Dirigen gratis, entrenan cuatro veces por semana y llegaron a una final
Santiago Bevaqua y Julián Severini, árbitros de la Unión de Rugby del Sur, se consolidan en el panel de la Unión Argentina de Rugby. Este año integraron la terna en la definición del Torneo del Interior B.
Periodista de La Nueva desde 1995, especializado en rugby y básquetbol; con colaboraciones en casi todas las secciones de la redacción (locales, policiales, regionales, Ritmo Joven, revista Nueva, Espectáculos)
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En un momento en que el arbitraje del panel UAR del rugby argentino atraviesa un recambio generacional, dos referís de la Unión de Rugby del Sur tuvieron este año activa participación en las principales competencias nacionales. Además de referear partidos importantes en el rugby bahiense y regional, Santiago Bevaqua y Julián Severini se desempeñaron como asistentes en la final del Torneo del Interior B, arbitrada por el correntino Federico Solari.
"La designación para la final fue un broche de oro para la finalización del Torneo del Interior, en el que previamente había sido designado en cinco partidos como árbitro principal. Para la final en Mendoza fuimos elegidos con Julián (Severini). El balance siempre positivo, porque llegar a ese partido fue por algo. Creo que mérito de lo que hicimos en todo el torneo”, afirmó Bevaqua sobre la definición que Teqüé (Mendoza) le ganó a Universitario (Córdoba) 17 a 15.
"Fue un partido muy parejo. Se definió en la última. Con `Juli´ y con el árbitro habíamos hablado en la previa que las finales se definen en un abrir y cerrar de ojos. Hay que estar concentradísimo. Capaz se resuelve en dos jugadas o en un pase... Hay que tener el ojo siempre puesto en la pelota. Y así fue: faltando tres minutos, pidieron palos, tres puntos y ganaron (los mendocinos", recordó.
"En cuanto al clima que hubo en la cancha, en lo personal siempre me gusta el espectáculo, el bombo, tribunas llenas, banderas... Hico mucho calor, además. Hubo lindo clima. Hermoso. Fue un partido de mucha talla", afirmó.
Bevaqua, nacido en Viedma, tiene 30 años y dirige desde hace 7 temporadas. Como jugador se formó en Sol de Mayo y en nuestro medio jugó en Universidad Nacional del Sur en el puesto de segunda/tercera línea. Como árbitro, la elección para estar en la final dijo que le llegó en el momento ideal.
"Es una edad justa para el nivel en que estoy. Ni más ni menos. Un referí necesita una buena trayectoria de cuatro o cinco años dirigiendo en Primera de su unión y un poco más para llegar a nivel UAR. Pero es una edad justa porque me da el físico y llego con buena cantidad de partidos", explicó.
Bevaqua: "Lo más alto posible"
En este deporte los árbitros reciben un viático por viaje, pero no se toma como un trabajo. Más bien es seguir ligado a esta pasión que es el rugby.
"Si bien no es profesional, para estar ahí necesitás tener mucha preparación. Entrenar casi como un jugador. En las charlas que UAR nos da en Buenos Aires siempre nos remarcan que si un jugador entrena cuatro veces por semana, nosotros debemos hacerlo a la par. Parece que no pero si no te entrenás, se nota muchísimo", dijo Santiago.
Por ese camino marcha y no tiene techo.
"Quiero llegar lo más alto posible. Mirando para arriba, más allá de los torneos nacionales, apuntaría a algún torneo sudamericano y Súper Rugby Américas. Se tienen que dar bastantes cosas, pero me gustaría", afirmó.
Bevaqua y Severini siguen las huellas que dejaron años atrás Federico Fioravanti, Ramiro García Gamero y Joaquín Lobato, los primeros en llegar a competencias nacionales desde la unión bahiense.
"Siempre que voy a algún torneo o me cruzo con algún ex referí se acuerdan de ellos. Fueron muy importantes, tuvieron partidos de altísimo nivel. Dejaron muy bien parado al arbitraje bahiense y hoy nos toca a nosotros representarlos", concluyó.
Severini: "Lo disfruté"
"Fue algo muy lindo. Para quien le guste el deporte y cuando le dedicás tanto tiempo, al margen de qué actividad sea, al presentarse estas oportunidades se disfrutan más, al margen que se trata de una final y hay que estar a la altura. Y lo disfruté mucho; estuve muy concentrado. En la semana con Pepi (el árbitro correntino) estuvimos analizando criterios y viendo qué requería él de nosotros como asistentes. Si bien era el árbitro principal, nos dejó claro que sería un equipo de tres y por lo tanto estaríamos para la misma función", explicó Julián Severini.
Al igual que Bevaqua, este reginense de 30 años también recibió otras designaciones en el Torneo del Interior B como juez principal en cuatro encuentros. Además, arbitró en el campeonato Argentino juvenil y el fin de semana pasado en el Seven de la República. Su caso es particular ya que se fue haciendo con el silbato al mismo tiempo que iba cerrando su etapa como jugador en El Nacional, como back, junto con su hermano Lucas.
"Este año estuve jugando hasta mitad de año. El año pasado tuve el primer torneo nacional al que fui citado en Junín (Desarrollo, juveniles). Después tuve la oportunidad de ir al Select 12 de Córdoba (juveniles) y luego pude terminarlo con el Argentino juvenil, el torneo más importante de esa categoría en el país. A partir de ahí me empezó a picar el bichito por el arbitraje y jugué hasta mitad de temporada. Desde entonces tuve la posibilidad de dirigir un clásico de Bahía (Argentino-Sportiva) y varios partidos del Regional Pampeano", contó.
"Desde que me vine a Bahía siempre había priorizado jugar. Como árbitro no tenía regularidad los fines de semana, sino que arbitraba cuando me quedaba cómodo. De pronto me encontré en una etapa en la que tenía que decidir: seguir jugando, ser entrenador o árbitro. Pero quería encontrarme con partidos exigentes y ser más reconocido. Como dicen que el tren pasa una vez, lo aproveché para estar en el panel nacional", agregó.
"Quiero seguir creciendo y llegar a un mayor nivel. Este año me había planteado como objetivo estar dentro del panel UAR y de pronto me encontré de asistente en una final nacional. Este logro me permitió valorar todo lo que dejé de hacer para dedicarle tiempo. Más allá que tenemos un viático, que no es un sueldo, todos le damos al arbitraje la importancia de un profesional", afirmó.
Roce internacional
Nuestra ciudad dio muy buenos árbitros en décadas pasadas. Inclusive, algunos llegaron a ser designados para partidos internacionales, tanto en nuestro país como en el extranjero.
Todos ellos hoy están alejados del arbitraje, rol que asumieron en su momento -tras desempeñarse como jugadores- para continuar ligados al rugby, por decisión personal y por pasión hacia el propio deporte.
Los dos que mayor actividad internacional tuvieron fueron Federico Fioravanti y Ramiro García Gamero.
El primero dirigió en las olimpíadas universitarias de Kazán (Rusia), torneo modalidad seven en el que pitó en la final de Bronce (Sudáfrica-Gran Bretaña). También formó parte del panel de árbitros en el Sudamericano de Río de Janeiro 2015, Juegos Odesur de Chile, Sudamericano de Colombia (modalidad XV).
García Gamero arbitró el Seven de Viña del Mar (2018), Juegos Bolivarianos de Chiclayo, Perú (2013), Sudamericano Desarrollo M18 y de mayores de Medellín (2016). Además, en Uruguay arbitró partidos del Nacional de Clubes en el que fueron incluidos Carrasco Polo y Old Christians.
Entre los árbitros URS de otras épocas, Carlos Conget de desempeñó como juez principal del amistoso Alto Valle 18-Bélgica 15, disputado en cancha de Neuquén RC el 21 de agosto de 1988.
Juan Ignacio Vigier formó parte de los referís argentinos del Mundial de Seven de Mar del Plata (2001); Hugo Fioravanti, tío de Federico, estuvo tres años arbitrando en País Vasco la liga local y Fernando Carignano de desempeñó como principal en un amistoso M19 entre Pumitas y Nueva Zelanda, disputado en Puerto Belgrano, en la década del '80.