Nagorno Karabaj: claves del conflicto entre Azerbaiyán y Armenia que podría acercarse a su final
El enclave está poblado por armenios étnicos pero forma parte del territorio de Azerbaiyán. Los dos países se han enfrentado abiertamente en 1991-1994 y 2020.
Azerbaiyán suspendió la operación militar que había lanzado este martes contra el territorio separatista de Nagorno Karabaj (Alto Karabaj), tras aceptar los separatistas armenios rendirse y desarmar por completo a sus unidades militares.
Este conflicto en el Cáucaso sur, que desde hace 30 años enfrenta a Azerbaiyán con la vecina Armenia, es fruto de la desintegración de la Unión Soviética en 1991, y del acceso a la independencia de las repúblicas que la formaban, dentro de cuyas fronteras conviven distintos grupos étnicos y religiosos.
Una región poblada por armenios étnicos
Nagorno Karabaj es una región de Azerbaiyán poblada mayoritariamente por población de etnia armenia, con lengua y religión (cristianos). En Azerbaiyán conviven 80 etnias, aunque la mayoría de sus habitantes son azeríes, que hablan una lengua túrquica, y musulmanes.
La región, muy montañosa, tiene una extensión de unos 4.400 kilómetros cuadrados y unos 120.000 habitantes.
La zona gozaba de reconocimiento legal y autonomía dentro del Azerbaiyán soviético. En 1988, con la URSS ya en crisis, surgió un movimiento separatista, partidario de unirse a la vecina Armenia. Con la desaparición de la URSS, y el acceso a la independencia de ambas repúblicas en 1991, se inició una guerra entre los nuevos estados por Karabaj.
Este primer conflicto terminó en 1994 con una victoria armenia. Los secesionistas lograron hacerse con el control de la región, donde proclamaron la autodenominada República de Artsaj, una entidad sin reconocimiento internacional.
Las tropas armenias conquistaron a su vez una importante parte de territorio azerbaiyano en torno al enclave, garantizando una conexión terrestre con Armenia, y provocando una oleada de refugiados azeríes.
Azerbaiyán pasa a la ofensiva en 2020
El conflicto permaneció "congelado", con escaramuzas ocasionales, mientras Armenia contó con el respaldo de Rusia.
En este tiempo, Azerbaiyán reforzó su economía —basada en el gas—, su ejército y sus alianzas internacionales, principalmente con Turquía. Bakú compró armas a Ankara, pero también a Israel que le suministró sistemas de misiles y guerra electrónica, además de drones, a cambio de información de inteligencia sobre el vecino Irán.
En 2020 se inició la que se considera segunda guerra entre Azerbaiyán y Armenia. En este caso, fueron los azerbaiyanos quienes ganaron la mano. Bakú recuperó el territorio alrededor de Karabaj e incluso una parte del sur de la región.
El conflicto terminó con un precario alto el fuego garantizado por Rusia, que desplegó "fuerzas de paz" en Karabaj, fuerzas que siguen allí. Pero los enfrentamientos continuaron en 2021 y 2022, y en cada ocasión Azerbaiyán aseguró más territorio.
Los secesionistas controlan aún gran parte de la región, incluyendo su capital, Stepanakert, pero las comunicaciones con Armenia se volvieron más difíciles, porque el llamado "corredor de Lachín" está en manos de los Azerbaiyanos, que desde diciembre de 2022 implementaron un bloqueo.
Con la operación iniciada el 19 de septiembre, Bakú pretende acabar con la autodenominada República de Artsaj y recuperar definitivamente el control de todo su territorio.
Las deterioradas relaciones entre Armenia y Rusia
Tras la caída de la URSS, Armenia podía considerar que Rusia era un aliado. Pero esto cambió con el tiempo. Armenia acusó reiteradamente a Rusia, supuesto garante del acuerdo de paz de 2020, de pasividad y de no hacer que el acuerdo se respete.
Armenia pertenece a varias de las organizaciones supranacionales creadas por Rusia para la cooperación en el espacio exsoviético, como la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC), la Comunidad de Estados Independientes (CEI) o la Unión Económica Euroasiática.
Pero en los últimos años, Rusia se acercó a Turquía, aliado de Azerbaiyán. Por ejemplo, Ankara intenta actuar de mediador en la guerra de Ucrania, y el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, mantiene un diálogo fluido con su homólogo ruso, Vladímir Putin.
Ante esta nueva realidad, el presidente armenio, Nikol Pashinian, intenta diversificar sus alianzas. Acudió a diversas cumbres organizadas por países "occidentales", y asistió, en marzo pasado, a la Cumbre por la Democracia organizada por Estados Unidos y criticada por Rusia. La gota que colmó el vaso de Rusia son las maniobras conjuntas, previstas precisamente para esta semana, del Ejército armenio con el estadounidense.
Tras el inicio de la operación militar azerbaiyana, este martes, desde Moscú varios representantes políticos le dijeron a Pashinian que busque ahora la ayuda de sus nuevos amigos. Sin el apoyo de Rusia, Armenia tiene menos posibilidades de librar una guerra contra Azerbaiyán por Nagorno Karabaj. (RTVE)