Bahía Blanca | Martes, 24 de junio

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Una reconocida vivienda en esquina y un bebedero que se asoma

Una breve referencia a una vivienda en Brandsen y Darwin y una fotografía que dispara otra historia.

Esta nota empezó con un objetivo modesto: hacer referencia a una vivienda ubicada en Brandsen y Darwin, particular esquina de nuestra ciudad. Un hallazgo inesperado modificó un poco ese rumbo.

Todo comenzó con un aviso publicado en este diario en diciembre de 1974 por la firma Girotti, promocionando la venta de esa casona en esquina, ocupando un terreno irregular, en forma de paralelogramo

“Para inversores”, mencionaba la publicación, sugiriendo que se trataba de un sitio apropiado para una construcción en altura, por lo “excepcional” del lugar, y porque, en diagonal, Fenizi Construcciones se aprestaba a levantar un edificio de planta baja y ocho pisos.

Se vende, "para inversores", 1975

El aviso detallaba los ambientes del inmueble, con un salón en planta baja, donde funcionó en su momento la Farmacia Bahía y hoy lo hace una panadería, y vivienda familiar en altos. El precio de venta era de 320 mil pesos, pago 50% al contado y saldo en dos cuotas semestrales. En dólares de la época, representaban 14.500, unos 94.000 de la actualidad.

A la derecho, la esquina sin edificar

Hasta ahí la idea de este repaso, por ser una esquina reconocida, muy transitada, camino a las Villas, con un atractivo estilo propio renacimiento italiano. En la búsqueda de algún dato adicional sobre la obra fue que la historia tomó un leve giro.

La vivienda

De acuerdo a datos de 1940 tomados por la dirección de Catastro provincial –material facilitado por el Archivo de la memoria de la Universidad Nacional del Sur-- la vivienda data de 1931. Tiene 3,91 metros la ochava, 14,39 sobre Darwin y 22,87 sobre Brandsen.

En la planta baja, además del local mencionado, se ubicaban 2 habitaciones, cocina, baño y garaje. En altos, la distribución incluía hall, sala, comedor, dos habitaciones, cocina y baño, sumando 180 metros cuadrados.

La esquina, vista actual
Aires italianos en las ventanas del frente

Si bien el inmueble mantiene su diseño, hoy la esquina está afectada por cartelería y el sector que ocupa un comercio se pintó con un rojo furioso, lo cual atenta contra la integridad de la fachada y afecta el color miel del revoque símil piedra original.

Lo inesperado

Esa ficha catastral incluye también la foto del inmueble. Y es allí es donde apareció en escena un singular componente del lugar: el histórico bebedero para animales, en su ubicación original.

La pieza metálica ocupa una pequeña rotonda adoquinada con el detalle (no menor) de, en el momento de tomar la fotografía, estar dos caballos tomando agua. Una maravilla como testimonio de época y de uso. Lamentablemente, en la imagen la persona que sostiene la placa catastral se ubicó delante del bebedero, ocultándolo en parte.

El bebedero en uso

Este tipo de equipamiento fue clave durante gran parte del siglo XX, considerando la enorme cantidad de vehículos tirados por animales que recorrían la ciudad.

En este caso fue adquirido por catálogo a la fábrica Walter Macfarlane, con talleres en Saracen Foundry, Escocia, uno de los fundidores más reconocidos de su época. El plato es sostenido por la réplica de cuatro patas de caballos, sello distintivo del diseño de esa empresa.

El bebedero resultó dañado con algún golpe a fines la década del 40 –perdió una de sus patas-- y retirado del lugar de manera definitiva en 1967.

En 1998, administración del ex intendente Jaime Linares, se encontró en dependencias municipales una de las patas, a partir de la cual se decidió reconstruir el conjunto.

En los talleres de fundición de la Base Naval Puerto Belgrano se realizaron las patas faltantes y en los del municipio se rehízo el plato.

La recolocación se hizo a unos pocos metros de su posición original y sobre un pedestal, formando parte de una fuente que dificulta se identifique de manera clara cuál y como era su uso. Fue una decisión muy celebrada por los vecinos y luego de una emotiva ceremonia todos compartieron un vermú en el histórico café Miravalles, frente a la Estación Sud.

Inauguración de la fuente, 1998
Ayer y hoy. vista hacia Darwin

Fue una buena manera de recuperar parte de la memoria y apagar en parte la nostalgia, esa “tristeza melancólica originada por el recuerdo de una dicha perdida”, según el frío diccionario.