Corridas, piedras y el caos del final en un Carminatti enardecido

Sergio Daniel Peysse

peche1503@hotmail.com

Egresado del Instituto Superior en Ciencias de la Comunicación Social. Cronista de la sección Deportes de La Nueva. desde el 9 de octubre de 1995, especializado en fútbol. Entre 2002 y 2018 cubrió a Olimpo en Primera división. Trabaja en televisión y radio. Además, integró el equipo periodístico de "El Diario del Mundial", que se emitió en La Nueva Play.

La llegada de algunos hinchas de Gimnasia y Tiro de Salta hasta las inmediaciones del estadio Roberto Carminatti (testigos afirman que estuvieron apostados en la esquina de Donado y Chile) cortó de raíz la calma con la que se estaba disputando el cotejo entre Olimpo y Gimnasia y Tiro.

Varios simpatizantes aurinegros se dirigieron por la grada hacia la esquina de O’ Higgins y Chile mientras otros abrían el portón de acceso (en el medio de la tribuna) y corrían hacia el sector donde estaban los seguidores del conjunto salteño (la policía aclara que unos 100 hinchas olimpienses salieron por el portón de Angel Brunel y corrieron a los parciales visitantes), por lo que se produjo un encontronazo, primero a piedrazos y después en una lucha mano a mano.

Iban 19 minutos del primer tiempo, Nereo Champagne salió del arco que da a calle Chile para pedirle al árbitro Nahuel Viñas que pare las acciones. Enseguida actuaron efectivos de las Comisarías Primera y Quinta, más policía motorizada, para dispersar a los violentos y aprehender a 11 hombres involucrados en la trifulca.

El cotejo se reanudó cuatro minutos más tarde, y a partir de ese momento Olimpo “fue otro equipo”, como que se fue del partido y cayó en la red del albo norteño.

Cuando el encuentro concluyó, varios simpatizantes olimpienses violentaron una puerta del sector de Angel Brunel, ingresando al campo de juego y poniéndose cara a cara con los futbolistas del plantel aurinegro, tal como se aprecia en la fotografía principal.

Entre los que entraron a la cancha había algunas mujeres y niños que querían algún “trofeo” (camiseta o pantalón) de alguno de los jugadores, pero a su vez otros que increparon a los protagonistas, provocando la reacción de algunos de ellos.

Personal de Infantería formó un cordón para sacar a los más exaltados de la zona de conflicto, los jugadores se metieron al vestuario y todo volvió a la normalidad.

Más allá de la decepción y los aplausos para el equipo cuando dejó el terreno, un sector de la “barra” se la agarró con el presidente Alfredo Dagna, aunque la situación no pasó a mayores. Solo insultos y algunas amenazas.

Es fútbol. Olimpo no merecía despedirse del torneo así.