Un ex Olimpo se escapó del hospital para poder jugar la semifinal con su equipo
El hoy defensor de Instituto, que pelea el ascenso en la B Nacional, fue internado por un cuadro de apendicitis, pero cuando se enteró que lo tenían que operar, le dijo a su señora: “ni loco, juego el domingo”, y se fue. Sí, de película.
De película. En definitiva, lo demuestra tal cual es: loco, temperamental, con sentido de pertenencia.
Ezequiel Parnisari, con exitoso pasado en Olimpo, se escapó del hospital donde estaba internado para poder jugar el domingo la semifinal con Instituto, por el reducido de la Primera Nacional.
Según los medios cordobeses, Parni ha sido, sin lugar a dudas, uno de los grandes baluartes de la Gloria a lo largo de la temporada, donde finalizó segundo en la fase regular, puesto que le permite ahora buscar el ascenso en el Reducido.
Este domingo, el albirrojo afronta la primera semi ante Defensores de Belgrano, y no podrá contar con el ex defensor aurinegro por un cuadro repentino de apendicitis, que derivó en la intervención quirúrgica.
Antes de eso, hay una historia imperdible, contada por su señora, Pamela Andrada, en Instagram, donde aclara que Ezequiel “se escapó del hospital donde estaba internado” previo a la operación para extirparle el apéndice.
“El jueves vivimos una tarde más que loca. Escaparte de un sanatorio porque te dijeron que te tenían que operar del apéndice es de película. Sí, se escapó. Muchos pensarán que se escapó porque tenía miedo a la operación, pero no… ‘Tengo que jugar la semifinal, no me pueden operar’, me dijo. Yo no me equivoco cuando digo que estás loco”, escribió la mujer en sus redes.
“Si no volvés al sanatorio te buscamos con la Policía’. No te quedó otra que acomodar las cosas e ir a internarte”, destaca otro pasaje del mensaje.
“En el sanatorio te conocieron más por ser el que se escapó que por jugador de Instituto”, agregó Pamela.
La semana pasada el “Vikingo” estaba con vómitos y otros malestares. Al tener un dolor puntual en la zona del apéndice, desde el club le ordenaron que se dirija al Sanatorio Allende para que le realicen estudios.
Como el panorama no era del todo claro en el hospital, le ordenaron que vaya a comprar un frasco estéril para que le hagan un análisis de orina.
Lo cierto es que el jugador nunca volvió. Entendió que no eran necesarios esos análisis porque se sentía más o menos bien. Cuando lo llamaron para decirle que tenía que regresar para hacerse los estudios, fue y se los realizó.
Horas más tarde supo a fondo detalles de su cuadro, pero tampoco quería operarse sin hablar con los médicos del club. Allí fue cuando desde Instituto le dijeron que debía volver urgente al Allende y operarse sí o sí. Acorralado y sin opciones, Parnisari regresó al Sanatorio y pasó allí la noche del jueves.
El viernes al mediodía fue intervenido con éxito y se estima que dentro de 10 o 15 días podría volver a jugar.
Mientras tanto, los hinchas prenden velas para que el zaguero evolucione lo más rápido posible y se sume para las “finales” que quedan de acá a fin de año.