Chiqui gritó campeón en un gigante como Colo Colo: “La gente lo esperaba demasiado”
El bahiense Agustín Bouzat fue importante en la consagración del Cacique tras 5 años. Un repaso de sus días en Chile.
Por Mikel Iñurrategui / [email protected]
(Nota publicada en la edición impresa)
A pocos meses de llegar, Agustín Bouzat escribió su nombre en la historia de Colo Colo, siendo parte importante del equipo que se consagró campeón del torneo chileno luego de cuatro años.
Con un gol de Chiqui, el Cacique venció a Coquimbo por 2 a 0 y consiguió su 33ª estrella a falta de dos fechas del final, cortando con cuatro años de hegemonía de la Universidad Católica.
“Hacía mucho que el club no salía campeón y la gente lo esperaba demasiado”, le contó el bahiense a La Nueva., desde Chile.
“Quedamos afuera de la Copa Sudamericana y la Copa Chile y no importaba -agregó-, la gente sólo quería salir campeón del torneo local. Dentro del club también ese era el gran objetivo”, reconoció.
Desde su arribo, el jugador surgido en Liniers y con paso por Boca, Defensa y Justicia y Vélez, disputó 14 de los 16 partidos en los que estuvo disponible, siendo titular en 14.
“La verdad que me sorprendió el club, es como Boca en Argentina. La gente es muy fanática del equipo”, señaló Chiqui.
-¿Cómo tomás tanta repercusión, desde tu bajo perfil?
-Al principio es un poco chocante, porque a mi no me gusta mucho eso de salir y que me pidan fotos o videos. Sí lo entiendo si vamos con el club a algún lugar y es protocolar, pero después me cuesta salir y que alguien me pare y me pida algo. Un poquito me incomoda.
-¿Lo tomás como algo de ser parte de un club tan grande?
-Sí, sabemos que es lo que demanda el club. Nosotros cada vez que llegamos a entrenar tenemos gente esperándonos en el portón. Por ahí son los mismos toda la semana, pero ellos quieren estar ahí.
A Agustín le tocó llegar a un club con mucha conexión con su amado Liniers y donde se encontró con compañeros argentinos, el ex Olimpo Leonardo Gil entre otros, y un cuerpo técnico albiceleste encabezado por Gustavo Quinteros.
-¿Con qué equipo te encontraste?
-Lo que más me sorprendió del equipo en un principio fue lo bueno en la parte humana, es competitivo pero sano, muy solidario y muy respetuoso. Y eso se transporta a la cancha. Es un equipo maduro, porque la mayoría son jugadores con experiencia y esa jerarquía individual siempre aportó al colectivo. Porque vos podés tener muy buenos jugadores individualmente, pero si no aportan sus cosas para un funcionamiento general, que vaya de la mano con lo que pide el entrenador, se hace muy difícil. Y acá lo mejor que tiene el equipo creo que es que cada uno desde su individualidad, aportó lo que necesitaba el equipo en cada momento.
-¿Llegó a pesar ese deseo del club de ganar el campeonato?
-Creo que esta madurez que te digo nos hacía enfocarnos en el día a día. Si bien teníamos el objetivo a largo o mediano plazo, porque yo llegué con el torneo empezado, cada uno sabía que esto era día a día, se sentía ese ambiente. Que esto era entrenamiento, jugar, entrenar, esperar el partido que viene. Nunca pusimos el foco más lejos que eso, siempre pensando en el próximo partido, pensando que había que ganar para seguir arriba o estirar la ventaja. Nunca corrimos el foco de ahí y eso habla de un equipo maduro.
-Levantarse después de esas eliminaciones también habla del grupo.
-Sí, tal cual. Por eso esa madurez y esos jugadores de experiencias te permiten mantenerte fuerte en la derrota. Encima fue medio secuencial, primero la Sudamericana, al mes y medio la Copa Chile… y fueron golpes duros. Los referentes bajaron una línea clara y todos la seguimos. Después de la eliminación en la Sudamericana, Gaby Suazo dijo “Bueno muchachos, tenemos que salir campeones del torneo nacional tres o cuatro fechas antes del final”. Y eso era un objetivo para el que faltaban tres o cuatro meses, faltaban 15 fechas. Está bien el objetivo a largo plazo estaba, pero nunca vi a nadie desesperado o pensando en dar la vuelta antes de ganar el próximo partido y eso es muy importante.
Volver a ser campeón
Con su gen competitivo que lo caracteriza, Chiqui fue un ganador nato desde sus inicios en el fútbol, siendo parte fundamental de cada grupo que integró desde muy chico.
Además de sus títulos en categorías formativas, Agustín se dio el gusto de salir campeón de la Liga del Sur con Liniers, en una recordad final antes de irse a Boca, y desde su llegada al profesionalismo esta fue su primera estrella siendo parte clave del equipo.
“Es lindo… hacía rato que no me tocaba. Es lindo sobre todo compartirlo con la familia, porque ellos son los que están en los momentos más complicados y en el fútbol uno siempre pierde más de lo que gana, es una realidad. Y poder disfrutar, aunque sea un ratito de esa alegría, para mi es muy importante, pero también sé que es efímero. Porque ya nos van a pedir que ganemos el próximo partido”, admitió Bouzat, quien se dio el gusto de celebrar el título junto a los suyos tras el partido con O’Higgins (2 a 0) en la penúltima fecha del certamen y última como local.
-Imagino que lo viviste diferente aquel título con Liniers.
-Sí, uno va creciendo, generando nuevos pensamientos, nuevas experiencias y entiende como se mueve el fútbol. En el 2011 cuando salimos campeones con Liniers, era lo más importante de la vida para mí en ese momento y hoy lo veo desde una perspectiva distinta y entiendo que es parte de una vida deportiva. Hay veces que te toca ganar, la mayoría de las veces nos va a tocar perder, y no hablo de resultados sino de procesos.
-Haber hecho un gol en el partido que les dio el título, ¿fue una gran felicidad a nivel personal también?
-Sí, siempre lo digo, si hay algo en lo que me gustaría mejorar es en la llegada al área y en poder convertir mayor cantidad de goles. Pero tampoco es algo que me desespere. Muchas veces me quedo mirando como quedamos defensivamente cuando estamos atacando. Pero porque me gusta lo que es el juego colectivo, porque si el equipo jugó bien y ganó no me desespera no hacer un gol. También entiendo que en el fútbol de hoy, donde son tan importantes las estadísticas, requiere que un volante ofensivo tenga 6, 8 o 10 goles por temporada. Tengo que entender que hay una gran capacidad de mejora ahí, que es grande. Pero haber hecho ese gol en ese partido, que estaba un poco trabado, para mí es muy importante. Es lindo, es un mimo, me encantó hacerlo, sentirlo y disfrutarlo. Sé que es el inicio de algo que tengo que seguir mejorando y trabajando para aportarle un poco más al equipo desde ese lugar.
-Un poco volver a ser el Chiqui de los comienzos…
-Sí, obviamente. Cuando era un poco más desfachatado sin tanto… A ver… sin pensar tanto en lo que es el juego. Pero uno va creciendo y conociendo otras perspectivas, cambiando su manera de pensar y su personalidad y hoy eso me lleva a esta situación. Por ahí, el semestre que viene el equipo se equilibra de otra manera y yo interpreto que no tengo que defender y tengo otra capacidad goleadora, no sé. Hoy yo sentía que el equipo necesitaba ese rol de mí.
A pocos días de arribar a Chile, Agustín ya dejó su huella en un gigante del continente y va por más…
De Liniers a Colo Colo: “Es lindo ser parte de un legado”
Chiqui llegó a Colo Colo a préstamo desde Vélez (hasta fin de 2023) y se convirtió curiosamente en el cuarto jugador surgido en Liniers en llegar al Cacique, tras los pasos de Mauro Olivi, Claudio Graf y Ezequiel Miralles.
“Es lindo y un poco anecdótico, somos un montón, es bastante curioso. La verdad que es lindo seguir con ese legado, por llamarlo de alguna forma. Es lindo saber que otros jugadores de Liniers han estado acá y han dejado su huella, haciendo las cosas muy bien. Para mí es lindo y tiene ese sabor especial”, cerró Chiqui.
-Seguiste la campaña del equipo en el Federal A.
-Sí, contento. Todos los partidos que pude ver por horairo, los vi. Fue un año difícil, obviamente que estaba la adaptación a una categoría nueva, a otra infraestructura, a otro nivel futbolístico, siempre es difícil. Pero creo que se van acentando las bases para seguir creciendo y creo que el club tiene un potencial de crecimiento muy grande y creo que hay que encontrar bien el rumbo para seguir creciendo como equipo, futbolísticamente hablando, y como club también.