Bahía Blanca | Miércoles, 16 de julio

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Abigail Páez: “Tengo miedo de que lastimen a mi familia”

Abigail Páez expresó que siente dolor por la condena y el tratamiento mediático del caso. Dijo, además, que la quisieron atacar tras el fallo. Su madre hizo declaraciones.

Abigail Páez.

“Tengo miedo de que lastimen a mi familia y temo por cómo les pueda afectar la información que se filtró”. Ese es el mensaje que dio Abigail Páez al medio  Infobae desde la cárcel de San Luis en la que está alojada junto a Magdalena Espósito Valenti, su expareja y madre de Lucio Dupuy.

Las dos mujeres fueron encontradas culpables de homicidio agravado por alevosía y ensañamiento. Pero Páez, además, resultó condenada por abuso sexual, un delito que la defensa busca derribar. “Ella siempre lo negó”, argumentan.

Sin embargo, el 26 de noviembre, cuando llegó al Hospital Evita cargando el cuerpo de Lucio le dijo al médico que a Lucio “lo habían violado”, en el contexto de un supuesto robo. A los vecinos que la habían trasladado hasta allí en auto les había dado la misma versión.

Esa sola mención, como parte de su coartada, es para los jueces prueba de que Páez fue responsable del abuso sexual que registró el forense Juan Carlos Toulouse en el informe de autopsia.

No niega, por otro lado, haber sido la autora de los golpes que presentó en casi todo el cuerpo, entre ellas, mordidas en los genitales y en el brazo. Debajo del ojo izquierdo, quedaron marcados sus nudillos. El golpe fue tan violento que provocó el enclavamiento de las amígdalas cerebelosas que produjeron un paro cardíaco.

A la altura del omoplato de Lucio, los peritos notaron “el dibujo bien clarito” de la suela de una zapatilla. Esa impronta coincidía con el calzado de la ahora expareja de su mamá. Ese pisotón le ocasionó un desgarro de 8 cm. por 7 cm. de profundidad en el hígado y hematomas en el intestino delgado y grueso. La hemorragia que produjo esa pisada a nivel interno, se detuvo al mismo tiempo que su corazón: la piña en el ojo ya había producido la hinchazón del cerebro y el consecuente paro.

Páez se enteró de la condena por teléfono: habían optado por no presenciar la lectura de la sentencia en la sala del Tribunal de Audiencia de Santa Rosa, en La Pampa. Ambas prefirieron quedarse en la provincia vecina por temor a las represalias.

El mural de Lucio en General Pico.

Sin embargo, tras la noticia hubo un incidente en el penal en el que está siendo asesorada para comenzar un tratamiento hormonal transgénero. “Me quisieron atacar”, contó pero no dio más detalles.

Tras la condena y la exposición mediática que tomó el caso, ahora teme por la integridad física de su familia, pero también dice estar angustiada por cómo pudo impactar en ella la difusión de las pruebas ventiladas en el debate.

“Me causa dolor el maltratamiento (sic) de los medios”, dijo la mujer.

Su madre y sus tres hermanos desconocían las evidencias en su contra. “No estaban al tanto”, confirmaron desde el equipo de la defensoría oficial que la representa en la causa.

“Estoy tan sorprendida como ustedes”, dijo Erica Frydlender, la madre de Abigail, tras el fallo de los jueces. “Estoy muy mal, es mi hija”, dijo la mujer.

“Estamos tratando de salirnos de todo esto. Es muy duro y queremos despegarnos. Necesitamos que nos dejen tranquilos, nosotros también estamos haciendo nuestro duelo, lo extrañamos mucho a Lucio”, dijo.

“Ella está donde tiene que estar”, cerró. (Infobae)