Bahía Blanca | Viernes, 29 de marzo

Bahía Blanca | Viernes, 29 de marzo

Bahía Blanca | Viernes, 29 de marzo

La Bahía Blanca que está a 1.800 kilómetros de Bahía Blanca

En medio de un denso bosque de quebrachos, en el extremo norte de Santiago del Estero, se encuentra el único asentamiento en todo el país que comparte el nombre con nuestra ciudad.

Al noroeste de la localidad de Monte Quemado, cabecera del departamento de Copo, en el extremo norte de Santiago del Estero, la Ruta Nacional 16 mantiene imperturbable su traza diagonal en dirección al límite con el Chaco.

El asfalto, adherido al paisaje como una masa calurosa, es prácticamente lo único que interrumpe el avance de la vegetación. Todo parece fundirse en decenas de tonalidades verdes y marrones.

A ambos lados del camino, las densas formaciones de quebrachos apenas dejan lugar para algunas áreas de cultivo, en las que el maíz, el garbanzo y la soja parecen ser las especialidades de una zona casi exclusivamente rural, con una población escasa y bastante dispersa a lo largo del terreno.

Aproximadamente a la altura del kilómetro 480 de la ruta, tomando hacia la izquierda por un camino de tierra que se dirige en dirección sur, las filas de árboles se hacen más compactas, acentuando la sensación de bosque cerrado. El trayecto es irregular y, por momentos, las huellas parecen perderse en la nada.

Minutos después, tras un recorrido de poco más de 10 kilómetros que requiere atravesar un canal de riego llamado “De Dios”, aparece el lugar buscado en el mapa.

Es un paraje. Y se llama Bahía Blanca.

Los registros oficiales de ciudades y localidades argentinas muestran que se trata del único asentamiento en todo el país que comparte el nombre con nuestra ciudad.

Vista a través de las imágenes satelitales que ofrece el servicio de Google Maps, la otra Bahía no parece conformar más que un pequeño poblado de casas de campo alejadas entre sí, completamente rodeadas por una espesa arboleda y, en algunos casos, conectadas por senderos que sólo conocen los lugareños, en su mayoría trabajadores de campo.

No es descabellado suponer que en aquel paraje nadie sepa quién es Ramón Estomba, dónde se encuentra la plaza Rivadavia o el porqué de la rivalidad entre los clubes Olimpo y Villa Mitre. Por otra parte, en medio del trópico santiagueño lógicamente no hay una entrada de mar en la costa ni salinas típicas de las zonas bajas costeras.

La pregunta es, entonces, ¿por qué se llama Bahía Blanca?

Una de las posibles explicaciones pertenece al campo de la lingüística: de acuerdo con los especialistas, la denominación “Bahía Blanca” para un paraje del Chaco Austral bien puede ser una derivación fonética del nombre “Baya Blanca”, en referencia a ese tipo de frutos, el cual era pronunciado como “Báia Blanca” por los habitantes del lugar.

Aunque no se refiere específicamente a la localidad santiagueña, la recordada investigadora María Beatriz Fontanella de Weinberg aborda esa posibilidad en uno de sus trabajos. Al analizar el rehilamiento bonaerense, cita al escritor Adolfo Lamarque, quien a fines del siglo XIX, aseguraba que “Báhia Blanca…se aproxima a Baya Blanca (…) y los juegos de palabras muestran la posibilidad de confusión de Báhia con baya”.

De acuerdo con ese teoría, es válido conjeturar que la superposición de ambos nombres -el del fruto y el del accidente geográfico- pudo haber derivado primero en cierta ambigüedad coloquial y, más tarde, en el definitivo reemplazo de “Báia Blanca” por “Bahía Blanca” dentro de la cartografía oficial santiagueña.

De este modo, quedaría en claro que la toponimia del lugar no se trata de un guiño a su homónima del sudoeste bonaerense, sino que más bien sería el resultado de una imprecisión cuando el término oral fue llevado al ámbito de lo escrito.

Más allá del nombre compartido es poco lo que se conoce del paraje, en especial por su reducido tamaño y su emplazamiento remoto. No es certera la fecha de su fundación, si es que la tuvo de manera formal. Sí se sabe que el departamento Copo fue establecido por ley provincial en agosto de 1887 y que su localidad principal, Monte Quemado, tiene como fecha bautismal el 5 de octubre de 1932.

Lo que también está claro es que la Bahía Blanca santiagueña depende administrativamente de esa ciudad cabecera, distante a unos 50 kilómetros. Tanto los servicios médicos como los policiales provienen casi de manera exclusiva de esa localidad, así como buena parte de los asuntos comerciales, religiosos y recreativos que concentran la vida cotidiana de sus habitantes.

Con una densidad poblacional que, en promedio, no llega a los tres habitantes por km2, una temperatura media anual que bordea los 30ºC y una vida exclusivamente rural, solitaria y silenciosa, en la que ni siquiera figuran números fijos en la guía telefónica del distrito, el paraje está ahí, escondido en un laberinto forestado, listo para ser descubierto.

Es sólo cuestión de recorrer los 1.784 kilómetros que separan a una Bahía Blanca de la otra.