Joaquín Parra cambió de equipo y, también, de realidad: “Lo tomo como una segunda oportunidad"
El capitán de Sansinena fue el último en dejar el barco y, de regreso, ya comenzó su segundo ciclo en Villa Mitre: "Tengo en claro cuál es el objetivo acá", avisó el refuerzo tricolor.
(Nota ampliada de la publicada en la edición impresa)
La intempestiva y desprolija salida de Sansinena del Torneo Federal A, por inconvenientes de todo tipo para poder mantener a un equipo competitivo en la categoría, también le significó a muchos de sus integrantes la posibilidad de tomar nuevos caminos. Algo así como aquel viejo refrán de que "no hay mal que por bien no venga".
Sobre todo para aquellos jugadores que mostraron un gran nivel pese al contexto adverso, y que con la chance que otorga la apertura del libro de pases, se volvieron una gran alternativa para muchos de los equipos que hasta hace unos días eran rivales.
Uno de esos casos fue Joaquín Parra, el bahiense por adopción -es nativo de Junín-, quien fuera capitán y figura del albirrojo y que hace unos días se sumó a Villa Mitre, club donde afrontará su segundo ciclo.
Con su desequilibrio por las bandas, el cambio de ritmo y aportando también una cuota de gol, Joaco (de paso también por Liniers y Olimpo en nuestra ciudad) mostró, en este comienzo de temporada, su mejor versión en el Federal. Algo que despertó el interés de uno de los grande animadores de la división y que va nuevamente en busca de ese ansiado ascenso.
"Tomo esto como una nueva oportunidad", resumió Joaco en diálogo con La Nueva. y luego de comenzar (a los 28 años) su nueva etapa en La Villa, donde también había llegado en 2018 y disputó 20 encuentros (4 por el Federal y otro por Copa Argentina) y marcó un gol.
"Fue una alegría enorme volver al club y ver cómo ha crecido todo, estoy disfrutando sinceramente", agregó.
Pero antes, recorramos su año hasta llegar a este nuevo y esperanzador presente.
-Me imagino que fue grande el cambio; fueron raros los últimos días en Sansinena...
-De Sansinena elijo quedarme con lo positivo, me quedo con las personas que conocí y los amigos que me quedaron. En cuanto a los entrenamientos en las últimas semanas estuvimos moviendo por nuestra cuenta o una vez por semana. Entonces, sí, es un contraste grande en ese sentido.
-¿Te sorprendió lo que viviste en los últimos días en el club? Digo, por ser algo que no habías pasado nunca al menos…
-Sí, la verdad que sí. Lo de tener que ir a jugar sin haber practicado en la semana es algo que nunca me había pasado. Pero bueno, la falta de pago es algo que no había vivido pero son cosas que sabemos que suceden en el fútbol y, a veces, hasta se normalizan.
-¿Qué fue lo más loco que vivieron en estos días?
-No, nada muy loco. Por ahí no poder contar con un lugar para entrenar apropiado a lo que es la categoría. Pero bueno, entendíamos también de que el club estaba pasando por un momento en el que no contaba con esa estructura y no había quién se pudiera hacer cargo de esa situación y la pagamos todos.
-Más allá de los puntos que sacaron, al equipo se le veían rendimientos individuales buenos y algunos movimientos interesantes, ¿la bronca pasa un poco por ahí también, por saber que en otro contexto podrían haber rendido mucho más?
-Sí, la verdad que sí. Fue una lástima porque si bien no tuvimos mucho tiempo de trabajo, jugábamos bien. Por ahí se nos escapaban los partidos por falta de experiencia pero había muchos chicos jóvenes, con mucha intensidad. Con el correr del tiempo fuimos perdiendo algunos jugadores importantes pero sin embargo no bajamos tanto el nivel, seguimos dando pelea.
-¿Cómo era ser el capitán de ese grupo? Insisto, en un contexto tan adverso...
-Nada, simplemente trataba de ser un nexo entre la dirigencia y los jugadores. Por ahí me terminé haciendo cargo de cosas que no debería pero fue todo a fuerza de voluntad para que podamos seguir jugando. Porque yo y todos los chicos necesitábamos jugar para mostrarnos, pero al mismo tiempo queríamos reclamar por lo que nos correspondía.
-¿Era raro vivir esa doble realidad de tu muy bien nivel y que, al mismo, tiempo al plantel le faltaran cosas esenciales?
-Si, es como que uno está tan metido de que no te vas dando cuenta de la gravedad de la situación, porque vos estando a tres días del partido y estás pensando en el partido. Obviamente que mi situación, al estar acá en Bahía con toda mi familia, era muy distinta a la de los chicos que no eran de acá y tenían muchos más problemas. Siempre tratábamos de ayudarnos entre todos pero a cada uno le afectaba de manera diferente.
-Los chicos de afuera, que están lejos de los suyos, son los que más sufren ese día a día...
-Sí, porque en los momentos duros uno se quiere apoyar en la familia y al tenerla lejos se hace complicado. Después tener que meterle ganas a entrenar y a intentar mejorar pasa a un segundo plano si el jugador no cuenta con las cosas necesarias para estar bien.
-¿El partido contra Olimpo en el Carminatti (NdR: fecha 10) fue el primer gran quiebre?
-Esa fue la primera semana que fuimos a jugar sin haber entrenado todos los días. Pero encima es un partido que todos quieren jugar, en esa cancha y en ese contexto. Pero bueno, la situación se dio así y nosotros hicimos lo que podíamos con lo que teníamos.
-¿Dónde sacaban ese plus extra en esos momentos? En el sentido amateur que tiene cada jugador adentro, en el amor por el fútbol, en cuidar su nombre...
-Me haces acordar de la charla que dio el Pato (Mángano, quien dirigió al equipo en el último partido) antes de jugar contra Cipolletti, que al final de cuenta esto lo hacemos por amor al fútbol. Ya a esa altura había pasado todo a un segundo plano, queríamos seguir jugando por nosotros mismos, más allá de estar representando a una institución. En esos momentos tenes que sacar el amor propio.
-Más allá de todo, ¿fue triste que terminara así?
-Fue muy triste porque teníamos un plantel muy competitivo y hasta un equipo para pelear arriba si hubiésemos trabajado de otra manera. Sí, es triste pero elijo quedarme con lo positivo: pude conocer gente buena, hacer amigos, pudimos jugar, tener continuidad, ganar experiencia y eso me trajo adonde estoy ahora. La verdad, que estoy agradecido.
-Era un poco tu objetivo a nivel personal, mostrarte y demostrar que todavía tenías más para dar y crecer en esta categoría...
-Sí, mi objetivo era seguir estando en la categoría. El año pasado en Liniers no había podido tener continuidad y este año creo que se medio la oportunidad y con el correr de los partidos te vas acostumbrando, agarrando confianza y experiencia. En ese sentido, a nivel deportivo, fue todo positivo.
-¿Sentís que estás en tu mejor momento?
-Qué se yo… siento que todavía tengo mucho por aprender y por mejorar y estoy enfocado en eso.
-¿Cómo fue el llamado de Villa Mitre, no sé si tuviste algún otro?
-Sí, justo cuando salió la noticia y un tiempito antes me habían llamado de otros equipos de la zona pero, sin lugar a dudas, la de Villa Mitre fue la mejor opción porque es un club que pelea arriba. Además de que está en la ciudad donde estoy yo, dónde está mi familia, tengo mi laburo… así que me cerraba por todos lados.
-¿Te llamó otro equipo de Bahía?
-No, de Bahía no. Del Federal, solo Villa Mitre.
-¿Conocer a muchos de los chicos por tu anterior paso y cosas del día a día del club puede ayudarte?
-Sí, yo ya tuve mi ciclo acá y muchos siguen estando. Por ahí se me va a hacer un poco fácil la adaptación al grupo. También lo tuve a Carlos, conozco a casi todo su grupo de trabajo. Estoy contento con eso. Yo ya sé cómo trabaja y él sabe cómo soy yo.
-En orden institucional, infraestructura y comodidades para el plantel, Villa Mitre es un poco lo opuesto a lo que pasaste en los últimos días en Sansinena, ¿cómo es estar viviendo ese contraste tan grande en poco tiempo?
-Para mí es una felicidad enorme porque me estaba acostumbrando a la otra realidad. Y llegar acá y ver cómo está el club, como creció, el lugar donde se entrena… la verdad que estoy muy contento. Cuando llegué a la mañana (a su primera práctica, el miércoles), entré al predio y empecé a tocar la pelota, que no lo hacía hace como 10 días, y estaba en el paraíso.
-¿Qué crees que podes aportar al grupo?
-Siento que he mejorado últimamente. Creo que le puedo aportar dinámica y velocidad por afuera y colaborar con la intensidad que quiere tener el equipo y con la marca. Tratar de generar desequilibrio.
-¿Te genera cierta motivación, y hasta ansiedad, pensar cómo puede ser ahora tu rendimiento individual, en un contexto muchísimo mejor?
-Sí, obviamente que hay mucha motivación pero también tengo que manejar la ansiedad. Hay que entender que este es un equipo ya armado. Mi objetivo es poder adaptarme y poder aportar desde donde me toque, siempre esforzándome por querer mejorar y adaptarme rápido a lo que pide al técnico.
-Por que lo conocés de adentro y sabés lo que se comenta desde afuera me imaginó que no tuvieron ni que decirte cuál era el objetivo del club...
-No, no, obviamente. Está claro que hace años que el club está buscando querer ascender y este año no es la excepción. Lo tengo claro. Es algo emocionante poder sumarme a un grupo con ese objetivo, está buenísimo.
-¿Lo tomás como una revancha?
-Sí, no sé si una revancha. Pero sí como una nueva oportunidad, de poder volver a jugar acá ya estando un poco más maduro y con más experiencia. Estoy muy ilusionado y contento.