitales y realmente te emociona porque remueve recuerdos personales. Canta All My Loving y es imposible no emocionarse cuando aborda temas que marcaron tu adolescencia, tu juventud.
—¿A qué atribuís que, por ejemplo, a los recitales de McCartney vayan tres generaciones y lo disfruten de la misma manera?
—Es un fenómeno extraordinario. En un libro que escribieron Fernando Blanco, un fanático de Los Beatles que integraba Los Super Ratones, y el periodista Sergio Marchi, se afirma que cada un lustro, más o menos, hay una nueva camada de pibes que retoman el espíritu por la beatlemanía y se hacen fans de la banda.
“Es un fenómeno que habla de la impronta que han dejado, porque más allá de que la música han cambiado muchísimo de lo que eran los años 60 a los 70, y después a los 80. Cuando uno escucha es evidente su influencia en temas que fueron creados con posterioridad a la separación.
“Del otro lado, Paul admite que cuando compuso Blackbird lo hizo inspirado en una obra de (Johann Sebastian) Bach”.
—¿Qué impronta dejaron?
—De alguna manera trataron de restañar las heridas de la desigualdad. Siempre tuvieron una posición muy clara respecto de muchas cosas que estaban pasando en el mundo y marcharon en contra de las injusticias y de las guerras.
La revolución Beatle (Una conspiración del destino) no parece ser el último sueño de Rivas Wilsen.
“En varias ocasiones proyecté viajar a Liverpool, pero los vaivenes económicos del país hicieron que se frustraran. Pero no pierdo las esperanzas de que alguna vez pueda este conocer los lugares por donde Los Beatles comenzaron esta historia”, augura.
Donde nace la pasión
“A fines de los 60 ya coleccionaba discos. Hacía un programa en LU3 y allí había un locutor de nombre artístico Osvaldo Linares, que se llamaba Máximo Levy, una persona muy generosa que me invitó a que hiciera media hora beatle del continuado musical de los sábados. Así debuté en radio”, cuenta Rivas Wilsen.
“Ya trabajaba en la disquería más importante de Bahía Blanca, que era A y V Discos, de la familia Petrosino (Antonio y Vicente), que estaba en las galerías Plaza y Americana. Ahí estuve 10 años, del 67 al 77 y ya tenía varios discos de Los Beatles”, amplía.
“En el 71 empecé en Radio Nacional. Y desde aquella primera conferencia del 69 me empezaron a invitar a dar charlas desde la Cultura Inglesa, la Alianza Francesa y hasta de la Universidad Nacional del Sur, en un ciclo que organizaban Daniela y Gabriela Arellano”, recuerda.
“Después ellas organizaron una charla sobre la historia de George Harrison en la Casa de la Cultura. También Quique Agesta, que era director del Teatro Municipal, me invitó a dar una exposición sobre la banda junto a Marcelo Arce”, afirma.
Rivas Wilsen, bahiense de 74 años y con dos hijas, empezó a incursionar en la música contagiado por un padre melómano.
“A mediados de la década del 50 ponía (su padre) los 78, ya que todavía no habían salido los long play y me hacía escuchar tango, folklore, música clásica, jazz. Ahí me formó en el amor a la música, especialmente el tango y el folklore”, indica.
Como sea, Rivas Wilsen tuvo un programa que fue pionero en la difusión del rock nacional y universal. Fue en Radio Nacional entre las décadas del 70 y el 80, que se llamó Nueva Dimensión y salía los sábados de 16 a 17.
También pasó por LU2 Radio Bahía Blanca. “Empecé primero haciendo programas en 1977, luego me designaron en la discoteca y allí me jubilé en 2016”, concluye.