Diario de viaje, la contratapa: Curry existe, las veces que respiré y otras conclusiones
Sensaciones, experiencias, comentarios y mucho más de lo que implicó cubrir los Juegos Olímpicos en el primer mundo.



Periodista. En La Nueva desde 2013. Especializado en el movimiento olímpico. Asistió a los Juegos Olímpicos de Río 2016, a los Juegos Olímpicos de la Juventud Buenos Aires 2018, a los Juegos Suramericanos de la Juventud Rosario 2022, a los Juegos Suramericanos Asunción 2022, a los Juegos Panamericanos Santiago 2023 y a los Juegos Olímpicos París 2024, entre otros eventos internacionales.
Dos de las cuatro cintas de Aduana no funcionaban, los baños no estaban lo necesariamente limpios y el precio de la botella de agua, algo elevado.
Ni siquiera voy a decir que hacía frío o que de las dos valijas que despaché, me llegó solo una. Son detalles. Detalles que me hicieron dar cuenta, de un sacudón, que estaba de regreso en la Argentina luego de tres semanas cubriendo, como prensa acreditada, los XXXIII Juegos Olímpicos París 2024.
Lo escribo así, completo, porque algunas vivencias aún me suenan increíbles pese a que la cobertura la planifiqué con varios meses de antelación. Y lo escribo así, completo, porque sostengo que no existe evento deportivo, social y cultural que esté por encima.


Ese vértigo del que hablé en la entrega anterior, en el que uno cae por obligación pero también por deseo, nubla ciertas objetividades.
Fueron días sin dormir, comiendo apurado —en el mejor de los casos—, adivinando caminos, aventurando posibles resultados que no modifiquen lo planeado y tratando de transmitir de la manera más clara posible por qué esas semanas serán inolvidables.
No son excusas ni quejas, lo aseguro. Muchos de los que están leyéndome lo harían si tuviesen la posibilidad y me siento un privilegiado.
Son, simplemente, aristas que juegan su papel a la hora de una cita olímpica y de una cobertura que no se enseña en ningún instituto. Creo, en ese sentido, haber aprendido bastante estando allá.
Hubo que resignar eventos superlativos por tiempo o distancias, más allá del lamento. Pero acumulé una pila de experiencias que empecé a soñar alguna tarde en el patio de mi casa, después de ver la tele, leer el diario o escuchar a Santiago en LU2.
Algo de esto compartimos en la entrega del viernes de El Diario Deportivo, por La Nueva Play:
Del tercer estreno olímpico de Álvarez Fourcade al doble con Nadal y Alcaraz sin escalas. De la primera serie de Hein a la jornada completa con Leones y Leonas en Colombes.
Del oro de Maligno directo al All Around de Biles. De un mano a mano con Hakimi en el Parque de los Príncipes a ver el vuelo de Duplantis hacia un nuevo récord en el Stade de France.
De Versalles hasta Marsella, pasando también por los mejores de la NBA.
Cuántas veces me pregunté si era real lo que acababa de ver en otra victoria de Golden State con un tiro imposible del 30. Curry existe, no se destaca por sus músculos y no es muy alto, si hasta parece una persona. Pero juro que fue él quien metió ese triple y el anterior, y el otro. El mismo que estuvo media hora hablando con la prensa en el subsuelo del Bercy Arena.
Reconozco que varias veces quité la mirada de la competencia, levanté la cabeza, respiré profundo y traté de convencerme de disfrutar el momento. Sentí que me lo decían, desde la Argentina y desde el más allá.
Caminé 122 kilómetros y anduve otros 547 en transporte público, al margen de los casi 1500 que recorrí para presenciar el debut olímpico de Catalina Turienzo en Marsella. Todo valió la pena, cada momento. Todo fue único.
Y les miento si les digo que no sé que faltan 1426 días para Los Ángeles 2028 y que como pasa con los atletas, la fecha está marcada en el calendario.
"LA28 empieza hoy", dijo Turienzo al salir del mar tras su última regata. Ya habrá tiempo para contarlo.