Bahía Blanca | Jueves, 25 de abril

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"¿Qué piensa sobre los hippies?": el video que muestra cómo opinaban los bahienses en 1971

Un archivo del Museo del Cine permite reconstruir parte del programa "¿Qué piensan los argentinos?", que viajó a la ciudad para escuchar a los vecinos acerca del movimiento contracultural que había llegado al país.

Apenas habían pasado unos pocos meses desde la publicación del polémico artículo de la revista "Siete Días" que, en mayo de 1971, había acuñado el término "Chacra asfaltada" para describir a Bahía Blanca, cuando la prensa de Buenos Aires volvió a centrar su interés en los vecinos de la ciudad.

"Qué piensan los argentinos" era el nombre de uno de los ciclos más vistos en las noches de sábado por Canal 7. El programa, conducido por los periodistas Andrés Oppenheimer, Ezequiel Parisier y Simón Stolar, tenía como propósito recorrer cada semana diferentes localidades y pueblos del país para conocer la opinión de sus habitantes acerca de tópicos tan diversos como la cultura rock, la reforma educativa, los reclamos por Malvinas, el comunismo o la división entre los porteños y el interior.

Como sucede con buena parte de los registros fílmicos de los primeros 30 años de la televisión nacional, casi no quedan imágenes de aquel programa que intentaba -con una buena combinación de curiosidad, humor y controversia- perseguir los rastros del inconsciente colectivo en medio de una época en la que la sociedad se asomaba peligrosamente al abismo.

Sin embargo, el Archivo Prisma de la Televisión Pública dio a conocer hace un tiempo en sus redes el material sin editar de las entrevistas realizadas para uno de los programas emitidos a fines de 1971.

Bajo la pregunta "¿Qué piensan los argentinos sobre los hippies?", la cinta preservada por el Museo del Cine muestra al equipo periodístico indagando las respuestas, en esa ocasión entre los vecinos de Buenos Aires, Avellaneda, La Plata, Bahía Blanca, Chapalcó y Médanos.

 

En las imágenes, que suman poco más de 36 minutos, puede verse cómo Oppenheimer aborda intrépidamente a transeúntes de la calle Florida, obreros de la zona portuaria, empleados municipales en plena tarea de mantenimiento, jubilados sentados en una plaza, peatones del centro platense y hasta a un grupo de pasajeros en la estación de trenes de City Bell.

Las opiniones -en su mayoría divergentes, algunas desopilantes- analizan cuestiones como la utilización del pelo largo, la ropa estampada, la venta de artesanías, el nomadismo y hasta la actitud filosófica de quienes habían adoptado, a nivel vernáculo, ese estilo de vida contracultural surgido en la costa oeste de los Estados Unidos como forma de protesta ante las estructuras dominantes.

Para ese momento, es bueno recordarlo, el hippismo argentino intentaba hacer pie en un contexto mayormente represivo. Músicos, artesanos, poetas, intelectuales y artistas plásticos solían reunirse en plazas, casonas comunitarias o en localidades como Villa Gesell o El Bolsón, con el objetivo de establecer refugios al margen de la sociedad, pero no en su contra.

De regreso al video, y mientras Oppenheimer -que actualmente trabaja en la cadena CNN- sigue con su cuestionario por calles porteñas y platenses, su colega Simón Stolar llega con las mismas preguntas al sudoeste bonaerense.

La primera escala de su travesía, al menos en la filmación, es la Usina General San Martín.

 

“Puerto White, a 11 kilómetros de Bahía Blanca. Vamos en busca de más información para saber qué piensan los argentinos”, anuncia el periodista.

El entrevistado es el encargado de custodiar el acceso principal a la central eléctrica, quien luego de explicarle amablemente acerca del edificio, sus características arquitectónicas y principales funciones, responde a la consulta sobre los hippies, a quienes define como “gente que no le gusta el trabajo” a la vez que resalta que su hijo “tuvo el pelo largo” pero que se lo hizo cortar.

La siguiente nota se desarrolla en el interior de la Galería Plaza, delante de una librería que ya no existe.

Una joven -a la que el cronista define como "bonitísima"- sostiene que "los hippies son un fruto del súper desarrollo técnico, de las infraestructuras económicas", que en la Argentina "todavía falta mucho como para que haya hippies" y que "evidentemente es una forma de protesta", antes de concluir que "son vagos" y "nada más que eso".

"Alto de Palihue. Un lugar paradisíaco aquí, en Bahía Blanca. Y seguimos averiguando qué piensan los argentinos, más precisamente sobre el tema de esta semana: qué piensan los argentinos sobre el hippie", dice el enviado, segundos antes de iniciar la siguiente entrevista.

 

Se trata de una pareja sentada en un sillón columpio, dentro de un cuidado jardín al que Stolar califica como "maravilloso, bien ubicado y con tantas comodidades".

La mujer afirma que no conoce en persona a ningún hippie, pero aclara que leyó “muchas notas interesantes” sobre el tema, que se trata de “una época de cambio”, que es una forma de protesta que “no” considera válida, pero que hay que reaccionar “bien” ante su presencia y “dejarlos tranquilos”.

El hombre, en tanto, asegura que sí los ha visto, “que tienen cabello largo y una medallita” y que “todos los hippies tienen una convicción profunda de lo que están haciendo y por eso lo hacen”, aunque destaca que “tienen que acordarse que están viviendo en este mundo”.

Luego de un paneo lejano del centro de la ciudad -en el cual se observa un skyline de edificios bastante diferente al actual- el cuarto reportaje se desarrolla a pocos metros del anterior. Quien responde es el periodista Osvaldo José Ochoa, especializado en automovilismo deportivo y creador del recordado “Ojo en la ruta”.

Sus respuestas son más abarcativas, acaso por su experiencia profesional: asegura que "hay poquitos" hippies en Bahía, al punto que "últimamente" casi no ha visto, y señala con cierto orgullo que la ciudad “aún mantiene costumbres regionales o provincianas”.

 

"Aquí la gente no respondemos no a nuestro libre albedrío sino que, en general, respondemos a familias. No de muy nobles o ilustres apellidos llenos de blasones, sino de nobles conductas de muchos años. Quiere decir que si a mí, por ejemplo, se me ocurriese hacerme el hippie, me encontraría con todos los parientes, amigos, gente que para mí significa y me dirían: 'Che, dejate de embromar haciendo tal cosa'. Entonces no es fácil que procreen, sin una crítica más o menos cercana, costumbres exóticas", remarca.

Ante las consultas del corresponsal porteño, Ochoa sostiene que “de cuando en cuando aparecen en la sociedad así, gustos de manifestarse de alguna manera la muchachada, la gente joven”, pero que es importante encontrar puntos de encuentro.

“Tenemos que comprendernos, tolerarnos y encontrar que un señor que tenga una expresión hippie no es nada más que un señor igual que uno que está en otra vereda”, concluye.

La última nota también se realiza en la Galería Plaza, dentro del comercio de ropa deportiva del basquebolista Alberto Cabrera.

"Estar en Bahía Blanca y no averiguar qué piensa Beto Cabrera, el crédito local, bueno, sería evidentemente un sacrilegio y no lo quiero cometer", bromea Stolar.

 

El dueño del local no se encuentra en ese momento, según confirma la vendedora, pero quien está detrás del mostrador es Bill Américo Brusa, el técnico de la selección de básquet local que, pocos meses antes, había logrado la hazaña de derrotar 78-75 a la Yugoslavia campeona del mundo.

Sin desanimarse por la ausencia de Cabrera, el cronista decide entrevistarlos.

La joven responde que el hippismo es un rasgo de la época, y que si bien no conoce a ninguno, cree que lo suyo "no es protesta", sino que "se sienten felices" y asegura que el fenómeno "ya va a pasar".

Brusa, por su parte, sorprende al sostener que se "trata de un mal necesario", aunque también les resta importancia al indicar que "no molestan" y que "la historia recién los va a juzgar recién dentro de 20 o 30 años".

Consultado acerca de si tendría un hippie en su seleccionado, el entrenador niega la posibilidad. "Tendría que adaptarse al sistema que tenemos, a la disciplina que tenemos. Nosotros hemos tenido problemas no de hippies, sino de chicos de pelo largo y en fin... muy modernos, un poco pasado de modernos, y sin embargo los hemos adaptado a nuestro sistema y a lo que nosotros creemos que debe ser la imagen del básquetbol de Bahía", resalta.

El enviado de "Qué piensan los argentinos" se despide con un mensaje a Cabrera: "¿Le dice simplemente que estuvo Stolar, que le manda muchos saludos y veremos otra vez qué piensa él sobre los hippies?".