Bahía Blanca | Miércoles, 25 de junio

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La historia detrás de CLI3D: de la casualidad al éxito internacional

Micaela Giglio fabrica y vende moldería para crear objetos decorativos en concreto. La historia de un emprendimiento bahiense de exportación. 

Micaela Giglio exponiendo sus productos.

"Ser emprendedor surge siempre de una necesidad", aseguró a La Nueva. Micaela Giglio, fundadora CLI3D, una empresa de impresión 3D que fabrica moldería para crear objetos decorativos.

Si bien actualmente encontró el éxito en la venta de sus productos a lo largo de todo el país y de manera internacional, la propuesta nació casi por casualidad y gracias a un invento propio con el que, también, se topó de casualidad.

Micaela es diseñadora gráfica pero nunca se había abocado a su rubro de lleno. En 2019, en pleno auge de la impresión 3D, decidió comprarse una impresora. Hasta ese momento trabajaba en repostería, área en la que solía encontrarse con pedidos personalizados muy específicos para los que, la posibilidad de imprimir moldería a medida, sería más que útil. 

Fue entonces que comenzó a fabricar y vender moldería para repostería, llaveros, objetos de regalería, pero en 2020 llegó la pandemia y, sin eventos en los que pudiera ofrecer sus productos, se quedó sin trabajo.

"Un día, en mayo de 2020, me escribió una chica para preguntarme si diseñaba y vendía moldes para hacer macetas de cemento, algo que ya me habían preguntado antes pero que nunca había considerado porque me resultaba súper complicado", contó Micaela.

La moldería que estaba acostumbrada a vender requería alrededor de 40 minutos de impresión, a diferencia de este nuevo pedido, para el que tendría que disponer de cuatro o cinco horas de impresión por unidad. 

"Yo no me quería ni meter en eso, menos en un momento en el que por ahí necesitaba plata más rápido. No era como los cortantes para repostería, que salían rápido y con una impresora lo podía solucionar, haciendo dos o tres moldes por día", explicó.

Pero con la disponibilidad de tiempo provista por el aislamiento preventivo y ante la situación económica a la que se enfrentaba, Micaela decidió ponerse a diseñar.

"Arranqué haciendo uno, que obviamente falló. El problema fue que necesitaba probarlo rápido para poder venderlo y las mezclas de cemento tardan entre 24 y 48 horas para desmoldarse; ese iba a ser el tiempo que me iba a llevar probar si la pieza funcionaba o no", detalló.

Fue en ese momento que llegó al material que le facilitaría ese proceso tan extenso: una mezcla casera, creada por ella misma, que podría cumplir la misma función que el cemento. Y en lugar de tardar un mínimo de 24 horas en secar podría estar lista para desmoldar en tan solo 5 minutos.

"Llegué a la mezcla en realidad porque siempre fui de hacer manualidades y un día, cuando mis hijos eran más chicos, quise hacer unas piezas para que pinten en el momento. No sé por qué se me ocurrió mezclar cemento y yeso, era lo que tenía en casa. Se endureció enseguida y en el momento les desmoldé las piezas y las pudieron pintar. Dije ´wow, esto está buenísimo´. Es como si lo hubiera hecho para el futuro", reflexionó Micaela.

A los ingredientes originales le sumó arena y, de acuerdo a lo relatado por la diseñadora, dio con las proporciones justas de la receta de casualidad. Y no solo pudo poner a prueba sus moldes en muy poco tiempo, sino que además sumó a sus ventas un insumo que para sus clientes hacía una gran diferencia.

"Yo le vendo mayormente a emprendedoras y estábamos todas en una situación en la que necesitábamos que los productos se fabricaran rápido para poder amortizar ese molde, que en su momento no era barato", explicó. 

Y así fue cómo comenzó a vender en Bahía, "dos o tres moldecitos a dos o tres personas".

El gran crecimiento de su negocio llegó gracias a las redes sociales. Los tutoriales y "transmisiones en vivo a modo de workshop" hechos por Micaela, lograron llegar a más de 77 mil usuarios, muchos de ellos nuevos emprendedores que encontraron en CLI3D una salida económica, un hobbie, un proyecto personal o "hasta una forma de terapia".

A casi cuatro años del nacimiento de su emprendimiento, junto a su hermano "Gera" y un numeroso equipo de trabajo, CLI3D extendió sus servicios a lo largo de todo el país, con base en Bahía Blanca y Puerto Madryn.

Hace menos de un mes, a través de un programa de acompañamiento a Pymes para la exportación, impulsado por Zona Franca y la Unión Industrial Bahía Blanca, CLI3D comenzó a vender al exterior. 

"Estamos como muy nuevitos en esa parte, pero ya estamos habilitados para exportar a todo el mundo. Actualmente está pensado para clientes particulares porque nosotros hoy en día no tenemos stock de nuestros productos, por una cuestión de la realidad del país fabricamos solo a pedido, así que armamos kits destinados a la exportación", detalló. 

Actualmente Micaela se dedica a la parte creativa, haciendo tutoriales, diseños, pintura, entre otras cosas; y su hermano se encuentra a cargo de la parte administrativa.

"Ninguno podría estar sin el otro, aunque él esté en Madryn y yo acá. Todas las semanas yo le mando todas las semanas a Gera una caja gigante con todos nuestros nuestros moldes fabricados, allá se post procesan y de ahí salen a todo el resto del país", explicó la emprendedora.

Trabajan con más de 70 diseños propios, venden moldes termoformados y una nueva "línea supplies" con "todos los materiales que una emprendedora o clienta puede necesitar para llegar a su producto final: arena, cemento, lacas, pinturas, de todo".

CLI3D se convirtió en la tienda online de insumos para la fabricación de objetos decorativos en concreto más grande de la Argentina y próximamente tendrá base definitiva en nuestra ciudad.

"Ahí sí, nos vamos a poner a full con el tema de la exportación para poder ofrecer la línea completa de productos, para que nos puedan comprar lo que quieran. Es un mundo nuevo para nosotros y estamos yendo con cautela", sostuvo.

"Yo creo que la mejor manera de llegar a la gente es siendo uno mismo y siendo honesto. Ofrecemos un apoyo muy grande pre venta y post venta, algo que afianzó la relación que tenemos con los clientes, siempre nos están preguntando, consultando o sumándose a los vivos a aprender. Obviamente que este es mi trabajo y yo tengo un rédito económico en todo esto, pero me parece muchísimo mejor llegar a la gente de esa manera que imponiendo mis productos", cerró Micaela.