El jardín de infantes “olvidado” que está pronto a terminarse en Bahía
Los trabajos se detuvieron imprevistamente en octubre de 2017, cuando ya se llevaba edificado más de la mitad, y se reanudaron en julio del año pasado. Quedaría inaugurado después del receso invernal.
Recibido en 1993, acumula 28 años de trayectoria en el periodismo local. Ex jefe de la sección Deportes y La Ciudad y actual secretario de Redacción de La Nueva. Ex profesor de los dos institutos de Periodismo de la ciudad. Especialista en temas deportivos, sociales y gremiales.
Con un avance de obra cercano al 80%, el “olvidado” jardín de infantes del barrio Villa Irupé podría ser finalizado, inaugurado y puesto en funciones luego de las vacaciones de invierno.
Ubicado en la calle Suiza al 700 (entre Tucumán y 9 de Julio), la historia de este establecimiento educativo comenzó en 2015, en el marco del programa “3.000 Jardines” de la gestión de Mauricio Macri al frente del gobierno nacional.
Los trabajos en éste puntualmente comenzaron en febrero de 2017, pero se detuvieron imprevistamente a los 8 meses, cuando ya se llevaba edificado más de la mitad.
De acuerdo por lo constatado a fines de noviembre de 2018 por la arquitecta Magdalena Sillero, inspectora de obra en representación de la Dirección Provincial de Infraestructura Escolar, el avance acumulado registrado alcanzaba el 50,68 %, encontrándose ejecutados estructura de fundación, tabiques interiores y de cerramiento, cubierta, contrapisos, instalación de agua y desagües cloacales y pluviales. No obstante, remarcó que algunos materiales se habían deteriorado con el paso del tiempo, por lo que deberían rehacerse.
Luego de muchas idas y vueltas administrativas, la responsabilidad de la construcción pasó de la esfera nacional a la provincial y los trabajos se reanudaron en julio de 2022.
“Los trabajos vienen a muy buen ritmo. La obra se ve muy avanzada”, señaló Martín Di Lorenzo, presidente de la sociedad de fomento del barrio Villa Irupé.
Precisamente, se especula con que la edificación se finalice a principios de julio y, tras las vacaciones de invierno, sea inaugurado y ya abierto para que los niños de esa barriada puedan finalizar allí el ciclo lectivo 2023.
“Realmente hay mucha necesidad en este barrio y en algunos cercanos por contar con un jardín de infantes. Este un barrio de gente joven, con hijos chicos, que hoy tienen que recorrer distancias largas para acudir a clases”, añadió Di Lorenzo.
Hoy los chicos tienen que recorrer alrededor de 15 cuadras para llegar a los establecimientos más cercanos (el Jardín 949 ubicado en Castelli 2745 o al 939, con sede en Sixto Laspiur 2296).
Debido a la alta probabilidad de que se puedan iniciar las clases tras las vacaciones invernales, la sociedad de fomento puso a disposición en su sede social las planillas de preinscripción.
“Ya se acercó bastante gente a completarla”, informó el dirigente barrial.
Más allá de los avances constructivos, aún restan detalles organizativos y administrativos que cumplir.
“Paralelamente a la obra debe realizarse la asignación de cargos, a la vez que esperamos la llegada del equipamiento para las salas”.
Una fuente del área educativa de nuestra ciudad se refirió también a este tema y confirmó que no hay impedimento alguno para que un niño inicie el ciclo en un jardín y lo finalice en otro.
“En caso de finalizarse los trabajos requeridos y de completarse los cargos docentes necesarios, el jardín podría comenzar a funcionar después de las vacaciones de invierno. En ese tren, tendrán prioridad de inscripción los niños del barrio y luego, si quedan lugares, se extiende el radio por cercanía”.
Incluso, se mencionó la posibilidad de agregar una sala maternal, por pedido de los propios vecinos.
Algunos detalles
La obra se reanudó con un presupuesto inicial de 60.579.341 pesos. En marzo de 2022, la licitación fue ganada por la empresa Consar Construcciones Argentinas (con sede en Rondeau 1158 de nuestra ciudad).
Según lo establecido, el edificio tendrá 427 metros cuadrados cubiertos y 50 semidescubiertos, en los que se planea albergar tres salas que se vinculan con el exterior, un salón de usos múltiples, baños para ambos sexos y discapacitados, cocina, depósito, sala de espera, administración y dirección. Además, todas las salas deben permitir la vinculación entre sí para favorecer prácticas pedagógicas integrales.
El sistema de construcción, en el que predominan placas rígidas de fibrocemento, es altamente eficiente frente al calor, el frío y los ruidos. El techo es de chapa con poliuretano expandible y las habitaciones tenían previsto cielo raso de Durlock.