Hermenegildo Hernando, la tragedia de un aviador
Apenas un año llevaba como piloto cuando la tragedia cruzó la vida de Hernando.
Es periodista, ingeniero civil y docente de la Universidad Nacional del Sud en materias relacionadas con el Patrimonio arquitectónico y el planeamiento urbano. Ha publicado notas en revistas Vivienda, Todo es Historia, Obras & Protagonistas y Summa +. Participa en varios micros radiales referidos a la historia de Bahía Blanca. En dos ocasiones recibió primera mención por parte de ADEPA en el rubro Cultura e Historia.
Hace 91 años, en agosto de 1933, logró su brevet como piloto de segunda categoría en el Aero Club Bahía Blanca, el joven Hermenegildo Hernando, sumándose “al elenco de hombres pájaro” de la ciudad.
Fue un sábado cuando quienes fiscalizaban las pruebas aeronáuticas se reunieron para evaluar las aptitudes de Hernando en su intento por obtener la patente de Aeropiloto Civil de segunda categoría. Integraron esa mesa los pilotos Leonardo Sevetti, Francisco Ragadale, Julián Adre y Luis Bouzat.
Hermenegildo tuvo como primera prueba cubrir la distancia entre Bahía Blanca, Tres Picos, Cabildo y regreso. A pesar del viento fuerte que soportó de frente efectuó el recorrido en un tiempo adecuado, que evidenció la rectitud del rumbo tomado.
Al día siguiente fue el turno de las pruebas de destreza, "exigiéndosele un descollage con viento de través, virajes y aterrizaje a un blanco", sin utilizar motor, habiendo detenido el avión a 35 metros del punto establecido.
Finalmente, efectuó un vuelo de 2500 pies, practicando dos “panzazos”, dos entradas en tirabuzón a ambos lados y aterrizaje. “El alumno ha demostrado un dominio indiscutible del avión que piloteaba”, señaló el jurado, haciendo extensiva su aprobación y las felicitaciones al nuevo egresado.
Más allá de esa satisfacción, el destino de Hernando quedó marcado ese día. Un año después, en septiembre de 1934, cumpliendo un vuelo entre nuestra ciudad y Pigüé, acompañado por Norberto Murguía, su avión Mercury desapareció en la zona de Sierra de la Ventana.
Durante dos días se realizaron tareas de búsqueda por aire y tierra hasta encontrar la avioneta completamente destruida y sus tripulantes fallecidos. El rescate de los cuerpos se hizo a lomo de caballos.
Hernando tenía 22 años de edad, lo despidieron mujer y sus dos hijos, Raúl y Norita. Una particular tumba en el cementerio local ilustra su tragedia.