Bahía Blanca | Domingo, 24 de septiembre

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La pantalla rosa

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Y en un abrir y cerrar de ojos el color rosa gobierna la vida cotidiana. El mejor jugador de fútbol de todos los tiempos, Lionel Messi, sigue cosechando éxitos, ahora en el Inter Miami. Fanáticos visten la icónica camiseta que se agotó en cuanto salió a la venta.

En el mes de julio se estrenó a nivel mundial la película Barbie, que además de llevar recaudado 1003 millones de dólares, el universo de la muñeca traspasó y llegó a lugares impensados, a tal punto que aplicación y foto mediante, todos nos convirtamos en Barbie y Kent y hasta permeó una campaña electoral, pues candidatos y candidatas fueron sometidos a la magia y pudimos ver las versiones ellos como si fueran los famosos muñecos.

Messi es incuestionable, por lo tanto, el foco hoy se dirige a Barbie o al menos al poder que la pantalla puede tener. 

Barbie lejos está de ser una película netamente infantil ya que hay toda una reflexión a las bases patriarcales de la sociedad. Revisión y cuestionamiento a estereotipos de género y valores muy arraigados que afectan tanto a hombres como a mujeres, son el argumento del film. 

Sistema llamado a deconstruirse, que durante siglos coloca a la mujer en lugar de objeto y en una posición asimétrica respecto de un hombre que no puede ni debe mostrar sus emociones, es lo que viene a presentar la película en forma irónica. En definitiva, el mensaje es que el patriarcado asfixia hasta la propia Barbie.

¿Algo está cambiando o es una mera ilusión? ¿La pantalla puede ser una amplificador de temáticas sociales ignoradas hasta el momento?

Al parecer el eje en lo que se considera éxito de taquilla se va corriendo y los medios audiovisuales comienzan a desplazar el foco: historias de superhéroes, argumentos 100% románticos y protagonistas acordes a un único estereotipo van despareciendo al compás del surgimiento de historias en las que las minorías y otros perfiles son representados.

El estereotipo de género hace referencia a los conceptos y creencias adquiridas en el proceso de socialización sobre lo que es esperable para mujeres y hombres. Son los mandamientos que hay que cumplir para encajar en las expectativas deseables, nada más anticuado, machista, patriarcal y excluyente.

Por ende, si bien muchas voces se alzan y afirman que las producciones de Hollywood empiecen a enfocar otras temáticas y que tienen en cuenta lo diverso o a las minorías por una cuestión meramente comercial, donde el objetivo no es la deconstrucción sino la facturación, es puro reduccionismo, creo que entendieron que el mundo gira en otra dirección y por eso se suman a la ola.

Respecto de desarmar estereotipos tal vez “Thelma y Louis”, en 1991 hayan empezado a marcar un nuevo camino y “Katniss” haya tomado la posta en 2012 en “Los Juegos del Hambre”, no es casual que sea una mujer, Greta Gerwig, quien dirija Barbie y logre que de distintas maneras el tema trascienda a la muñeca y se viralice.

Queda mucho por hacer, por reflexionar y por modificar; la brecha sigue siendo grande, la asimetría y la desigualdad en las oportunidades son todo un desafío. Bienvenidos sean los goles de Messi y la deconstrucción del color rosa.