Bahía Blanca | Jueves, 02 de mayo

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“No sé cuando ni en carácter de qué, pero algún día voy a regresar a Olimpo”

En enero de este año unas arritmias cardíacas interrumpieron temporalmente su carrera. Se hizo tratar, enseguida su corazón le avisó que podía volver a hacer vida normal y a fines de marzo recibió el alta definitiva. Nereo Champagne está listo para atajar, ¿en que equipo será?

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(Nota ampliada de la edición impresa)

A principio de este año decidió volver desde España con el compromiso asumido de que el último tramo de su carrera iba a ser en nuestro país y atajando a nivel profesional. En enero se incorporó a la pretemporada de Alvarado de Mar del Plata y ya se había enfocado en la edición 2023 de la Primera Nacional cuando el cuerpo, más precisamente el corazón, le dio un mensaje inesperado y preocupante.

En los estudios médicos preliminares unas arritmias cardíacas fueron determinantes para que los facultativos del club marplatense le informen a Nereo Champagne, nacido en Salto y de recordado paso por Olimpo, que “no podía seguir practicando deporte de alta competencia”.

“Después de una ergometría (prueba de fuerza) me detectan unas arritmias no tan relevantes pero que podían tener consecuencias negativas para mi salud si me seguía exigiendo al nivel que lo venía haciendo. Posteriormente me realizaron una resonancia cardíaca y en ese momento me dijeron que no podía seguir y que no iba a firmar contrato. Fue un bajón, aunque traté de no dramatizar y al otro día me puse en contacto con el cuerpo médico de Futbolistas Argentinos Agremiados. Y ahí empecé a ver una luz de esperanza al final del túnel”, sostuvo el golero que en 2005 salió campeón del mundo con la Selección sub-20 en Países Bajos y con un tal Lio Messi de compañero.

“En el gremio me atendió Roberto Peidró, el cardiólogo personal del Kun Agüero, una eminencia en nuestro país. Me explicó que la afección (una inflamación en el miocardio) se había originado a causa de un virus y que si guardaba reposo y cumplía al pie de la letra con la medicación, en un par de meses podía volver a jugar. En ese momento no me lo aseguró al cien por ciento, pero si los controles frecuentes no diagnosticaban nada fuera de lugar iba a poder empezar a hacer vida normal”, contó quien defendió el arco del aurinegro bahiense durante cuatro temporadas y un ascenso incluido: 2013.

--¿Ya tenés el alta definitiva?

--Sí, a fines de marzo me hice la última resonancia, salió todo bien y desde ese momento empecé a hacer vida normal, entrenando a alta intensidad sin ningún tipo de problemas.

“A los 38 años tengo las mismas ganas y la misma ilusión que a los 22, cuando debuté en la Primera de San Lorenzo. Quiero seguir jugando y espero el llamado de algún equipo ahora en junio, cuando se abran los libros de pases en las distintas categorías”.

--¿Existe la posibilidad de emigrar otra vez al exterior?

--No, hay afectos y sentimientos que pesan mucho en la balanza, que ya no podés dejar de lado y que no se compran con nada. Hacía 17 años que no estaba en un cumpleaños de mi papá; compartir en familia, sin presiones y disfrutando de todo era algo necesario, sobre todo porque pienso como un jugador maduro y agradecido por todo lo que me dio el fútbol.

“Estos meses acá en Salto cargué energía y le doy mucho valor a estar rodeado de gente que me quiere, en definitiva los que me vienen bancando en dos décadas de trayectoria. Al momento de evaluar el próximo destino, mi familia será determinante para la elección”.

--¿Es posible una vuelta a Olimpo, me acuerdo que cuando te fuiste de acá al Leganés de España te despediste con un “hasta luego”?

--Si, es cierto, siempre tuve el deseo de volver. Hablo muy seguido con Alfredo (Dagna, presidente), Tuma (Angel, médico), Walter Sarti (coordinador del fútbol menor) y el “Chiqui” Alfaro (utilero), pero nunca tuve una propuesta oficial ni yo insinué nada. Estoy al tanto de la actualidad del club y las ganas de hacer un viajecito a Bahía siempre están.

“Hoy, para una posible vuelta hay que interpretar los tiempos de unos y de otros, que el mercado de pases de junio es acotado (para el Federal A se pueden incorporar 4 refuerzos) y que, y lo más importante, el plantel cuenta con dos buenos arqueros. En Olimpo pasé unos años espectaculares, desde ese club salté al fútbol europeo con 32 años; allá me di el gusto de jugar en Primera, en Segunda, en clubes históricos...”.

En el viejo continente pasó por Leganés, Real Oviedo, Real Murcia y Rayo Majadahonda.

“Estoy feliz con mi carrera, de ser un chico que jugaba en Salto y veía el fútbol argentino por tele a haber cumplido semejante sueño... Muchos hubieran dado la vida por un partido en Primera y yo llevo 20 años y 400 partidos”, describe Nereo.

“De Olimpo tengo recuerdos imborrables. Cuando Salto se inundó, Bahía y la zona organizaron una colecta de alimentos, ropa y agua y el estadio Carminatti fue el centro de recepción. La solidaridad y el respeto hacia mi pueblo todavía hoy me sigue conmoviendo. Con los distintos planteles hicimos beneficiencia en ciertos sectores de la ciudad que necesitaban una mano, y eso me llenó de orgullo. Sé que algún día voy a volver, pero no sé como ni cuando”, sostuvo el 1, para muchos olimpienses el mejor arquero que transitó por la institución a nivel profesional.

Hoy aprovecha para estar en su club, Sport de Salto, ayudando, asesorando y apuntalando a jóvenes arqueros con posibilidades de trascender más allá de la Liga local.

En cuanto a la experiencia cosechada y a los momentos vividos, Nereo asegura sin dudar que su “carrera fue fructífera” y que cumplió el sueño que tenía de chiquito.

“Soy un eterno agradecido al fútbol, al hecho de poder seguir jugando. Cuando sos chico actuás con cierta inconsciencia, y cuando crecés empezás a valorar y a disfrutar. En la etapa de formación pensás en vos mismo, en triunfar, en escalar, en ser mejor cada día, pero cuando sos más grande disfrutás cuando ayudás al otro a cumplir el sueño que vos ya experimentaste. Esa es la victoria más grande”.

--Me dejaste sin palabras.

--Es hermoso que hoy Guido Villar y Pocho Troyansky, por ejemplo, estén triunfando en el fútbol grande. Cuando eran gurrumines y recién arrancaban, los más grandes en Olimpo les dimos una mano para que progresen. Mucha o poca, pero de alguna manera los acompañamos y le mostramos el camino. Eso es más satisfactorio que cualquier logro personal.

No me quiero olvidar que en su currículum brilla un hito: fue campeón Mundial Sub 20 en Holanda (Países Bajos) 2005 con Messi como estandarte; el salto al estrellato de la Pulga. Más: jugó el primer partido del rosarino en la Selección, aquel amistoso contra Paraguay organizado al trote por la AFA para asegurarse los servicios de Lio para la eternidad.

--¡Jugaste con Messi!

--Fue un premio que me marcó para siempre, pero el hecho de haber representado a mi país no se compara con nada. Vestí la camiseta de Argentina en un Mundial y fui campeón, y eso quedó grabado a fuego en mi alma más allá de los compañeros que tuve en esa hazaña.

“De Messi no voy a descubrir nada, se notaba que era distinto y que tenía todo para triunfar, aunque era difícil imaginar que podía llegar a ser el mejor del mundo. No solo eso, lo fue durante 15 años, y eso es lo que lo enaltece aún más. Antes que él no hubo nadie que domine al mundo durante un tiempo prolongado y a un nivel extravagante. Solo Lionel lo hizo, gracias a la mezcla de talento, humildad y un profesionalismo digo de admirar.

--La última: ¿qué se te viene a la mente cuando recordás el ascenso con Olimpo en 2013?

--Fue increíble, en lo humano y lo deportivo. Lo suelo comparar con la permanencia en la temporada 2012-2013, el último torneo de 20 equipos en Primera. Era otro fútbol argentino, una jerarquización que hoy ya no existe.