El mundo se dirige hacia el viernes libre
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Si hay algo que dejó la pandemia es que no hay una única forma de hacer las cosas. La llegada de la COVID- 19 puso el mundo patas arribas y con él, diversas formas de actuación se vieron impactadas. Hasta ese momento muchas prácticas que parecían impensadas pasaron a ser parte de una rutina y muchas, llegaron para quedarse.
El mundo laboral se vio atravesado por nuevas formas; el formato híbrido y la jornada laboral con menos horas o menos días ya es adoptado en distintos países. El nuevo paradigma se erige sobre tres pilares: productividad, vida laboral y bienestar personal, los mismos debieran amalgamarse de forma tal que se garantice el éxito y la rentabilidad.
¿Se puede trabajar de lunes a jueves? ¿Quiénes serían los favorecidos?
En un país con tantas urgencias poco se habló del tema en la campaña electoral pero lo cierto es que, a nivel mundial, cada vez es mayor la cantidad de empresas que flexibilizan sus horarios. Muchas han modificado las licencias parentales y ofrecen espacios de cuidado infantil y es evidente que tales medidas reportan en beneficios, de lo contrario jamás se hubieran implementado.
Un estudio llevado a cabo por científicos, (sí uno de esos estudios que en este país quieren eliminar) en la Universidad de Texas A&M, institución insignia del Sistema de Universidades Públicas de Estados Unidos, mediante la aplicación de software de monitoreo ergonómico, examinaron las variaciones de la semana laboral en los patrones de uso de la computadora.
Los datos recopilados de 789 empleados demuestran que las métricas de salida de la computadora disminuyen de manera notable los viernes en comparación con otros días de la semana, incluso después de controlar el total de horas activas. A su vez, encuentran que la producción de los trabajadores varía según la hora del día, con un uso reducido de la computadora observado en las tardes y una disminución significativa los viernes en ese mismo horario.
El estudio muestra que la baja en el número de errores tipográficos es mucho menor que en el número de palabras escritas, lo que indica una menor eficiencia laboral los viernes por la tarde. Todo parece indicar que el viernes es el día menos productivo y que la disminución se incrementa en horas de la tarde.
Entre las conclusiones se destaca que dicho estudio posibilita una evaluación precisa del desempeño laboral y permite identificar las distintas curvas de productividad, además es notorio el aumento de la fatiga y del estrés hacia el final de la semana.
Seguramente el paso hacia una modificación en los ambientes de trabajo sea gradual, pero es inminente el contemplar la realización de acuerdos que incluya jornadas más flexibles, teletrabajo, modelos híbridos o tal vez períodos de descanso. El Departamento de Salud Pública de Alemania formalizó sugerencia de implementar la siesta en el horario de trabajo debido a los beneficios que aporta.
Tal vez el viernes libre resulte utópico, pero lo que es real es que se debe promover la salud, evitar el sedentarismo y el estrés, factores que en ocasiones abonan el círculo del ausentismo y menor productividad. En cuestiones de bien-estar menos es más.