Bahía Blanca | Martes, 01 de julio

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Vuelve la alegría de las comparsas a la ciudad

Las agrupaciones carnavalescas darán nueva vida a los tradicionales corsos puntaltenses, tras las restricciones por la emergencia sanitaria.

Por Gustavo Pereyra

 

   El predio de la ex Estación Solier de Punta Alta será el escenario de un festival de ritmo, colores, plumas y batucada desde el próximo viernes 25 hasta el lunes 28 de febrero, para demostrar que la pandemia no se llevó la alegría de los rosaleños.

   Es que durante estas cuatro jornadas se llevarán a cabo los tradicionales corsos de Carnaval, un festejo que en la ciudad se desarrolla casi ininterrumpidamente desde hace un siglo y que la llevó a ser conocida como la capital carnavalesca del sur argentino.

   Esta vez será en el corsódromo del pasaje Hugo Giorno, entre las calles Rosales y Alem. El ingreso al predio será desde las 20 y la entrada costará 200 pesos, además de que está vigente un pase familiar de cuatro entradas a $ 700.

   “Los corsos son una oportunidad para vincularnos con la cultural local, sin distinción de edades y es una buena experiencia para disfrutar con toda la familia”, expresaron desde la organización del encuentro, a cargo de las concesionarias del predio, donde habrá oferta gastronómica y venta de espuma.

   Durante las cuatro noches del Carnaval de Punta Alta, se presentarán las ya emblemáticas Acuarela, Daimará, Kadiz y La Murga de la Abuela y los debutantes de Ritmo Imponente.

   “Se armó algo muy familiar, hay muchos que volvieron después de años sin tocar y gente de otras agrupaciones que nos da una mano. Acá, no hay rivalidades, tiramos todos para el mismo lado”, cuenta Nicolás Herrera, uno de los fundadores de Ritmo Imponente, con trayectoria en las comparsas de Gualeguaychú.

   Elías Silva, al frente de una de las comparsas más grandes de la ciudad, le contó a La Nueva que Daimará presentará un vestuario renovado, en el retorno a los corsos después de la cuarentena dura por el coronavirus, con la temática “la vida es un carnaval”.

   “Vamos a salir con el vestido más caro de la historia del carnaval puntaltense, se llama ‘El sueño de Madame Soleil’ y lo llevará la reina, Griselda Segovia”, señaló.

   Además de las agrupaciones carnavalescas, la organización prometió un gran despliegue de luces y sonido en el escenario donde cada noche tocarán las bandas Fisura Nativa, La Chancha, Grupo Pasión y Wopa Cumbia. Y el cierre de cada noche será con la presentación de la Fiesta del Carnaval, a cargo del DJ Juampi Forte.

El corso en la sangre

   El carnaval está en el ADN puntaltense y es la fiesta más popular y con más continuidad en la ciudad. Según un informe del Archivo Histórico Municipal de Punta Alta, los corsos puntaltenses son anteriores a 1916, llevan la influencia de los inmigrantes europeos y de la gente que vino de las provincias y son un reflejo de la idiosincrasia local.

   Antes eran casi como ahora: familias e instituciones levantaban palcos, pasaban sulkys convertidos en carrozas y otros se disfrazaban. Las carrozas se agrandaron en los 50 y 60, y en los 70 el carnaval aguantó en las sociedades de fomento y clubes de barrio. Los años 80 fue el auge de las caretas de dibujos animados y personajes de terror, y en décadas siguientes se incorporaron escuadras de baile y percusión con el modelo carioca y rioplatense.

   Otros datos de la historia del carnestolenda puntaltense: el primer baile de carnaval se hizo en 1902; entre 1919 y 1941 hubo una comisión pro corsos que durante el año recaudaba fondos para la organización del evento; en la década del 50, para poder usar máscaras, disfraces o antifaces había que pedir un permiso en la comisaría local; y en la década del 80, el inicio y fin del coros era anunciado por el Municipio con una explosión, donde el encargado de hacer la detonación era el empleado “Pepito Tirabombas”, alias José Taruschi (¿O a caso era al revés?).