La desaparición del histórico pinar: del repetido robo al desastre natural
El paseo, más conocido por el repetido robo de sus pinos que por su uso como tal, ha perdido casi la totalidad de sus árboles.
Es periodista, ingeniero civil y docente de la Universidad Nacional del Sud en materias relacionadas con el Patrimonio arquitectónico y el planeamiento urbano. Ha publicado notas en revistas Vivienda, Todo es Historia, Obras & Protagonistas y Summa +. Participa en varios micros radiales referidos a la historia de Bahía Blanca. En dos ocasiones recibió primera mención por parte de ADEPA en el rubro Cultura e Historia.
“Y si ves que mi verde se quema/llueve tu llorosa pena y el verde nuevo se hará”. Canción del Pinar, Jorge Fandermole
“El pinar ya no existe”. Eso dijeron algunos vecinos en referencia al espacio recostado sobre la avenida 14 de Julio, entre D’Orbigny y Fortaleza Protectora Argentina, un sector que nunca logró fortalecer su calidad de paseo, un sitio que desde hace décadas es noticia por el reiterado robo de ejemplares de pinos, acción que le quitó una gran masa arbórea pero no le hizo perder su calidad paisajística.
No era fácil verificar ese comentario. El personal de Defensa Civil Municipal cercó el área para prevenir accidentes y la vista desde cualquiera de las calles perimetrales no era suficiente para mensurar las pérdidas porque muchos ejemplares volcados ocultaban el interior.
Foto Emanuel Briane
Pero la tecnología permitió comprobar lo certero de la sospecha. Un dron permitió tomar fotografías que si no fuera porque reflejan una pérdida muy triste para la ciudad se podrían admirar desde el punto de vista artístico. Los árboles caídos parecen seguir un único patrón, unas líneas paralelas, como se hubiesen caído hermanados, unidos, en un final que buscaron en comunidad.
Madera disponible
Más allá de esta reflexión, la tempestad del último sábado puso punto final a la existencia de ese pequeño bosque de ocho hectáreas, generado en la década del 40 en un terreno expropiado por la provincia para que diera continuidad al parque Independencia y sacara provecho de su privilegiada ubicación en la zona alta, de modo de funcionar como un paseo-mirador.
La realidad es que el lugar nunca se consolidó con ese destino y cada año el lugar era noticia por los robos de ejemplares llevados adelante con total impunidad, a la luz del día, como si se tratara de un vivero público.
En 2013 se buscó modificar esa historia mediante una ordenanza pensada para la "preservación y mejoramiento del Pinar", considerando que el lugar era "patrimonio natural y cultural de Bahía Blanca". No sirvió de nada. No se mejoró su iluminación, no se puso equipamiento, no se dispuso vigilancia, no se intervino para ponerlo en valor.
Curioso juego del destino que ahora dejó disponibles todos esos árboles, que la gente puede cortar y llevar sin que esa acción sea un delito.