Bahía Blanca | Jueves, 18 de abril

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Falta de drogas para terapia COVID: "El panorama sigue siendo muy malo", dijo Acrogliano

El secretario de Salud bahiense señaló que, si los privados siguen sin poder internar enfermos graves de coronavirus, el sistema público se va a sobrecargar.

Fotos: Archivo La Nueva.

   Valores que aumentaron en forma exorbitante, escasez generalizada de medicamentos, camas UTI que no pueden utilizarse para enfermos COVID y una probable sobrecarga del sistema público de salud, es el saldo en pasado, presente y futuro que está dejando en Bahía Blanca la falta de drogas sedantes para pacientes de terapia intensiva.

   Hace ya varios meses, desde la comuna se viene advirtiendo del faltante, pero no fue hasta hace algunas semanas que los hospitales pusieron el grito en el cielo, advirtiendo que –de no revertirse la situación- ya no podrían recibir más enfermos graves de coronavirus. Los apuntados eran los laboratorios y distribuidores, a quienes se les acusaba de estar efectuando una maniobra para subir el precio de sus productos; la excusa era la real demanda a nivel mundial que hay de estos productos debido a la pandemia.

   Si bien el Estado argentino medió entre las partes y se llegó a un acuerdo de precios, la realidad indica que este tipo de drogas sigue faltando. Es más, hace pocos días desde el Hospital Municipal se advirtió que la baja en la ocupación de camas UTI no se correspondía a una caída en la demanda, sino en la escasez de estos medicamentos.


Pablo Acrogliano, secretario de Salud municipal.
 

   Al respecto, el secretario de Salud de Bahía Blanca, Pablo Acrogliano, señaló que hoy en la ciudad faltan sedantes, curarizantes y heparinas de bajo peso molecular, los tres grupos de drogas que se utilizan –fundamentalmente- en terapia intensiva para relajar a los pacientes y que estén confortables en el momento de ingresarlos y de sacarles el respirador mecánico.

   “Este tema lo venimos planteando desde el año pasado. De una manera inmoral, los proveedores empezaron a incrementar los costos de los medicamentos exageradamente, aduciendo que como el estado es el principal comprador, no tienen provisión para el resto de los actores, básicamente refiriéndose a los privados”, dijo a “La Nueva.”.

   Además, reconoció que el acuerdo de precios y los listados de proveedores que realizó el ministerio de Salud buscando darle una solución al tema, terminaron fracasando.

   “Ahora estamos en una encrucijada porque los precios se han disparado arriba del 1.000 por 1.000 y hay escasez de este recurso. Por otro lado, si bien el ministro (de Salud bonaerense, Daniel) Gollan garantiza que los hospitales provinciales estén equipados y asistan a los municipales, el panorama sigue siendo muy malo”, advirtió.

   “En Bahía Blanca son ocho los efectores de salud que tenemos, no hay más, y necesitamos de esos ocho. Si se cierran unidades de terapia intensiva o centros de salud, se va a generar una sobrecarga del sistema público, que no va a poder tolerarla”, agregó.

   Acrogliano negó que las camas que no puedan utilizarse para enfermos graves COVID se encuentren ociosas, ya que se destinan a pacientes con otras patologías que no tienen tanta complejidad.

   “Los directores de las clínicas nos dicen que estas drogas se consiguen en cuentagotas, pero también es cierto que los privados están devastados financieramente porque no tienen ni precios claros ni posibilidad de previsión”, dijo.

   Por si fuera poco, continuó el funcionario, muchas de las empresas proveedoras no solo cobran precios exorbitantes, sino que a cambio piden la compra de otros medicamentos o productos.

   “Este es el momento de que alguien aparezca y tome el control sobre lo que está ocurriendo, sobre todo en este marco de pandemia. El estado tiene que mostrar su rol y canalizar las compras, para después distribuirlas en el resto de los actores de la salud”, finalizó.