Mientras todo el estadio Carminatti lo insultaba, Ramón Lentini se reía

Sergio Daniel Peysse

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Egresado del Instituto Superior en Ciencias de la Comunicación Social. Cronista de la sección Deportes de La Nueva. desde el 9 de octubre de 1995, especializado en fútbol. Entre 2002 y 2018 cubrió a Olimpo en Primera división. Trabaja en televisión y radio. Además, integró el equipo periodístico de "El Diario del Mundial", que se emitió en La Nueva Play.

No recuerdo, al menos en el corto plazo, un recibimiento tan hostil como el que los hinchas de Olimpo le hicieron al centrodelantero Ramón Lentini, que en la temporada 2017-2018 pasó sin pena ni gloria por el aurinegro y ayer visitó el estadio Carminatti con la 9 de Argentino de Monte Maíz, que se terminó llevando el triunfo, 1-0, ante el equipo dirigido por Pedro Llorens, por la fecha 3 del Nonagonal 1 del Federal A.

Con desbordado rencor, los parciales olimpienses abuchearon e insultaron (con un “Lentini, hijo de p…, la p… que te p…”) al goleador misionero apenas pisó el estropeado césped de una cancha que no quedó nada bien después de la resiembra, recordándole la inhibición y el juicio posterior que el 9 del conjunto cordobés le hizo a Olimpo, en ese momento manejado por Identidad Aurinegra (Comisión Directiva con Mauro Altieri como presidente) y que rescindió de los servicios del jugador, supuestamente, sin un acuerdo previo y sin abonarle la totalidad del contrato.

El seguidor olimpiense debe comprender que Lentini, que en aquel campeonato solo disputó 7 partidos (no marcó goles) y una recurrente lesión en la rodilla lo hizo entrenar diferenciado todos los santos días, “hizo lo que tenía que hacer” al sentirse expulsado de un club que no le dio “ninguna explicación” (según lo que declaró el representante del futbolista en su momento) al interrumpirle el vínculo contractual, que era por tres años.  

Después del partido esperé a Lentini en la zona mixta (gimnasio de básquetbol Norberto Tomás), pero apenas dejó el vestuario visitante aclaró “no voy a dar notas, no me interesa hablar”, mientras en algunos teléfonos celulares de allegados al plantel local se podía ver la foto de la bandera que le colgaron en el alambrado de la tribuna de calle O’ Higgins, con billetes dibujados y la leyenda: “Ramón Lentini mercenario, vago de m…”.

Ese "trapo", a los 8 minutos de iniciado el cotejo, fue retirado por la policía (otros argumentaron que lo fueron a sacar algunos de los integrantes de la Noroeste 74, pero se vio a efectivos en la grada de socios), lo que generó el repudio de algunos socios que, según nos pudimos enterar después, se calmaron cuando la tela fue recuperada por su diseñador.

El juicio iniciado por Lentini terminó explotando en la segunda gestión de Alfredo Dagna (2019), que se encontró con una institución a punto de “desaparecer”.

 "Saldamos 34 juicios de 38 que heredamos”, sostuvo el actual titular olimpiense, que en en su regreso para enderezar el rumbo de Olimpo indicó “Lentini tenía contrato por tres años, y si decidís que no lo vas a tener en cuenta, no lo tenés que echar, porque si lo echás, el jugador se dirige a Agremiados y en dos minutos pide la libertad de acción y a vos te cobran la totalidad del contrato. Siempre hay que negociar; si al jugador lo tenés todos los días corriendo alrededor de la cancha, en dos meses te pide rescindir, y ahí llegás a un acuerdo mutuo”.

Olimpo saldó la causa iniciada por Lentini en 28.236.913 de pesos, y al mismo tiempo desembolsó 27.885.000 para cerrar con el club Embajadores de Olavarría por el incumplimiento –de Olimpo-- de las pautas establecidas en el contrato cuando llevó a cabo la transferencia del jugador Facundo García (vistió los colores aurinegros en Primera división entre 2017 y 2018) al Leganés de España.

En fin. Olimpo perdió en la cancha después de una docena de encuentros, Dagna y los demás dirigentes se quejaron del “raro” arbitraje de Maximiliano Macheroni y Lentini dejó el estadio sin hacer declaraciones, pero con una sonrisa modo “sarcástica” en su rostro.