¿Los centros de salud provocan el cierre de las salas médicas?
“No se trata de abrir o cerrar, sino de rediseñar los flujos de atención a partir de la realidad de la ciudad”, explicó el doctor Pablo Acrogliano, secretario de Salud de la comuna.
Recibido en 1993, acumula 28 años de trayectoria en el periodismo local. Ex jefe de la sección Deportes y La Ciudad y actual secretario de Redacción de La Nueva. Ex profesor de los dos institutos de Periodismo de la ciudad. Especialista en temas deportivos, sociales y gremiales.
Con los primeros trabajos en Villa Harding Green, donde se construirá el séptimo Centro de Atención Primaria de la Salud de la ciudad, el municipio continúa con su plan para descomprimir las guardias de los hospitales públicos y privados.
Esta intención genera cierta polémica en distintos barrios, donde los vecinos defienden las unidades sanitarias (más conocidas como salas médicas) que funcionaban, en su gran mayoría, en las distintas sociedades de fomento.
De hecho, este nuevo Centro de Salud funcionará a sólo 7 cuadras de la unidad sanitaria de ese sector.
Y lo mismo ocurre con los construidos en 9 de Noviembre, Norte, San Dionisio, Dharma, Villa Gloria y Pampa Central (en plena construcción en la propia sede de la sociedad de fomento).
“No se trata de abrir o cerrar unidades sanitarias, sino de rediseñar los flujos de atención a partir de la realidad de la ciudad para cumplir sin demagogia los objetivos de acceso, equidad, calidad y universalidad en la atención planteados por la OMS”, explicó el doctor Pablo Acrogliano, secretario de Salud de la comuna.
Y añadió: “De nada sirve sostener una unidad sanitaria que no reúne el espacio mínimo de seguridad para el paciente y los equipos de salud, generalmente con personal inconstante y sin pertenencia. Es un engaño y una falta de respeto al vecino”.
Acrogliano amplió que, desde que inició su gestión, en 2019, uno de los objetivos que se planteó su espacio fue repensar el primer nivel de atención de la salud.
“Nuestra evaluación previa nos llevó a concluir que estaba bastante desordenado, con muchas unidades sanitarias que no estaban en condiciones de funcionar. De hecho, un relevamiento nos dio que sólo 19 de las 56 existentes cumplían los requisitos mínimos”.
Según señaló el funcionario, más allá de algunas polémicas puntuales en algunos barrios, los vecinos están concurriendo a estos centros de salud, de acuerdo a estadísticas oficiales.
En 2019 (previo a la pandemia), 152.494 personas pasaron por el primer nivel de atención, donde se atendieron 482.065 consultas y se efectuaron 834.440 prácticas.
Tres años después, en 2022, esos números subieron a 183.688 personas atendidas, con 548.199 consultas evacuadas y 1.114.004 de prácticas realizadas.
Estos CAPS son la unidad funcional que está constituida por un equipo interdisciplinario: pediatra, médico de familia, generalista y/o clínico, enfermería y administrativo y/o equipo nuclear ampliado (ENA) que agrega odontología, ginecología, obstetricia, nutrición, con una jornada laboral laboral de lunes a viernes, de 8 a 18.
“Las unidades sanitarias que se emplazan en las sociedades de fomento y que reúnan las condiciones edilicias de seguridad y operativas mínimas se transforman en Centros de Promoción de la Salud (CPS), a fin de trabajar articuladamente con el CAPS y dada su vinculación con el territorio, realicen actividades de prevención de la enfermedad y promoción de la salud”, diferenció.
Así, actualmente, el primer nivel de atención está fortalecido con 11 CAPS, 36 centros de promoción y 4 vacunatorios distribuidos en las áreas programáticas.
“La idea era dar un salto de calidad en infraestructura y en calidad de atención. Por eso iniciamos este proceso de construir centros de salud en distintos lugares de la ciudad. Y la ecuación es clara: si no se fortalece el primer nivel de atención, no hay sistema hospitalario que aguante. Si atendemos solamente la enfermedad, no hay presupuesto ni recurso que alcance”, amplió.
En función de ello, se comenzó con el rediseño de la atención primaria de la salud, con énfasis en el aspecto territorial, donde se trabaja en la prevención y promoción de la salud en una zona determinada, para tratar de disminuir la cantidad de enfermos con el autocuidado y la alimentación saludable.
“Los centros de atención primaria no son consultorios externos y tampoco son consultorios médicos, sino que son centros de atención de salud, que incluye la prevención, la promoción y la enfermedad. Por eso, todos los que se construyeron agregan otras funciones, como puede ser una huerta, un espacio abierto y está próximo a las escuelas del sector, a la vez que agrega la participación de las distintas organizaciones del barrio para trabajar en conjunto. De hecho, varias salas médicas continúan funcionando como apoyo, ya sea con una enfermera o como vacunatorio”.
Descomprimir
En ese tren, no es sencillo batallar contra la idea instalada en la sociedad de acudir al hospital como primera medida. Por eso se abarrotan las guardias y se terminan mezclando los casos graves con los leves.
“La sociedad es hospital-dependiente y no tiene que ser así”, opinó Acrogliano.
Y añadió: “Evitar que la gente vaya en forma innecesaria al hospital es básicamente un trabajo de educación. Esa educación debe nacer en los centros de salud, a través de la Unidad de Promoción, con una área específica que se denomina Educación para la Salud, que funciona dentro de la Secretaría de Salud”.
Para lograr estos objetivos, según el funcionario, es primordial armar equipos de salud.
“La salud ya no es hegemónica de los médicos, sino que hay todo un equipo detrás. Por eso, los centros de salud tienen médico de familia, enfermera comunitaria, una secretaría especializada, una psicopedagoga y una trabajadora social, a lo que suele sumarse una psicóloga y una obstetra. Ese equipo debe lograr una mancomunión territorial y debe sentir que es responsable de la zona en la que le toca trabajar”.
“Por eso también extendimos el horario de atención. Antes de esta gestión, sólo funcionaban de mañana. Ahora están abiertos de 8 a 18. Hoy tenemos 10 centros de atención primaria que funcionan de mañana y tarde y la idea es contar con 12 antes de que culmine el mandato. De este modo, ampliamos la oferta, a la vez que la educación comienza a dar resultado: la gente acude con mayor regularidad a los controles preventivos”.
Acrogliano dijo entender a los vecinos que se molestan por el cese de las salitas médicas.
“Pero de a poco van entendiendo que se le ofrece un mejor servicio en los centros de salud. Y tampoco es verdad que se cierran, porque en realidad la sociedad de fomento sigue funcionando, pero con otras prioridades”.
El funcionario manifestó que era imposible dotar cada sala médica barrial con un equipo médico completo.
“Primero por una cuestión de recursos humanos disponibles y segundo por una cuestión de infraestructura. Por eso se optó por construir estos centros de salud, que están diseñados para una mejor atención y un mejor desenvolvimiento interno”.
“El objeto de una sociedad de fomento no es albergar una unidad sanitaria. No es su rol. A muchos les costó entender que deben redefinir su trabajo. Pampa Central lo entendió, nos cedió su terreno y nos permitió trabajar para construir un centro de atención primaria. Pero no se los van a excluir de las actividades que se hagan, sino que van a ser parte. Con Villa Floresta estamos trabajando en el mismo sentido”.
Lo ideal es contar con un centro de atención primaria cada 7 mil habitantes.
“El partido de Bahía Blanca está dividido en 10 áreas. Hoy tenemos un centro de atención primaria en cada una de ellas. Aún así, no alcanza. Hay lugares que requieren más, por el simple hecho de estar más poblado y por el crecimiento demográfico de la zona. Eso nos muestra que aún faltan muchos”.
Para ello, el municipio realizó un relevamiento y comenzó a reservar terrenos propios en distintos lugares de la ciudad para edificar cuando el presupuesto lo permita.
Aunque esta gestión se enfocó en los barrios de la periferia, Acrogliano reconoció que también deben ocuparse del centro.
“Debemos buscar algún espacio. Porque los vecinos del centro y macrocentro no tienen otras alternativas que los hospitales”.
A futuro también se debe avanzar en los denominados Centros de Atención de Demanda Espontánea.
“A la guardia se debe ir por una cuestión de emergencia, lo que se llama código rojo o amarillo. El 80% es código verde, pero como no tiene a donde ir, va a la guardia del hospital. Estos centros deben contener ese tipo de enfermedades que se pueden resolver rápidamente con una consulta médica. No se necesitarían muchos. Apenas 3 o 4 estratégicamente ubicados. En tanto, los Centros de Salud deben apuntar a la prevención, con los controles habituales, y la promoción de buenos hábitos para cuidar la salud”.
Los recursos humanos
El tema económico no es un dato menor en la búsqueda de recursos humanos para dotar de especialistas a estos Centros de Salud.
“Se complica mucho armar equipos de salud. El recurso humano no abunda y por lo general se reparte entre el sistema público y privado y está sobrecargado de labores”, reconoció Acrogliano.
Pese a esta cuestión, el sistema municipal logró subir la cantidad de profesionales en planta permanente (350 en 2019 a 397 en 2022).
Por ejemplo, en 2019 había 25 médicos de familia y en 2022 ya fueron 34. Los pediatras pasaron de 21 a 26; clínico, de 10 a 15; enfermeras, de 124 a 150; psicólogas, de 20 a 36.
“En Bahía hay 4 residencias municipales: psicología comunitaria, médico de familia, enfermera comunitaria y epidemiología. Eso nos permite nutrir a estos centros de salud, porque los residentes que terminan ingresan directamente al sistema. De esa forma, contamos con recursos ya formados para lo que pretendemos”.
En este tren de prevención, también se está llevando a cabo el programa “Casa por Casa”, que ya tiene su propia ordenanza.
“Nos permite obtener información de primera mano sobre la salud de los vecinos. Sus resultados darán pie a las futuras políticas públicas. Va una asistente social y una enfermera a recabar datos de salud que de otro modo no se obtendrían”.
Al borde del colapso
Los cambios registrados en la estructura poblacional, en los patrones de morbi-mortalidad, en los fenómenos de transición de riesgos y de la atención sanitaria, han generado nuevos requerimientos poblacionales en materia de atención, a los que las actuales estructuras de los sistemas de salud muchas veces se ven superadas por el ritmo de esas transformaciones.
“Este escenario que venimos observando en los últimos años producto de la atención centrada solo en lo hospitalario amenaza con un colapso de la atención médica acompañado de un desborde del sistema de salud no solo en el frente sanitario sino también en el financiero y de capital humano”, opinó el actual secretario de Salud.
Y amplió: “La pandemia ha interpelado no solo el modelo de atención, sino que ha evidenciado que la ciudad de Bahía Blanca se encuentra en una situación sanitaria límite, no solo en relación a su capacidad instalada sino también en su capital humano”.
Hoy, los problemas están relacionados con la cantidad, calidad y distribución de los recursos.
“Necesitamos una lógica de trabajo integrado para cambiar paradigmas y es fundamental articular con todos los actores para actuar de forma conjunta y así optimizar el sistema de tal manera de conformar una red de atención de servicios de salud de calidad y desarrollar una cultura que promueva la salud como un bien social, esto implica trabajar con el concepto de construcción colectiva, vale decir una lógica de vasos comunicantes. Resolver esta ecuación es uno de los mayores desafíos para lograr los objetivos de universalidad, acceso de calidad y equidad en salud”, dijo el facultativo.
Acrogliano explicó que, desde 2011, el municipio adhirió a la política de salud denominada Salud para todos en el año 2000 (OMS-1977) definida como una estrategia distinta al concepto hospitalario,centrado exclusivamente en la enfermedad y utilizado hasta entonces.
“Esta estrategia propone trabajar sobre la salud (calidad de vida) y define como atención primaria de salud (APS) a la asistencia sanitaria esencial, basada en métodos y tecnologías prácticas científicamente fundadas y socialmente aceptables, puesta al alcance de todos los individuos y familias de la comunidad mediante su plena participación y a un costo que la comunidad y el país puedan soportar durante todas y cada una de las etapas de su desarrollo, con espíritu de autorresponsabilidad y autodeterminación”.
Las acciones para alcanzar las metas de atención primaria son integrales, es decir afectan no solo lo curativo sino fundamentalmente, a lo preventivo, por esto se acostumbra denominarlas prevención primaria (promoción y protección de la salud), prevención secundaria (curación) y prevención terciaria (rehabilitación) aplicando el concepto integrador de historia natural de la enfermedad.
“Para alcanzar estos presupuestos es necesario remodelar los flujos de trabajo y reorganizar recursos físicos, humanos o materiales, de tal forma que funcionen realmente por niveles ascendentes de complejidad, desde el primero que son los centros de atención primaria de la salud (CAPS) hasta los más altos: hospitales especializados”.
Cabe recordar que la salud municipal está conformada por dos entes descentralizados (el hospital Leónidas Lucero y el sistema de emergencias SiEmPre) y se completa con la secretaria de salud que responde a la administración central y es la organización municipal que prioriza la promoción de la salud y la prevención de enfermedades con atención de calidad, garantizando la salud integral de la población, articulando las distintas organizaciones públicas, privadas y de la comunidad.
“Para implementar un nuevo modelo se diseñó una estrategia de trabajo integral, el propósito: crear una cultura que promueva la salud como un bien social porque ni la academia ni la tecnología por si solas resuelven el problema de la salud”.
Las actividades se sostienen con el apoyo de equipos de intervención que aplican los distintos programas municipales, provinciales y nacionales.
“En esta instancia es fundamental el trabajo que realicen trabajadoras sociales, psicopedagogas, fonoaudiólogas y psicólogas junto a la comunidad. Las actividades que surjan, se planifican y cuentan con la logística y recursos de la secretaria”.
El nuevo centro de Harding Green
Ubicado en la calle Marcos Mora, entre Malharro y Quiroga, el proyecto consiste en la construcción de 453 metros cuadrados cubiertos y 16 semicubiertos, en los cuales se contemplan 2 consultorios para enfermería, 1 vacunatorio, 1 consultorio para médico de familia, 1 de pediatría, 1 de ginecología, 1 de oftalmología, oficina de administración, circulación técnica, sala para médicos con office, vestuario y baño para personal con ducha, salas de espera, depósito de medicamentos, depósito de residuos patogénicos, baño para discapacitados y para el público y una sala de usos múltiples con acceso exclusivo.
Además, se contempla la construcción de un espacio para estacionamiento, una pequeña plaza sobre Malharro y un cerco perimetral en todo el predio.
A la licitación se presentó una sola empresa (Talleres BJ Irrazabal), que cotizó 129.932.817,92 para la realización de los trabajos, un 0,03% menos que lo previsto en el presupuesto oficial.