Bahía Blanca | Martes, 08 de julio

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El bahiense premiado entre los 100 líderes hispánicos en tecnología de EE. UU.

Se trata de Pablo Cella, quien formó parte de la segunda promoción de Licenciados en Ciencias de la Computación de la Universidad Nacional del Sur en 1991.

Un graduado en Ciencias de la Computación de la Universidad Nacional del Sur fue reconocido por sexto año consecutivo como uno de los 100 líderes hispánicos más notables e influyentes en los Estados Unidos en el campo de las tecnologías y las telecomunicaciones.

Se trata de Pablo Cella, quien aunque nació en el conurbano de Buenos Aires se siente un bahiense más, ya que vivió desde los 3 años en nuestra ciudad, donde realizó los estudios primarios en la Escuela 3 “Bernardino Rivadavia”, continuó los secundarios en el colegio Don Bosco y formó parte de la segunda promoción de Licenciados en Ciencias de la Computación de la Universidad Nacional del Sur en 1991.

El Premio HITEC 100, organizado desde hace 10 años por el Consejo Ejecutivo Hispano de Tecnología de la Información de USA (Hispanic Information Technology Executive Council), tiene como misión celebrar, formar, promover y aumentar la representación de los hispanos como líderes ejecutivos y tecnológicos en un sector que aún cuenta con insuficiente diversidad cultural hispana.

Y busca reconocer el talento, calidad de trabajo e impacto positivo que los ejecutivos hispanos representan en el sector de la tecnología de los Estados Unidos, y se los distingue como modelos a seguir por la próxima generación hispana de líderes de empresas y comunidades de tecnología.

Se evalúa a los galardonados por sus logros en el siempre cambiante panorama global de la tecnología y por sus actividades de desarrollo profesional y mentoría.

“La verdad es que siento una felicidad inmensa y siempre es una sensación increíble recibir este tipo de reconocimiento”, señaló Pablo a “La Nueva”.

Y agregó: “A veces uno está tan metido en el día a día que no se da cuenta del impacto que puede tener. Este premio me motiva a seguir influyendo positivamente en más personas y organizaciones. Además, es emocionante ver que más profesionales quieren conectar y colaborar. También significa una responsabilidad enorme: estar siempre disponible para conversar o ayudar a quienes lo necesiten en sus carreras”.

Precisamente, para quien quiera contactarlo, Cella manifestó que pueden hacerlo en la red profesional LinkedIn.

“Me siento orgulloso de haber recibido este prestigioso reconocimiento y de haber puesto a mi ciudad, Bahía Blanca, y a la Universidad Nacional del Sur de la que me gradué en el año 1991, en esa notoria lista. Esta distinción me dará una mejor plataforma para crear lazos y oportunidades para otros hispanos que trabajan o estudian en el área de tecnología en USA, y conectarlas con personas y empresas influyentes para mutuo beneficio”, señaló.

Entre los ganadores del premio HITEC 100 de 2024 se encuentran algunos de los líderes hispanos más valorados del mundo de empresas globales de Fortune 100, incluidos directores ejecutivos, directores de sistemas de información, directores de tecnología y líderes en diversas disciplinas tecnológicas. El 49 por ciento de los ganadores del premio HITEC 100 de este año son latinas y las ganadoras provienen de 19 países únicos de toda América Latina, España y Portugal.

Los ganadores son líderes de 63 empresas diferentes y el 36 por ciento está siendo reconocido con el premio HITEC 100 por primera vez. 

Las nominaciones para el HITEC 100 se solicitan a los miembros de HITEC, a los socios y al público. Los premiados son evaluados en función del alcance y la escala de su trabajo, sus contribuciones a la tecnología, su liderazgo dentro del cambiante panorama global de la tecnología y sus esfuerzos por orientar y desarrollar a la próxima generación de líderes tecnológicos hispanos. 

Actualmente, Cella es Presidente Global de la Unidad de Negocios Verticales en Amdocs, una compañía multinacional de origen Israelita, que factura aproximadamente US$4.000 millones de dólares por año y tiene oficinas en todo el mundo.

“Básicamente desarrollamos software y proveemos servicios para las operadoras de telecomunicaciones más grandes del mundo (AT&T, Comcast, Telefónica, Claro, Vodafone, T-Mobile, Telecom Italia, Telstra)”, contó.

Antes ocupó los cargos de vicepresidente en el Área de Negocios Globales, responsable de la Operadora COMCAST/NBC Universal basada en Filadelfia, y previamente se desempeñó gerenciando las cuentas de AT&T y de America Movil en Latinoamérica.

“Siempre estoy buscando sumar cosas nuevas a mi rutina laboral. Me esfuerzo por hacer todo lo más eficiente posible para tener espacio y tiempo para aprender y asumir nuevos desafíos”.

Y añadió: “Aunque llevo 20 años en la misma empresa, siempre hay productos, tecnologías y mercados nuevos con los que hay que ponerse al día. Mantenerme ágil y flexible es clave. Cada dos años, intento asumir más responsabilidades o cambiar de área dentro de la compañía. En lo tecnológico siempre hay algo para aprender y asimlar bien rápido, hace 2 anos fue la Nuve, y el ultimo año y medio me metí con todo en la Inteligencia Artificial, para el negocio y para mi uso personal”.

Precisamente, señaló que la clave para crecer dentro de una empresa tan importante a nivel mundial es mantenerse “activo y ágil, al igual que en el deporte”.

“No es necesario leer montones de libros, pero sí estar al tanto de lo que ocurre en el mercado, con los clientes, la competencia y las nuevas tendencias. Religiosamente dedico unos 30 minutos diarios a ponerme al día con todo: noticias, empresas, novedades en mi industria. Es como un calentamiento antes de una maratón”, contó.

Un poco de su historia

Pablo Cella se definió como fanático del básquetbol.

“Recuerdo varios equipos del Club Estudiantes, de hecho seguía mucho la liga Nacional y también la antigua NBA”.

Casado hace más de 30 años con Corina Albisu, nacida en Bahía Blanca y también graduada de la UNS en Ciencias de la Computación, tuvo tres 3 hijos, dos de los cuales ya son graduados universitarios en Estados Unidos.

“Carla, la mayor, es Master en Estudios Internacionales graduada de Duke University; Gian, el segundo, es Geólogo graduado de la University of Georgia; y Luca, el menor, está terminando la carrera de Negocios Internacionales en la University of South Carolina”.

Hace más de 25 años decidió irse de Argentina y desde el año 1998 eligió como su nuevo hogar a la ciudad de Atlanta, en el estado de Georgia en los Estados Unidos.

“Pero también hemos vivido 4 años en Sao Paulo, Brasil; 2 años en Houston, en el estado de Texas, y otros dos años en Melbourne, Australia”.

“Nos costó bastante desprendernos de la familia y amigos cuando decidí dejar mi trabajo estable en el Polo Petroquímico de Bahía Blanca para mudarnos a Buenos Aires por las mejores posibilidades laborales que allí se nos presentaban. El resto de las mudanzas a otros lugares nunca fueron tan difíciles como esa primera, y así fue que fuimos progresando y moviéndonos de destino a destino sin mirar hacia atrás”, rememoró.

Manifestó que, más allá de la distancia, se mantiene informado de lo que sucede en nuestra ciudad.

“Intento ir a Argentina cada dos años, siempre buscando razones alegres para visitar, como celebraciones. Antes viajábamos en situaciones de emergencia, pero ahora preferimos estar presentes para compartir momentos felices. Todas las mañanas leo noticias de Argentina, así que estoy bastante al día con lo que sucede”.

Cuando comenzó a estudiar la Licenciatura en Ciencias de la Computación en la Universidad Nacional del Sur, allá por 1986, no eran demasiados alumnos.

“La carrera recién comenzaba y no sabíamos con certeza el alcance de lo que íbamos a poder hacer con nuestro título. No teníamos computadoras portátiles, tampoco celulares, internet, redes sociales, ni correo electrónico. Sabíamos muy básicamente el idioma inglés, teníamos poco acceso a literatura técnica y aprendíamos sacando fotocopias de libros importados de los gurús americanos de universidades que eran inalcanzables como el MIT y Carnegie Melon”.

“Poco a poco la universidad me dio los fundamentos y métodos que en el momento parecían inaplicables, pero que enseñan muchas cosas que te acompañan toda la vida sin importar la especialidad que uno siga”.

Graduado de una universidad pública, Cella evitó entrar en polémicas políticas, pero señaló que la educación debe seguir siendo una prioridad para nuestro país.

“La educación es lo que siempre ha distinguido a los argentinos, y espero que eso no cambie. No conozco todos los detalles, pero sé que cuando se implementan medidas drásticas, el impacto inmediato suele ser difícil. Aun así, a veces es necesario hacer ajustes importantes para garantizar un futuro mejor, pero la educación debe seguir siendo una prioridad”.

--A propósito, ¿cómo ves el país a la distancia?

--Sin entrar en política ni tomar lados, desde afuera se nota que el país está haciendo esfuerzos para mejorar. Algunas decisiones que se están tomando no son populares, pero parecen necesarias para construir un futuro más prometedor. Ojalá haya paciencia y que los intereses inmediatos no obstaculicen el progreso. A veces, para salir de un ciclo negativo, se necesitan decisiones difíciles.

Respecto al éxodo de graduados universitarios y profesionales calificados que se van del país en busca de mejores chances y oportunidades, es un tema de la situación argentina económico/política, de seguridad; como también del atractivo de otros países más desarrollados que proveen mejores condiciones profesionales, científicas y económicas.

“Desde mi óptica, los profesionales argentinos son vistos en el exterior como capaces, versátiles, educados, adaptables e individualistas. Siempre vemos argentinos reconocidos individualmente en diferentes ámbitos, sea tecnología, academia, artes, deportes, etc. No creo que todavía en Argentina se tenga el sentido de comunidad de otros países, y eso uno lo nota cuando se tiene la posibilidad de mirar desde afuera, desde el exterior”.

Manifestó que, desafortunadamente, la inestabilidad socio económica da al país una visión solo a corto plazo, el vivir el hoy, el ‘sálvese quien pueda’, con poca previsión o foco en las generaciones futuras.

“Los países a los que les va mejor son los que apuestan a modelos donde el sistema funciona independientemente de los nombres de los políticos de turno”.