Bahía Blanca | Martes, 16 de abril

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Bolsillos flacos y tarjetas más caras golpean al comercio bahiense

Los negocios de la ciudad sufrirían  el deterioro del salario y la suba de los costos financieros.

  Por Francisco Rinaldi / frinaldi@lanueva.com

   De la mano de los mayores costos financieros y la suba de precios, las compras con tarjeta de crédito se desaceleraron fuertemente en septiembre de este año, y, de acuerdo con datos oficiales, subieron apenas un 2,6 por ciento, muy por debajo de la inflación del período, algo que ya estaría incidiendo en forma adversa sobre los comercios de la ciudad.

   El crecimiento interanual de las compras con dinero plástico llegó al 64,8%, y en este caso, tampoco alcanzó los niveles de la inflación del período (según el INDEC, el alza de precios fue del 83% entre septiembre de este año e igual mes de 2021), de forma que, en términos de cantidades, hubo una caída anual de las compras con tarjeta del orden del 10%.

   La pérdida del poder de compra de los salarios tampoco ayuda: en un año, la Remuneración promedio Imponible de los Trabajadores Registrados (RIPTE), la que está sujeta a aportes al sistema jubilatorio, subió 4,6%, por abajo del 6,6% de agosto. En términos interanuales, tampoco pudo contra la inflación.

   “Se vende menos porque falta de dinero en el bolsillo de los consumidores. La pandemia hizo que la gente recurriera más al comercio de cercanía por una cuestión de cuidados, y, una vez levantadas las restricciones, la costumbre se mantuvo. Sin embargo, hoy vemos como las ventas se están resintiendo en general, porque la gente no tiene dinero más que para lo elemental”, advirtió el referente local de la Cámara de Comercio, Martín Garmendia.

   Del lado del financiamiento, resúmenes más caros y límites crediticios que se superan cada vez más rápido por efectos de la inflación, tampoco ayudan.

   “La paulatina desaparición de las ofertas de cuotas “sin interés”, y el incremento del costo de los resúmenes, dan como resultado una caída de los saldos financiados. Además el incremento de precios, hace que los tarjetahabientes alcancen muy rápidamente los límites de crédito establecidos”, explicó Guillermo Barbero, Socio de First Capital Group.

   Pese a ello, las mesas repletas de las cervecerías y restaurantes de Bahía desafían las cifras estadísticas que, por cierto, y vale la pena recordarlo, son de fuentes oficiales y sectoriales.

   A su vez, los cambiantes hábitos de los consumidores, cada vez más “amigados” con las compras por Internet (el e-commerce muestra cifras de gran crecimiento en facturación), podrían llevar a concluir que los problemas del comercio de nuestra ciudad tienen  más que ver con cuestiones estructurales y que vinieron para quedarse, más allá de la problemática economía nacional.

   “El e-commerce no te salva. Lo único que ayuda es que la gente tenga más plata en el bolsillo. No hay otra. Y con respecto a las cervecerías llenas, las aspiraciones de los sectores medios, como la casa o el auto cero kilómetro, hoy son una quimera para una mayoría, de forma que salen a comer, porque saben que no pueden llegar a otra cosa”, reflexionó, para finalizar, Garmendia.