La limpieza sobre ruedas

Mario Minervino

mminervino@lanueva.com

Es periodista, ingeniero civil y docente de la Universidad Nacional del Sud en materias relacionadas con el Patrimonio arquitectónico y el planeamiento urbano. Ha publicado notas en revistas Vivienda, Todo es Historia, Obras & Protagonistas y Summa +. Participa en varios micros radiales referidos a la historia de Bahía Blanca. En dos ocasiones recibió primera mención por parte de ADEPA en el rubro Cultura e Historia.

Mario Minervino / mminervino@lanueva.com

   En octubre de 1937 el capataz Luciano García, encargado de supervisar la recolección de residuos de gran parte de la ciudad, abandonó la tracción a sangre para sumarse a la era de la máquina. Luego de varios meses de gestión su jefe y responsable del área de limpieza del municipio, Luis Tedesco, logró que la comuna adquiriese una moderna motocicleta y así mejorar las condiciones de trabajo, celeridad y seguridad para la tarea que desarrollaba García cada día.

   García debió tomar clases de manejo, atento a que el nuevo vehículo distaba mucho de su anterior medio de locomoción, un esforzado caballo que cada día lo acompañaba en su recorrida por Bella Vista, Villa Mitre, Villa Obrera, Noroeste, La Falda, Maldonado, San Martín, el mercado de  Abasto de calle Donado, el hospital Municipal, La Piedad y otros.

   Ya no debería detener su marcha en el bebedero de avenida Cerri y Brandsen para que el animal repusiera energías, sino que debía recorrer unos metros más para cargar combustible en la estación de servicio La Celina, de Corrientes y Brandsen.

   No hay precisiones sobre qué marca era la flamante moto, pero la fotografía publicada por este diario muestra cierta similitud con modelos de época de la mítica marca británica Norton.

   Ahí marchó entonces García, con la modernidad sobre ruedas a controlar la limpieza de los barrios, cambiando los cuatro cascos equinos por uno único, colocado en su cabeza.