Bahía Blanca | Lunes, 29 de abril

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Historia y simbolismo: así fue el encendido de la llama olímpica en Grecia

El fuego comenzó su recorrido hasta la capital francesa, sede de los Juegos de la XXXIII Olimpíada.

Fotos: IOC, París 2024 y Maxime Franusiak

Un paso fundamental para el desarrollo de los próximos Juegos Olímpicos tuvo lugar este martes en Olimpia, Grecia.

Como marca la historia, se procedió al encendido de la llama olímpica en una ceremonia que comenzó a las 5.30 hora de nuestro país.

Significó, además, la antesala a la última cuenta regresiva rumbo a París 2024 ya mañana miércoles van a quedar cien días para la cita en la capital francesa.

Estuvieron presentes el presidente del COI, Thomas Bach, y el presidente de París 2024, Tony Estanguet.

A propósito, Estanguet habló de la responsabilidad de París 2024 por cuidar la llama olímpica: "Nuestro papel como organizadores es hacer todo lo posible para alimentar y hacer crecer esta llama, en nuestro país y en todo el mundo. Cien años después de los últimos Juegos de Verano en nuestro país, el pueblo de Francia tendrá el inmenso honor y el placer de acoger estos Juegos modernos de la XXXIII Olimpiada".

Bach tomó después la palabra para resaltar que los Juegos Olímpicos pueden unir al mundo a través de la competición pacífica.

"En la Antigüedad, los Juegos Olímpicos unieron a las ciudades-estado griegas, incluso –y en particular– durante los tiempos de guerra y conflicto. Hoy, los Juegos Olímpicos son el único evento que une al mundo en una competición pacífica. Entonces como ahora, los deportistas olímpicos mandan este poderoso mensaje: sí, es posible competir con garra unos con otros, y al mismo tiempo convivir pacíficamente bajo un mismo techo".

La llama olímpica fue presentada por la actriz griega Mary Mina que, haciendo el papel de Suma Sacerdotisa, la pasó al primer portador de la antorcha en el relevo: el deportista griego Stefanos Ntouskos, que ganó la medalla de oro en scull individual de remo en Tokio 2020.

Después de recibir la antorcha, Ntouskos llevó la llama al monumento dedicado a Pierre de Coubertin, que guarda el corazón del padre del movimiento olímpico moderno. Luego, pasó la llama a la segunda relevista, la triple medallista olímpica francesa en natación, Laure Manaudou.

Tras de una pequeña carrera, Manaudou entregó la antorcha al tercer portador: Margaritis Schinas, vicepresidente de la Comisión Europea.

Desde la antigüedad, la llama olímpica ha sido un símbolo de paz y amistad entre las naciones. Para garantizar su pureza, la llama se enciende siempre con los rayos del sol captados en el centro de un espejo parabólico. Para los antiguos griegos, el fuego era el elemento creador del mundo y de la civilización.

La idea de la ceremonia de encendido en Olimpia, así como el concepto del relevo de la antorcha, se le atribuyen a Carl Diem (1882-1962), miembro del Comité Organizador de los Juegos de la XI Olimpiada, y se pusieron en práctica por primera vez en los Juegos Olímpicos de 1936 en Berlín. Desde entonces, el encendido de la llama y el relevo de la antorcha han tenido lugar en todos los Juegos Olímpicos.

El viaje de la llama olímpica desde Olimpia hasta la ciudad anfitriona de los Juegos y el relevo de la antorcha se han convertido en uno de los acontecimientos más simbólicos asociados a los Juegos Olímpicos. Al igual que los antiguos mensajeros olímpicos que proclamaban la ekecheiria o “tregua sagrada”, los corredores del relevo que transmiten la llama olímpica llevan consigo un mensaje de paz a lo largo de su camino.

La antorcha olímpica es introducida en una urna y llevada al antiguo estadio por Hestiada (la sacerdotisa guardiana del fuego), donde la gran sacerdotisa la entrega al primer portador de la antorcha junto con una rama de olivo, símbolo universal de la paz. La primera persona francesa en portar el fuego fue la nadadora Laure Manaudou.

La antorcha continuará un relevo de once días por toda Grecia, incluyendo el Estadio Panatenaico de Atenas, donde nacieron los Juegos modernos.

El 27 de abril, el viaje griego concluirá en el puerto del Pireo, donde embarcará en el Belem con destino a Marsella. Este majestuoso navío, declarado monumento histórico, es la goleta de tres mástiles más antigua de Francia. Fue lanzada en 1896, año de los primeros Juegos Olímpicos modernos.

El viejo navío cruzará el Mediterráneo con su tripulación profesional, completada por 15 jóvenes adultos de todas las regiones de Francia seleccionados para la ocasión.

Tras diez días de navegación, el Belem llegará a Marsella el 8 de mayo, puerta de entrada de Francia en el Mediterráneo y ciudad rica en diversidad cultural. Su llegada marcará el inicio de los Juegos y el comienzo de una gran fiesta popular, ya que la antorcha emprenderá un emocionante viaje a través de Francia.

Serán 68 días de relevo en territorio francés, incluidos cinco de ultramar: Guadalupe, Guayana Francesa, Martinica, Polinesia Francesa y Reunión.

Hasta llegar, el viernes 26 de julio, a la Ceremonia de Apertura de los Juegos Olímpicos París 2024.