Bahía Blanca | Martes, 19 de agosto

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"Hoy en Barracas Central y en la Liga Profesional, siento que estoy en Disney"

El kinesiólogo bahiense Jokin Ayastuy habló de su trabajo junto al plantel de fútbol de uno de los clubes que participan en la Liga Profesional. Fue jugador de rugby en Sociedad Sportiva y en CASI. En su actividad, también trabajó en Bahía Basket. 

Jokin, primero desde la derecha en la fila del medio. Fotos: Barracas Central y Archivo La Nueva.

(Nota de la edición impresa)

Nada menos que a un club de la Liga Profesional de fútbol argentino llegó el bahiense Jokin Ayastuy. Si bien en su trayecto profesional como kinesiólogo transitó por clubes importantes y deportes diferentes, hoy se desempeña en Barracas Central, participante de la élite del fútbol argentino.

Con 33 años, este ex jugador de rugby de Sociedad Sportiva y CASI, vive todo un sueño. Llegó al club albirrojo hace poco más de un año y hoy se lo puede ver -en algún televisado- entrar a la cancha acompañando al médico del equipo, ante alguna lesión.

"Mi llegada a Barracas se dio por medio de un kinesiólogo conocido que maneja toda la parte médica del club, llamado Walter Insaurralde. Me contactó y obviamente no lo dudé porque tenía muchas ganas de trabajar en el fútbol profesional y en la liga más importante de la Argentina", dijo Jokin.

Su paso por el rugby y el básquetbol (Bahía Basket), le dieron una plataforma profesional ideal.

"Estuve en Bahía Basket y luego me vine a Buenos Aires. Trabajé en el CASI como kinesiólogo. Soy del mundo del rugby, en realidad. Por eso cuando pasé al fútbol me encontré con un mundo totalmente diferente. Es todo profesional y se vive con otra intensidad. Todo, desde el trabajo diario hasta los partidos", expresó.

Jokin, al centro, cuando regresó del CASI junto con Francisco Cenoz (derecha) y Martín Fonseca.

Se encuentra familiarizado con la tarea de recuperar y resolver lesiones en planteles numerosos.

"En el CASI tenía equipos de ciento cuarenta jugadores. Entonces por ahí tenía veinte lesionados… Acá es un plantel de treinta y como mucho habré tenido cinco o seis lesionados. Pero cada jugador te demanda más, porque en fútbol son profesionales. Ellos quieren estar adentro de la cancha a toda costa y el entrenador los necesita. Hay otra presión. Pero es una adrenalina linda, me encanta. El tener que llegar (con la recuperación) o tener que jugártela porque tenés que rehabilitar a un futbolista que tiene que estar en cancha sí o sí porque es clave. Es lo lindo del laburo", explicó.

El día a día

Ayastuy se encontró con una dinámica de horarios y rutina diferentes.

"Entrenamos en un predio de Ciudad Evita. Me levanto a la mañana tipo seis o seis y media. Voy al predio, donde todo el equipo y staff desayuna a las ocho. Yo voy un rato antes para acomodar todo y estar anticipado, preparando el trabajo del día con los lesionados. Al mismo tiempo llegan los jugadores a las ocho y media. Algunos van con los masajistas a prepararse para el entrenamiento, otro grupo va siempre al gimnasio y otros vienen conmigo a realizar algún trabajo preventivo", contó.

"Cuando arranca el entrenamiento yo empiezo con los lesionados. Cuando la práctica concluye, viene alguno que se quiere atender u otros que van al masajista. Y luego de las prácticas, con el profe nos ponemos a pasar todos los datos que tomó el GPS del entrenamiento", dijo.

El cuerpo técnico de Barracas está encabezado por el entrenador Sergio Rondina, quien asumió con la temporada en marcha.

"La comunicación es muy fluida, es una persona muy sociable. Y todo el grupo que tiene él son muy buena gente y desde el minuto cero que llegaron a Barracas, hay muy buena comunicación. Algo clave en el trabajo grupal", dijo.

Otra exigencia

El kinesiólogo también se refirió al perfil de los deportistas según las disciplinas en las que trabajó y el impacto que genera en sus organismos.

"En el básquet no recorrés tanta distancia por las dimensiones de la cancha, pero tenés mucho más componente neuromuscular. Y obviamente un montón de saltos. En el rugby tenés mucho impacto. En fútbol tenés mucho recorrido por las distancias de la cancha. El jugador recorre más y a alta intensidad. Ahora que estoy más en este mundo, me doy cuenta que los pibes son aviones, corren un montón y a una velocidad altísima. Y decís, ¿Cómo puede ser…? Es gente muy entrenada. Me sorprendió que cuando hay alguna lesión y pasan dos días, el jugador de fútbol siente que se está desentrenando. Vienen entrenando tan arriba, todos los días y a tanta intensidad, que lo sienten. Son pibes recontra entrenados, que corren una cantidad impresionante de metros y rápido, que es lo más difícil y desgastante", afirmó.

Aprendizajes

Ayastuy regresó al rugby bahiense -como jugador, primera línea- en 2021 y en poco tiempo comenzó a trabajar con el plantel profesional de Bahía Basket.

"Sin darte cuenta, de cada lugar en el que trabajás sacás aprendizajes o algo que podés aplicar en otros deportes. Lo de Bahía Basket estuvo buenísimo porque estuvimos en un centro de alto rendimiento con muchos chicos jóvenes, que demostraban un montón de ganas y de proyección", afirmó.

"Hoy en Barracas Central y en la Liga Profesional, siento que estoy en Disney. Por lo menos acá en el país es lo más competitivo y de alto rendimiento que vas a tener. Aparte, la cancha es impresionante. Cuando tengo que entrar a atender a algún jugador acompañando al médico, es una adrenalina tremenda. Sentir a la gente alentando, los jugadores que entre medio hablan entre ellos, con los rivales o con el árbitro. La primera vez que entré me quedé shockeado, no sabía qué hacer, pero me fui acostumbrado a todo eso que es muy lindo de vivir", concluyó el bahiense.