Bahía Blanca | Lunes, 06 de mayo

Bahía Blanca | Lunes, 06 de mayo

Bahía Blanca | Lunes, 06 de mayo

El ingenio de la metrópoli bahiense

Dicen que los datos matan al relato, aunque a veces los datos puedan o no estar relacionados, pero lo concreto es que el mundo sabe ubicar a Bahía Blanca en el mapamundi.

"Con aeropuerto, estación ferroviaria y una veintena de empresas de bues de larga distancia, Bahía Blanca tiene todas las aptitudes para el turismo receptivo, pero solo funcionará trabajando conjuntamente con las cámaras, lo municipios, la empresas de 150 Km a la redonda".

Por Jorge de Mendonça / PG en Política y Planificación del Transporte

   La condena al éxito, el estar ubicados en el mejor sitio y hasta tener espacio de sobra pueden ser peores castigos que el hecho traumático de haber sido llamada chacra asfaltada por un urbanísimo medio “de la capital”.

   Enclave turístico, global, metropolitano, logístico, económico, universitario, científico, intelectual, político es lo que es el Área Metropolitana de la Bahía, solo que se niega a reconocerse metropolitana (pues la mesa necesita varias sillas), no se esfuerza en vestirse adecuadamente porque no percibe sus atractivos turísticos, y pocos son los que comprenden la globalidad de la metrópoli del Estuario.

   Si tal como Majestad regional no se comprenden los primeros tres atributos, todas las otras virtudes son menos perceptibles y mucho menos explotables.

   La pulsión a comandar no resulta majestuosa al creer que no se puede, que no se tienen esas primeras e importantes ventajas.

   Justito antes de la traumática nota porteña de los ‘70, con 191.000 habitantes, el aeropuerto de Bahía Blanca tenía 17 operaciones diarias, algo más de media docena de trenes de larga distancia (más muchos regionales y locales), más varias frecuencias de empresas de ómnibus que llegaban, partían o transitaban.

   Resulta interesante recordar que con más de 70% de ocupación, en 2018 alcanzaron a realizarse 18 operaciones diarias en ese mismo aeropuerto, pero no hubo quien golpeé con fuerte puño al escritorio ministerial que se negó a habilitar la SUBE para el colectivo urbano con nuevo ramal a ese mismo aeropuerto. Bahía decidió una concesión, pero la metrópoli se silenció ante el burócrata nacional.

   Dicen que los datos matan al relato, aunque a veces los datos puedan o no estar relacionados, pero lo concreto es que el mundo comercial del Mundo sabe ubicar a Bahía Blanca en el mapamundi.

   Es más, desafío a que el lector agarre un viejo planisferio de papel o hasta uno de “la internet”, que va a encontrar a Bahía Blanca marcada en Argentina hasta en el mapamundi que menos información toponímica ofrezca.

   ¿Cómo es que un periodista especializado en minería y ferrocarriles que se movía por el Hemisferio Norte, pudo escribir “La magia de Bahía Blanca” en 2008, mientras que por aquí solo esperamos que baje el agua del Paraná?

   Quizá ese creer que nada podemos hacer desde por aquí, lleva a que casi nadie sepa que la productividad logística del camión en el transporte de cargas de Argentina (sí, bajar la huella de carbono, bajar el costo logístico, romper menos las rutas), salió por la propuesta técnica y la adecuada gestión político empresarial desde Bahía Blanca.

   Hasta 2017, era casi imposible ver pasar por las rutas argentinas a tractocamiones de doble eje trasero, pero si hoy miran en la ruta, va a ser más difícil no ver unos cuantos por cada docena que pasa. Los empresarios del transporte automotor de cargas, desde independientes hasta muy grandes, pasando por pymes, invirtieron desde 2018 en un aumento de productividad en hasta un 20%.

   El cambio comienza a emparejarnos con el automotor de Brasil y empuja a los demás países vecinos.

   Lo que la Cámara de Empresarios del Transporte Automotor de Cargas Regional Sureña (CETAC RS) logró a través de sus directivos Pablo Echevarne y Cristian Sanz en la Federación FADEEAC y ante las autoridades del Estado, quizá sea el principal respaldo al nuevo paso que, también, surge desde Bahía Blanca, que es que se habilite continentalmente el uso de un contenedor de 53 pies (16,15 m), de propiedad mayoritaria de empresas terrestres en lugar de solo marítimas.

   La propuesta de integración intermodal de la logística (Camión-tren-barco- avión), inició en 2017 al pie del Castillo del Museo Taller Ferrowhite cuando se conformó la Asociación Intermodal de América del Sur, AIMAS con la presencia de empresarios, académicos y funcionarios de tres provincias con la clara conciencia de que se proponía algo que solo funcionaría al lograr el contagio bastante más allá de las fronteras de la circunvalación.

   La misma Corporación del Comercio, la Industria y los Servicios de Bahía Blanca también estuvo ese día de 2017 y hoy lo sigue estando, y asegura que las asociaciones de rango regional, provincial y nacional también acompañen junto a CETAC RS (que es la que impulsa en FADEEAC) a seguir ese mismo camino.

   Quizá ya no sean tantos los que recuerden que esa misma Corporación construyó colectivamente uno de los edificios emblemáticos de la movida empresarial local, y hasta concretó buena parte de la red telefónica cuando la empresa nacional ENTel no hacía mucho por ello.

   Alguna vez, allá por 2013, un pequeño grupo de técnicos de Punta Alta e Ingeniero White, propusieron una serie de objetivos de desarrollo tecnológico para la logística ante una convocatoria del Ministerio de Ciencia y Tecnología de Nación. El 80% de las líneas aprobadas en 2014, fueron las propuestas desde la metrópoli bahiense, solo que ni uno solo de los organismos públicos locales movió un lápiz para recibir los fondos y generar esas tecnologías desde aquí.

   Acompañando el último parágrafo, para el lado positivo con resultado nulo, vale la pena citar aquella propuesta de 2011 de una pequeñísima agrupación política (La Cigarra) de una serie de líneas circulares de colectivos urbanos, donde la fundamentalmente necesaria se sugería que la gestión pública se adelantase para condicionar a las futuras empresas de energía eólica a que garantizaran la potencia de un molino para abastecer a todo el trolebús circunvalar “universitario”. La administración estaba más preocupada en lograr una superautopista, que en garantizar transporte limpio con molinos “que nunca iban a venir”.

   Todas esas citas, apenas unas muy pocas de las tantas surgidas y/o logradas desde las urbanidades del Estuario, evidencian que hay suficientes fortalezas culturales desde la que surgen propuestas y soluciones de alto impacto que, manejadas sin recelo ni egoísmo, llevan la presencia de la metrópoli hasta muy lejos.

   Tenemos un Castillo Frente al Mar y una histórica fortaleza artillada, más 120 Km de vías en buen estado, pero abandonadas, que podrían tornarse en atractivo cultural y turístico internacional de muy alto vuelo. Tenemos ciencia y academia suficiente para abastecer a lo local y a lo regional, pero si la cultura por fin comprendiera el lugar del Estuario en el Mundo, esa ciencia y esa academia también podrán servir para muchísimo más. 

   Las Vegas se inventó de la nada. Marsella debió mudar su puerto tras el clásico ahogo de la urbanidad sobre la industria y los muelles. Nos sobra frente marítimo desde Baterías hasta Cuatreros (O lo que tras la tormenta haya quedado de él).

   Nos sobra espacio para la autopista de la Ruta 3 junto a las vías que están quedando invadidas (Como también se están invadiendo desde el Parque hacia Thompson). Nos sobra tanto espacio, que no comprendemos que la vieja Ruta 3 debería ser principal y que esa es la que sacará tráfico de la Ruta 3 de la zona portuaria (como lo planificaron hace más de medio siglo). 

   Lo pequeño del centro comercial de Bahía Blanca frente al de Tandil, no es diferente a la desazón de la progresiva desaparición del gran espacio para la Ruta 3 y del ferrocarril entre El Guanaco y Loma Paraguaya. 

"Bahía Blanca es el único punto del País que tiene infraestructura terrestre que va a los cuatro vientos, y además tiene al mar. Solo tiene que dejar de esperar, y pasar a actuar abrazándose con todos sus vecinos"

   Recuerdo un café en La Sibelles en 1994, en el que un personaje escuchaba las soluciones y argüía grandes capacidades para lograr todo en los próximos meses.

   Quizá en aquellos minutos de café estaba la síntesis que se repetiría (no muy distinta al resto del País, claro), en que con pequeñas cosas concretas, se mueven montañas y que cuanto más grande es una cosa física a realizar, tanto más despacio hay que ir y de a pequeños e intensos paso, pues estamos muy apurados.

   La metrópoli del Estuario de la Bahía Blanca, desde Cerri a Punta Alta y desde White a Cabildo, tiene que ser capaz de disponer una majestuosidad para con sus compañeros territoriales y para consigo misma.

   Tiene que por fin creer en sí misma y no en lo que cree que tiene derecho a ser. La región, quizá desde Tucumán a Bariloche y desde Monte Hermoso a Talcahuano, necesita que se reconozca desde todo lo que ha sido capaz desde su gente, desde sus organizaciones y, especialmente, desde lo que tiene hoy y ahora.

   Vaca Muerta es apenas la respiración de un dinosaurio que late desde muy muy lejos, y solo cuando le viene en gana, pero el trigo, las manzanas, la tecnología, los talleres, la petroquímica, el comercio, el turismo, la ciencia, la academia, la cultura latieron siempre y podrán latir mucho más en tanto sepamos trabajar en ese concierto frente al atril compartido que corresponda. 

   Solo hay que deshacerse del Pago Chico, disfrutar de la Chacra Asfaltada y saber que en el apoyo a los que se atreven a crear, es donde estará el mayor de los éxitos, que es la generación permanente de nuevos empleos a partir de la segura inversión del capital privado, especialmente nacional y pyme.