Bahía Blanca | Martes, 24 de junio

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Completar los estudios secundarios, un tema de adultos en Bahía

Se estima que 1 de cada 4 egresados en Bahía Blanca termina la secundaria en escuelas para adultos. Una oferta educativa que se amoldó a los nuevos tiempos y tiene muchísima aceptación.

Fotos: Rodrigo García y Pablo Presti-La Nueva.
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Audionota: Marina López

De acuerdo a un informe del Observatorio de Argentinos por la Educación se estima que 1 de cada 5 egresados termina sus estudios en una escuela secundaria para adultos, que recibe a quienes no concluyeron la escuela común.

Esa cifra a nivel nacional tiene cierta correlación con lo que sucede en nuestra ciudad.

“En nuestro distrito estamos un poco mejor que a nivel nacional. Aquí es 1 de cada 4”, señaló el licenciado Claudio Martini, titular de la Jefatura Regional de Educación N°22.

Hoy nuestra región cuenta con 22 instituciones de la modalidad de Educación de Jóvenes, Adultos y Adultos Mayores para la finalización de los estudios secundarios.

“De los más de 5.000 graduados de nivel secundario, un cuarto corresponde a  jóvenes y adultos”, amplió.

Diversas son las causas por las que un notable número de personas no han culminado sus estudios obligatorios, y allí varios derechos se ven vulnerados además del de la educación, siendo esta una herramienta privilegiada para transformar la vida de todo ciudadano.

“Hablar de los sujetos de educación de jóvenes y adultos es sinónimo de sujetos atravesados por una historia de exclusión, transitando algunos peldaños de la escolaridad que los han marcado de forma negativa, incidiendo en la percepción que poseen de sí mismos, como escasa capacidad para aprender, con culpas, vergüenza, falta de confianza y desvalorización de los propios conocimientos”, señaló Martini. 

Los alumnos se caracterizan también por la heterogeneidad de experiencias vitales, por algunas particularidades, expectativas, motivaciones y necesidades que se torna imprescindible atender y considerar, ofreciendo una formación integral y de calidad como garantes de la construcción participativa del conocimiento.

“Es fundamental que los jóvenes y adultos sean reconocidos como sujetos portadores de saberes, que construyen conocimiento por fuera de lo escolar, lo cual les permite desenvolverse cotidianamente en la sociedad, en sus comunidades y en sus trabajos. Por ello el sentido de la enseñanza es resignificar ese conocimiento, brindando nuevas formas de decir y nombrar que les permita traspasar los límites”.

Retomar sus estudios y asistir a clases luego de una jornada laboral, postergar espacios familiares, descanso, entre otras cuestiones, genera un esfuerzo por parte de alumnos que requiere un reconocimiento y respuesta significativa en cuanto a atención y propuesta de enseñanza y aprendizaje, respeto y empatía que se brinda en los espacios áulicos e institucionales de la modalidad. 

“Finalizar el tramo de estudios obligatorios es para ella/os mucho más que la obtención de un título que habilita para una mejor calidad de vida, significa la posibilidad de aprender a aprender, de continuar aprendiendo con su propio estilo y de asumirse como un sujeto social a partir de la revalorización de sus capacidades”.

El trabajo estipula que la matrícula de egresados bajo esta modalidad se duplicó entre 2001 y 2022 (el aumento fue del 128%) y la mayoría de quienes finalizan de forma extendida son menores de 29 años.

Los datos surgen del informe “Terminalidad extendida: secundaria de jóvenes y adultos”, del Observatorio de Argentinos por la Educación, con autoría de Romina De Luca (investigadora del CONICET y coordinadora del área de Educación del Centro de Estudios e Investigación en Ciencias Sociales-CEICS), Martín Nistal y Eugenia Orlicki (Observatorio de Argentinos por la Educación).

El documento analiza la evolución de la matrícula y el egreso en la educación de jóvenes y adultos, por edad, género y provincia.

Más del 90% de los jóvenes y adultos que cursan en esta modalidad asisten a escuelas de gestión estatal. Entre 2001 y 2022, la matrícula se expandió de forma más o menos constante.

“Las instituciones educativas de la modalidad, así como la diversidad de ofertas y propuestas son abiertas, flexibles y se adecuan a las situaciones emergentes del contexto y de cada estudiante. Planificar garantizando la inclusión, permanencia, aprendizaje de saberes socialmente productivos y egreso con conocimientos de calidad es el mayor desafío”, explicó Martini. 

A lo largo de estos años, también se dio una progresiva feminización, tanto en la matrícula como en el egreso: las mujeres representan el 53% del alumnado. En cuanto a la edad, 7 de cada 10 estudiantes (71%) tienen menos de 29 años; un 13% de la matrícula tiene más de 40 años.

“Se tienen en cuenta situaciones laborales y realidad cotidiana, flexibilizando horarios y generando diferentes opciones para que toda la población tenga la oportunidad de completar o iniciar sus estudios, siendo de gran importancia, además el conocimiento del territorio, de cada comunidad, lo cual no solamente permite contextualizar el diseño curricular sino la estratégica distribución de espacios y propuestas en los diferentes barrios y sectores de las ciudades y regiones”, señaló Martini. 

Los jóvenes y adultos representan el 12% de la matrícula de la escuela secundaria a nivel nacional; esta proporción se ha mantenido constante en los últimos 20 años. 

“La modalidad sostiene una educación que contempla la integración al mundo del trabajo, la participación comunitaria, el reconocimiento de repertorios culturales de la población, la redistribución y democratización en el acceso al conocimiento, la preservación y valoración de los saberes de la vida y el acceso a estudios superiores. Propicia una educación centrada en la promoción de proyectos de vida personales y colectivos de quienes estudian en sus territorios de pertenencia, con capacidad de transformar la realidad en la que habitan”, dijo el titular de la Jefatura Regional de Educación N°22..

Una experiencia

El CEBAS 30 es una escuela secundaria de adultos, la única en su tipo en Bahía Blanca, debido a su orientación en salud pública (en convenio con el Ministerio de Salud).

Funciona en el turno tarde, de 13.30hs a 16.50hs de lunes a viernes en Lainez 2451 (mismo edificio donde funciona la ES14) y Marina Dietrich es su directora.

“Nuestra escuela es una propuesta muy buscada tanto por aquellos que luego quieren seguir estudios superiores en relación a carreras afines tales como enfermería, medicina o acompañamiento terapéutico; como por adultos en general”, explicó.

Además, los estudiantes que egresan del CEBAS tienen prioridad para ingresar a la Tecnicatura de Enfermería del Hospital I. Penna (no ingresan a sorteo). La propuesta consta de 3 años en los cuales se cursan materias básicas de cualquier secundario y materias de la orientación.

“Todas las escuelas de adultos reciben una población que estudia, por lo general, en sus territorios de pertenencia. Son personas que alguna vez han sido “desafiliadas” del sistema y poseen trayectorias escolares que han sido y son interpeladas por cuidado de familiares, empleo, desempleo, cuestiones de salud, maternidad, paternidad, entre otras cuestiones propias de la adultez. Todas condiciones más que comunes en los bachilleratos y centros educativos de mayores de 18 años”, manifestó Dietrich.

--¿La matrícula o el interés ha aumentado en los últimos años de la misma manera que a nivel nacional?

--La matrícula del CEBAS 30 ha aumentado notablemente. Tomemos a tercer año como ejemplo. Si bien me desempeño como directora del establecimiento desde abril del 2022, al ver los registros del 2021 contabilizo 10 egresados, pero solo 2 terminaron efectivamente sus estudios. En este punto es válido recalcar que estábamos en un contexto de pandemia con las dificultades que eso conllevó. Sin embargo, en 2022 egresaron 15 estudiantes de los cuales 12 terminaron realmente sus estudios secundarios y hoy cuentan con su analítico.  En el ciclo 2023, a principio de año comenzaron a cursar 30 alumnos/as en 3° año y ahora hay 32 estudiantes cursando. Se visualiza, entonces, una gran mejoría en la matrícula efectiva.

"Si analizamos 1°, 2° y 3° año, el primer año es el grupo que siempre sufre mayores perdidas. Pero si hacemos un porcentaje general de deserción, contando los tres años de este ciclo, podemos decir que hemos tenido un 23% de abandono (en su mayoría por cuestiones laborales)".

Dietrich manifestó que la franja etaria de estudiantes del CEBAS 30 es sumamente variada, va desde 18 años hasta 78, aunque no existe límite de edad (que es la edad de la estudiante de mayor edad de 1° año).

Entre los casos que más le llamaron la atención en estos años, Marina Dietrich contó el de una alumna que tenía un enorme entusiasmo por estudiar y llegó al 3° año pero tuvo que dejar porque no había una guardería pública municipal que funcionara en su horario de clases y aceptara a su pequeña menor dos años.

“Es una gran falencia del sistema, ya que como ella son varias las mujeres que conocemos que han interrumpido sus estudios por estar a cargo de familiares”, explicó.

Y añadió: “También me llamaron la atención casos con serias dificultades cognitivas que hubieran necesitado el apoyo de la modalidad especial pero que el sistema educativo no permitía generarlo aún cuando la inclusión es un derecho”.

Por otro lado, Dietrich remarcó que es notable y llamativo como varias mujeres encontraron en el CEBAS 30 un puente para salir de situaciones de violencia de género, al poder problematizar su situación a partir de los aprendizajes y los vínculos forjados en la escuela.

“En relación a la situación puntual del CEBAS, buscamos un edificio donde poder funcionar con tres cursos muy completos, en la zona cercana al Hospital Penna, sin compartir con una escuela secundaria de menores de edad (ES14 con la que actualmente compartimos)”.

--¿Cuáles son los motivos que esgrimen los estudiantes a la hora de inscribirse? ¿Y que facilidades encuentran para poder terminarlos en esta etapa de su vida?

--Nuestros estudiantes manifiestan deseos de finalizar con una “cuenta pendiente”, tener mejores oportunidades de salida laboral, poder ayudar a sus hijos/as con sus tareas, ser un ejemplo de vida para sus familias y continuar estudios superiores. En el CEBAS el horario de turno tarde facilita la posibilidad a las mamás y papás de dejar a sus hijos/as en sus escuelas y luego asistir a cursar (igualmente poder salir en horario para ir a buscarlos). Los estudiantes del CEBAS 30 refieren sentirse motivados por formar parte de una gran familia.

La vigencia de la Escuela “Ezequiel Crisol”

La actividad académica en el Centro Educativo de Nivel Secundario de Jóvenes y Adultos (CENS N° 453 “Ezequiel Crisol”) se torna muy importante a través de los años.

Fe creado en 1991 por el histórico dirigente gremial con el objetivo de permitir la posibilidad de completar los estudios secundarios y su actual directora es Sandra Salzotti.

“Se trata de una oferta educativa que se adapta a las necesidades de los jóvenes y adultos de esta sociedad actual en constante cambio y evolución. Básicamente, está pensada para el alumno, que atravesó por recurrentes fracasos, con un sistema estricto de obligatoriedad que en su momento no pudo sostener en el tiempo por diversos motivos. Pero también, se acercan personas adultas con distintos propósitos, entre ellos la posibilidad de un trabajo en blanco o un ascenso postergado por no tener el título de secundaria, o por satisfacción personal, como es el caso de las mujeres”, explicó Sandra Salzotti, directora del establecimiento educativo desde hace 8 años.

Y añadió: “No creo que la educación de adultos sea un auge actual, si, que está más difundida su oferta. Hace diez años atrás decías: Estudio en un CENS, y todos preguntaban qué era. Los medios y las redes sociales contribuyeron a que esta propuesta sea ampliamente conocida, sobre todo en la franja etaria entre los 18 y 25 años, que quedaban fuera del sistema educativo, como también hubo una política educativa que contribuyó en gran parte  a que los CENS crecieran notablemente”.

Pese a ello, Salzotti manifestó que no hubo incremento de matrícula. Y explicó los motivos.

“La matrícula no se ha incrementado en los últimos años. Si bien las necesidades fueron cambiando, los requisitos de ingreso, es decir el régimen de correspondencia entre años  realizados y los que faltarían para cumplimentar el ciclo, cambió, y no favoreció el incremento de inscriptos, sobre todo en los primeros años”.

Asimismo, esgrimió que la franja etaria de los estudiantes fue mutando.

“En los ’90, teníamos entre 35 y 45 alumnos por curso y había poca deserción. La población era distinta, abarcaba gente de 30 hasta 70 años, no teníamos adolescentes, pero ahora la mayoría de los estudiantes son jóvenes. Los grupos de alumnos son muy heterogéneos, no podría especificar una franja etaria fija, ya que con los adolescentes conviven mujeres y hombres de 35 años para arriba”.

Salzotti esgrimió que desde hace dos años a esta parte se dieron situaciones que no se habían presentado antes, como casos de alumnos menores de 18 años, que por razones laborales o por deporte, los padres decidieron que dejaran el secundario y ahora consultan por esta oferta educativa para reanudar sus estudios.

“Por supuesto que estos casos requieren de una autorización de las autoridades de adultos y el trámite de ingreso se realiza por vía de excepción con requisitos que se deben cumplir”.

--¿Cuáles son los motivos que esgrimen los estudiantes a la hora de inscribirse? ¿Y que facilidades encuentran para poder terminarlos en esta etapa de su vida?

--El alumno ingresa por diversos motivos, laborales, familiares, personales y en el CENS encuentra un sistema que cumple con los mismos. Por ejemplo, la cursada es de tres veces semanales obligatorias y dos días con tutorías opcionales, que significa clases personalizadas de apoyo, situación que en secundaria no sucede. “Además, se contemplan casos especiales, con los cuales se trabaja de forma individualizada para que el alumno no pierda su continuidad pedagógica. Por otro lado, nosotros ofrecemos la modalidad a distancia, que es una opción para aquellos que no pueden asistir de forma presencial”. 
Salzotti admitió que existe la deserción, ya que se trata de personas que están acostumbradas a no poder tener una continuidad en sus estudios.

“Pero, en estos casos, se realiza un trabajo de equipo entre profesores-preceptor y equipo directivo para recuperar a los alumnos ofreciéndoles distintas opciones que permitan su permanencia, siendo el objetivo de la educación, apuntar, con todas las herramientas posibles, al ingreso, permanencia y egreso de los estudiantes”. 

“Hace dos décadas atrás estábamos seguros que el 90% de los ingresantes, egresaban. Pero, ahora, ese porcentaje disminuyó, la matrícula es fluctuante, aunque se debe reconocer que de los egresados un 60% continua sus estudios a nivel superior, esto se debe a que la población escolar, actual,  tiene otras expectativas que demanda nuestra sociedad en constante progreso y cada vez con mayores requerimientos para satisfacer, ya sea necesidades básicas o de mayor nivel”.

Los que aún no culminaron

El informe del Observatorio de Argentinos por la Educación señala que aún hay una elevada proporción de la población destinataria de esta modalidad que sigue fuera de la escuela: solo en el rango etario de 18 a 29 años, hay 1.094.065 personas con secundaria incompleta.

En nuestra ciudad, según datos de Infodash (un medio digital no partidario y sin fines de lucro que busca facilitar el acceso a la información mediante el procesamiento de datos y el desarrollo de tableros interactivos), existe un 23% de la población bahiense, indiferentemente de su edad, que aún no culminó sus estudios secundarios.

De ellos, el 10,9% son mujeres y el 12,2% son hombres.