Bahía Blanca | Viernes, 19 de abril

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“Fue una desgracia con suerte, todo el año voy a soñar con esa bengala”

Marcos D´Agostino, el árbitro de ABA que hace una semana sufrió lesiones y quemaduras antes del inicio de un partido de fútbol femenino entre Tiro y Libertad, le manifestó a este medio: “por suerte hoy estamos hablando de un accidente y no de una fatalidad”. Por el hecho, por ser el autor de lanzar el artefacto que impactó en la humanidad del juez asistente, quedó imputado el coordinador del club auriovioleta.

Fotos: Pablo Presti-La Nueva. e Instagram @circulocentralbb.

Por Sergio Daniel Peyssé / peche1503@hotmail.com

Instagram: @sergiopeysse

Twitter: @elpeche1973

(Nota publicada en la edición impresa)

   “Valoro mucho el hecho de poder estar acá, sentado en la cocina de mi departamento, contándote lo que pasó. La saqué barata, si me pegaba en otro lado, en la cara por ejemplo, las consecuencias iban a ser más graves”.

   El hecho no deja ni dejará de ser gravísimo, aunque Marcos Ezequiel D´Agustino, el árbitro que el sábado pasado sufrió heridas y quemaduras por el impacto de una bengala antes del arranque de un partido correspondiente a la primera fecha del torneo femenino de la Liga del Sur, sigue insistiendo en que “fue un accidente”, y que es “una locura pensar que fue adrede o un atentando como escuché por ahí”.

   Y agregó: “no hubo ninguna intención de tirarnos a matar con una bengala, eso lo tengo más que claro”.

   Como fue de público conocimiento, el colegiado de la ABA (Asociación Bahiense de Arbitros), de 21 años, recibió el golpe de una bengala (de barco, según aseguraron testigos y conocedores) de luz, que primero pegó en su brazo derecho y después en la zona intercostal del mismo lado, provocándole un corte sangrante y el desprendimiento de la piel por “quemaduras superficiales”, según aclararon los profesionales que lo atendieron en primera instancia, antes de ser traslado al Hospital Penna, donde quedó internado durante cuatro horas en observación.

   El incidente tuvo lugar en el estadio Onofre Pirrone, el escenario oficial de Tiro Federal, instantes antes de que se ponga en marcha el encuentro que el aurivioleta iba a sostener con Libertad.

   Antes del sorteo entre capitanas, D´Agostino se encontraba en la mitad de la cancha junto al juez principal, Joaquín Serra, y al asistente Nº 1, Diego Abraham, cuando sucedió lo que, para los que de alguna manera y hace décadas siguen y permanecen cerca de las distintas divisionales del fútbol local, “es un caso sin precedentes”.

   El cotejo fue suspendido automáticamente y ABA formuló la denuncia policial siempre requerida por los seguros (el que cubre a la institución de los “pitos” y el de la Liga del Sur) para que a su asociado (el árbitro agredido) no le falte nada en cuanto a curaciones y asesoramiento.

   “¿Cómo fue? Cuando salimos por el túnel vimos que en la tribuna local prendían bombas de humo y lanzaban algunos fuegos artificiales al aire, pero nada fuera de lo común. Cuando llegamos al círculo central, me di vuelta y la bengala me sorprendió. Por lo que nos dijeron, el artefacto iba a hacia arriba, pero al pegar en uno de los hilos de alambre de púa, se desvió hacia donde estábamos nosotros”, declaró el referí bahiense, Promoción 2021, quien recibió 9 puntos de sutura en el antebrazo derecho.

   “Por suerte estamos hablando de un accidente y no de una fatalidad”, volvió a aclarar Marcos, quien trató de calcular, a ojo y sacando números en el aire, la velocidad que alcanzó la bengala en el momento que chocó contra su cuerpo.

   “El ruido no me lo olvido más, fue como cuando cortás una madera, como un taladro sobre un hueso. Se cortó el aire en milésimas de segundos, venía con mucha potencia; te juro que se me erizó la piel”, contó quien ya está dirigiendo en categoría Juveniles (lo que era Menores en la LDS).

   “Imagínate que una bengala de esas alcanza los 200 metros de altura, así que no sé, capaz que venía a unos 90 kilómetros por hora...”, describió.

   —Sí, venía rápido, no la pudiste esquivar...

   —Es que me sorprendió, cuando la vi la tenía encima. Lo primero que atiné a hacer fue tirarme al piso, por eso me dio en el brazo y en las costillas. Me pegó y quedó ahí, prendida en el piso. Me levanté y salí corriendo pensando en que iba a explotar (era una bengala de luz, no de detonación), me dirigí hacia el sector oficial, pero te digo la verdad: no sabía ni donde estaba parado.

   “Cuando comprobé que estaba fuera de peligro, me miré el brazo y vi que tenía la piel desprendida, un tajo a carne viva y que estaba empezando a perder mucha sangre”.

   —¿No sentías dolor?

   —El ardor comenzó a ser insoportable; sentía lo más parecido a un pinchazo, como me habían abollado la piel de una trompada.

   —¿Perdiste el conocimiento?

   —Mientras estuve dentro del campo de juego no, pero cuando me sentaron en uno de los bancos de suplentes me empecé a sentir mareado, flotando en el aire. Veía todo negro, sombras que iban de un lado a otro, me daba vuelta el mundo... En un momento me empecé a agitar, pero la enfermera (Eva Pedraza, contratada por el club local) que me estaba atendiendo me hizo hacer algunos ejercicios de respiración y eso me permitió reponerme casi de manera inmediata. No llegué a desvanecerme, pero estuve a punto.

   “Después de ahí me trasladaron en ambulancia al hospital Penna, donde me proporcionaron suero, morfina (para calmar el dolor) y anestesia local antes de coserme. Me desinfectaron la zona, cortaron la piel chamuscada y me pusieron un vendaje con algunas cremas antibióticas”.

 

El autor ya está identificado

   Por dos videos que arribaron a la causa judicial por una vía ajena a la policial y un allanamiento a su domicilio particular, por el hecho se imputó a José Francisco Santos (35 años) como el autor del disparo de la bengala que hirió a D´Agostino.

   En ambas grabaciones, del momento que salen los equipos de Tiro Federal y Libertad a la cancha, se observa como un hombre ejecuta el material pirotécnico mientras lo sostenía un chico que se advierte como menor de edad.

   Por la fisonomía, la vestimenta secuestrada en su casa y algunos testimonios, se confirmó que Santos (vinculado a la entidad del Polígono como coordinador del fútbol femenino) fue el ejecutor.

   En el caso está actuando el fiscal Marcelo Romero Jardín, de la UFIJ N° 7, quien imputaría al acusado del delito de lesiones agravadas por la ley 24.192, Régimen Penal y Contravencional para la Prevención y Represión de la Violencia en Espectáculos Deportivos.

  —Marcos, ya se sabe quien fue, pero vos, en el momento que sucedió todo, ¿observaste a alguien prendiendo o manipulando una bengala?

   —No, al menos como árbitro no le doy bola a la gente que está en la tribuna o detrás del alambrado. Del lado de Tiro había unas 60 personas, eso sí, pero no pude observar al o a los que estaban con las bengalas.

   —Tengo entendido que Santos se comunicó con vos para pedirte disculpas.

   —En la semana me escribió por WhatsApp un tal José, dijo ser el coordinador del fútbol femenino de Tiro pero nunca me dio a entender que él había arrojado la bengala. Me pidió perdón y me aclaró que le estaban labrando un acta en su contra por lo que había sucedido. Solo me aseguró que no había sido adrede y que se encontraba muy angustiado porque dentro de la cancha estaban su señora y su hija; que tranquilamente les podría haber tocado a ellas.

   —La ABA formuló la denuncia, ¿y vos?

   —Hice un descargo en la Comisaría Cuarta, me tomaron declaración sobre los hechos. Las autoridades policiales me aclararon que se iba a abrir una investigación para saber hacia donde apuntaban, si era a una persona, a un grupo o al club (NdR: Tiro como institución no recibió ningún cargo en su contra, aunque desde la justicia le solicitaron a la dirigencia que colabore con testimonios y presentación de evidencias para avanzar con la investigación).

   —¿Te llamaron dirigentes de Tiro?

   —Todos los días se comunica el presidente (Sergio Botta), quien me pregunta cómo estoy y si necesito algo. Siempre me dice que van a seguir apoyando la causa hasta que pague quien tenga que pagar por lo que hizo.

   “Muchas veces se habla de violencia, que los árbitros son focos constantes de agresiones, pero hablando con Gustavo (Altuna, presidente de la ABA) coincidimos en que este fue un hecho aislado, infrecuente, que más allá de su gravedad no hubo intenciones de lastimar a nadie, ni a mi ni a nadie de los que ese día estaban dentro del campo de juego”.

   —Si, en eso tenés razón.

   —Una persona coherente no le puede tirar a alguien con una bengala sabiendo que lo puede matar. Incluso, en la cancha había dos equipos y algunos menores de edad que --como mascotas-- habían entrado con las jugadoras, por eso no me quiero imaginar si el afectado era otro, porque una bengala sin control puede hacer estragos si te agarra de imprevisto.

   —Dentro de una sociedad cada vez más violenta, el hecho, ¿te llevó a pensar en dejar el arbitraje?

   —Cuando decidís ser árbitro sabés a que te exponés, aceptando las condiciones dentro de una sociedad cada vez más insensata. Más allá de este hecho, impensado y sin precedentes, son gajes del oficio, aunque en ningún momento se me ocurrió dejar el arbitraje. Te digo más: estoy más motivado que antes.

   “Mi idea es proyectarme, escalar, llegar lo más lejos que pueda en esta profesión que me encanta. El primer desafió es dirigir en Primera de la Liga del Sur; veremos si me da...”

   Al tener su brazo inmovilizado, Marcos no puede cumplir con su trabajo diario de cadetería.

   “Hasta que no se cierre la herida y me saquen los puntos, no puedo hacer movimientos bruscos, y menos que menos manejar la moto. Tampoco puedo entrenar, así que tengo para dos semanas más acá dentro de mi casa, tranquilo y sin hacerme la cabeza”.