Bahía Blanca | Miércoles, 08 de mayo

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Opinión: La pelea no terminó

"Bahía no está lejos de Rosario ni del conurbano, para los recursos con los que cuenta el narco, la distancia es mínima", dice el exsecretario de Seguridad.

Foto: Archivo La Nueva

Días atrás escuchamos nada menos que al Ministro de Seguridad de la Nación dar por perdida la lucha contra el narcotráfico, “Los Narcos ganaron” dijo, como si relatara el final de un partido de fútbol. Como si Rosario fuera otro país o una isla lejana.

Si hay algo que puede generar certidumbre, esperanza, o por el contrario, desazón y frustración, es precisamente, la narrativa del Estado. Lo que expresan sus líderes políticos al pueblo es determinante. Fija límites y crea consensos. O no, pero posiciona de un lado y del otro a cada uno de los miembros de una sociedad.

La palabra del Gobierno marca un rumbo.

Es lógico que una pelea que no se ha dado, se considere perdida. Está bien lo que dice el Ministro, a ellos les ganaron, les ganan todos los días y son los responsables de que este flagelo crezca y envenenen a nuestros chicos. En todo caso, en un gobierno ajeno a la sociedad completamente, el Ministro de Seguridad, al menos, no miente.

Pero no se puede considerar perdida esta pelea, hay mucho por hacer. Y lo primero es decir la verdad y las cosas como son.

Bahía Blanca no está lejos de Rosario ni del conurbano, para los recursos con los que cuenta el narcotráfico, la distancia es mínima. El Puerto de Ingeniero White no solo es atractivo para el comercio de empresarios honestos, también los es para los narcos y hemos tenido la oportunidad de comprobarlo con hechos que han sido noticia nacional.

Nuestra ciudad también es atractiva para los narcotraficantes, con gran parte de nuestros barrios en situación de vulnerabilidad social, importantes bolsones de pobreza multidimensional y varios accesos y egresos, formales e informales. Bahía Blanca está en riesgo.

¿Ahora bien, qué se debe y qué se puede hacer?

Me tocó como responsable del área de seguridad del municipio comenzar un camino en el año 2015 que estoy convencido debe continuarse, el de involucrarse desde el gobierno local.

La Nación como responsable de las fuerzas federales, así como de la justicia federal, debe ocuparse del narcotráfico a gran escala. La Provincia y su policía especializada debe combatir el narcomenudeo, así lo establece el contexto normativo.

Sin embargo, hay un actor clave que no puede permanecer ausente, el administrador del territorio es el gobierno local. Quien lo conoce, quien lo debe cuidar, quien está en cercanía con sus vecinos y puede escucharlos, es el gobierno municipal. Sus funcionarios.

Ese camino comenzamos en el año 2015, apenas asumimos, en reuniones con vecinos nos contaban donde se vendía droga en el barrio, hacia las denuncias personalmente, acompañaba a los fiscales y la policía a los allanamientos y eso se comunicaba a través de los medios, para que los vecinos vieran que podían confiar en nosotros. Así se multiplicaron las denuncias, los allanamientos y detenciones, se recuperaron espacios públicos y muchos barrios recobraron la tranquilidad. No ha resultado beneficioso abandonar ese camino.

Existen en nuestra ciudad señales muy positivas al momento de observar los recursos con los que contamos, ya se han realizado encuentros de organizaciones empresariales e instituciones académicas para aunar esfuerzos y enfrentar este flagelo.

También desde la justicia y las fuerzas de seguridad existen mesas de diálogo y encuentro, no solo se reconoce que el problema existe, sino que las intenciones de abordarlo están presentes en quienes tienen responsabilidades institucionales en la ciudad.

Resta aún, un liderazgo político que reúna, convoque y motive para que estos esfuerzos contengan una agenda de trabajo permanente.

Es una deuda pendiente.

Ahora bien, hemos transitado un camino de lucha contra la oferta de droga, persiguiendo delincuentes y los resultados están a la vista. Requieren creatividad y un nuevo enfoque.

Sin abandonar esta lucha contra la oferta, hay que comenzar desde los estamentos del Estado un firme tratamiento de la demanda. Tenemos una carencia seria en la ley de salud mental, que de forma imperiosa requiere adaptarse a la realidad de las familias que atraviesan situaciones muy complejas con un familiar enfermo.

Este no debe ser este un tema tabú, debemos con la herramientas de gestión que cuenta un municipio generar espacios de diálogo, desarrollar mayor cantidad de programas preventivos, colaborar con las escuelas y con la comunidad educativa, brindando talleres, generando espacios de confianza y contención para los jóvenes. Debemos abordar este tema desde la nocturnidad. Los narcos ganan en la ausencia del estado.

Sabemos que el problema del consumo de drogas está en nuestra sociedad para quedarse. Lo es así desde hace mucho tiempo. Por ello, el trabajo debe responder también con fuerza a este desafío, y debe generarse para quedarse y permanecer. Por ello es imperioso tener un “Plan municipal sobre adicciones” ya que nos da justamente esa posibilidad. La de contar con un instrumento organizador de acciones y con recurso humano capacitado, que nos permite evaluar las políticas en el tiempo a fin de corregirlas y mejorarlas.

Estas son las mejores bases desde las que se pueden edificar propuestas de solución al problema de las adicciones que la ciudadanía espera con ansias escuchar, y de la que necesita urgentemente disponer para mejorar su calidad de vida.

En síntesis, se configura un sistema en el cual, oferta y demanda, por diversas razones, ponen en riesgo a toda la barriada sin distinción alguna. No podemos pensar la Bahía de los 200 años, ni la Bahía del futuro, mientras el Estado no recupere la calle.

Estamos a tiempo de generar los cambios, de encontrar los liderazgos que quieran asumir estas responsabilidades, que sepan conformar equipos y gestionar la conflictividad, de enfrentarse a las verdaderas mafias que corrompen y truncan el futuro de toda la sociedad.