Bahía Blanca | Viernes, 29 de marzo

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La gripe y la neumonía multiplican los riesgos de sufrir infarto y ACV

Estas enfermedades pueden reducirse considerablemente con la incorporación de vacunas, según las evidencias científicas. Los niveles de inmunización son bajos.

Las complicaciones graves se observan con mayor frecuencia en personas de más de 65 años, o en menores de 65 años con antecedentes.

   La gripe y la neumonía triplican el riesgo de sufrir un infarto y cuadriplican la posibilidad de un accidente cerebro vascular (ACV), enfermedades que “pueden reducirse considerablemente con la incorporación de vacunas”, indicó la Sociedad Argentina de Cardiología (SAC).

   La SAC indicó que, según trabajos epidemiológicos, “la infección por el virus de influenza (gripe) y la neumonía causada por la bacteria neumococo, triplican el riesgo de padecer un infarto agudo de miocardio durante los 7 a 10 días posteriores a la infección y cuadruplican la posibilidad de tener un ataque cerebrovascular entre los siguientes 15 a 20 días”.

   Sin embargo, señaló que “son bajos los niveles de inmunización, sobre todo en los adultos, pese a que están incluidas en el calendario nacional gratuito y obligatorio para los menores de 2 años, los mayores de 65 y todos aquellos entre 2 y 65 que presenten determinadas comorbilidades”.

   María Inés Sosa Liprandi, médica cardióloga del Área Corazón y Mujer y Coordinadora de Áreas de la SAC afirmó que “diferentes trabajos refieren tasas del 50% para la vacuna antigripal, menos del 25% para la de la neumonía y apenas 1 de cada 5 personas en ese grupo etario ha recibido ambas inmunizaciones. La evidencia científica es contundente, pero no terminamos de lograr que la comunidad se vacune”.

   “Las complicaciones graves asociadas a las infecciones respiratorias se observan con mayor frecuencia en personas de más de 65 años, o en menores de 65 años con antecedentes de enfermedad cardiovascular y también en individuos con factores de riesgo cardiovascular, como diabetes, obesidad, hipertensión cuando coexiste con otros factores de riesgo o tabaquismo”, añadió.

   Las infecciones respiratorias son la tercera causa de muerte en Argentina y el virus de influenza (infección de la gripe) y la bacteria responsable de la neumonía (el neumococo) circulan durante el año, pero presentan, en nuestro hemisferio, un rebrote -o mayor incidencia de su infección- desde abril y hasta comienzos de septiembre, informaron.

   Respecto de la posible interacción de las vacunas tradicionales con las indicadas para prevenir el coronavirus, José Picco sostuvo: “Si bien no existe evidencia y las recomendaciones están basadas en sugerencias de expertos, con el objetivo de observar la presencia de efectos adversos de ambas vacunas por separado, se recomienda diferir al menos 14 días.

   Por otro lado, “dada la circulación frecuente de algunas afirmaciones infundadas sobre aspectos referidos a la vacunación” desde la SAC desterraron algunos mitos al respecto.

   Subrayaron que no es mejor enfermarse que vacunarse para obtener inmunidad, ya que con la vacuna no se expone a la persona a las complicaciones inherentes a la infección; que la inoculación no contagia la enfermedad porque están fabricadas con fragmentos virales o por cultivos de virus inactivados que producen una activación del sistema inmune para generar defensas.

   Además, aseveraron que las vacunas no siempre tienen la misma protección ya que en el caso de las destinadas a la gripe, la formulación con los antígenos virales se modifica año a año y depende de las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud, lo que confiere una efectividad en general de alrededor del 60%. Cuando se trata de evitar una infección severa, la efectividad es del 82%.

Las vacunas y sus mitos

   1. La expresión “si me vacuno, no me voy a enfermar” es incorrecta. La intención de la vacunación es disminuir la gravedad de la enfermedad y la mortalidad.

   2. Desde el momento de la vacunación, hay un período de 15 días hasta la generación de defensas, durante el cual la persona puede ser vulnerable a la infección.

   3. Las vacunas no pueden provocar otras enfermedades. No hay evidencia científica de que la inoculación con cualquier tipo de vacuna genere otras patologías.

   4. En grupos donde se vacunó contra la gripe y la neumonía, se vio una muy baja de la incidencia de infarto agudo de miocardio y ACV posterior a la infección.