Los jóvenes italianos que brindan ayuda social en Bahía
Pertenecen a un programa que desarrolla el Movimiento de Voluntariado Italiano en distintas partes del mundo.
Por Pablo Andrés Alvarez / [email protected]
Petra, Martina, Sebastiano, Tommaso, Riccardo y Roberto están en Bahía desde enero pasado, cuando llegaron de su Italia natal para desarrollar trabajos sociales y comunitarios con niños en sectores carenciados.
Tienen entre 18 y 27 años y planean quedarse en nuestra ciudad hasta el próximo 10 de agosto, cuando finalicen la misión del Movimiento de Voluntariado Italiano (MO.DAVI) en el "Centro Comunitario Campana De Palo" de Villa Bordeu y el Centro Comunitario Natan III de Villa Caracol.
Desde el 2009, jóvenes italianos colaboran con la asistencia y contención de una franja de mayores necesidades de nuestra ciudad, haciendo especial protagonismo en la niñez, ya que el Estado italiano propicia, con este programa del MO.DAVI, para que puedan colaborar en espacios carenciados de todo el mundo.
“Llegan a Bahía en el marco de un proyecto del Servicio Civil Italiano. Cuando Italia decide levantar el servicio militar, nace esta opción, que le da la posibilidad a jóvenes de entre 18 y 27 años a realizar trabajos sociales, con fines solidarios y pacíficos, a nivel nacional o internacional”, contó la bahiense Andrea Soresi, psicóloga, vicepresidenta del Com.It.Es. Bahía Blanca y representante del Movimiento de Voluntariado Italiano.
Precisamente, a nuestra ciudad comenzaron a llegar luego de una iniciativa de la propia Andrea, quien vivió en Italia por tres años.
“Volví en 2002 y desde ese momento me propuse este objetivo. Demoré 7 años, pero lo conseguí. Y desde ese momento, excepto por los años de pandemia, se realizó en forma ininterrumpida”, contó.
El primer grupo de voluntarios trabajó en Villa Bordeu.
“En aquel momento la ayuda era estructural a una entidad que lo necesitara y se escogió al Comedor Campana de Palo, que tenía un lugar muy precario y brindaba la merienda a un grupo muy grande de niños”.
Así, lograron construir un salón con dos baños y cocina.
“Luego de unos años se edificó una biblioteca también”, agregó Soresi.
Al levantarse las restricciones de ingreso al país por la pandemia, este año Andrea planteó la posibilidad de ampliar la ayuda a otro sector de la ciudad y de ese modo surgió cooperar también con el Centro Natán III, que dirige Dora Sensini.
“Estos chicos, puntualmente, van tres días a la semana a Natán y dos a Campana de Palo”.
La cantidad de voluntarios fluctúa entre 3 y 8 jóvenes, que pasan 10 meses en nuestra ciudad realizando este tipo de trabajos sociales.
“Los 6 que vinieron este año, por excepción, estarán 7 meses, y se volverán a Italia el 10 de agosto. Y el siguiente grupo estará llegando antes de fin de año”.
Las designaciones las realiza el Movimiento de Voluntariado Italiano (Modavi), luego de una exhaustiva selección.
“Los requisitos básicos son dos: la edad y tener algún estudio o experiencia en labores con niños. Los gastos los afronta el gobierno italiano. Ellos vienen con el hospedaje y la alimentación paga y simultáneamente reciben un pequeño honorario mensual, que es más bien simbólico”, contó.
Precisamente, Soresi se ocupa de la coordinación general, para que los jóvenes puedan desarrollar sus labores sin ningún tipo de impedimento y se puedan concentrar únicamente en ello.
“Los recursos humanos que llegan son excelentes. Son jóvenes, que ya tienen inclinación a ayuda social. La experiencia que recogen aquí es muy importante para sus respectivas carreras. Aquí palpan una realidad que en Europa no se ve. Allá existe la pobreza, y de hecho el Modavi realiza acciones dentro de Italia, pero no se llega a un nivel como pueden observar en otras partes del mundo”.
En líneas generales trabajan bajo tres ejes: formación, contención y recreación.
“Se le presta mucha atención a temas puntuales, como pueden ser los valores, el respeto, la convivencia, la higiene, la violencia familiar o los abusos intrafamiliares. Cuando se van, la despedida es muy triste, porque realmente consiguen generar un vínculo estrecho con las familias que ayudan”.
¿Qué es el MO.DAVI?
En 1996, del compromiso de algunos visionarios, nació en Roma el Movimiento de Asociación Voluntariado Italiano (MO.DAVI).
No una simple asociación, sino una herramienta excepcional a través de la cual la generación de los que, durante unos veinte años, habían vivido el final de la llamada Primera República, la convulsión epocal de la caída del Muro de Berlín y las grandes masacres de la mafia, quería construir una sociedad más justa, inclusiva y solidaria.
Hoy, MO.DAVI es una asociación de promoción social, una red del Tercer Sector y una entidad sin ánimo de lucro de utilidad social.
Presente en todo el territorio italiano, está inscrita en el Registro Único Nacional del Tercer Sector. Además, MODAVI cuenta con varias oficinas operativas en el exterior: en Argentina, Armenia, Egipto, Francia, Irak, Líbano, Portugal, Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte, a través de las cuales desarrolla proyectos de cooperación internacional y voluntariado.
La asociación trabaja en el campo de la lucha contra el consumo de drogas y el abuso del alcohol; en la promoción de estilos de vida saludables y sostenibles; en formas contrastantes de violencia, especialmente contra las mujeres y los niños, el acoso y el ciberacoso.
“El objetivo es contribuir a mejorar las condiciones de vida de los menores en el período comprendido entre la infancia y la adolescencia, mediante la realización de actividades educativas, lúdicas y de apoyo escolar”, cerró Soresi.