“Crecí, me formé y me voy a retirar en Villa Mitre, el club de mi vida”
Fabián Marcelo Dauwalder cumplió 200 encuentros en el plano nacional con la casaca tricolor, la única que defendió en sus 13 años de carrera como jugador de Primera división. Una historia de vida sentimentalmente arraigada a una institución, a un barrio y a una pasión que heredó al nacer.
Por Sergio Daniel Peyssé / [email protected] y [email protected]
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“Villa Mitre, Fútbol Menor e Infantil, a Fabián Dauwalder, en reconocimiento a sus 200 partidos en torneos nacionales para nuestro querido club”.
El defensor criado, formado y plenamente identificado con el pueblo tricolor trató de transformar en palabras las distintas imágenes que, en fracción de segundos, recorrieron su mente al momento de recibir la plaqueta que, más allá del significante dato estadístico, se encuentra sentimentalmente emparentada a su extensa trayectoria deportiva, siempre en la “Villa” de sus amores.
La recibió antes del cotejo frente a Cipolletti, el sábado pasado en El Fortín, y se la entregó un emblemático dirigente de la entidad, el hoy vicepresidente primero Daniel Rodríguez.
“No esperaba semejante reconocimiento, nadie me había dicho nada y no observé nada sospechoso en zona de vestuarios. Cuando salí del túnel hacia la cancha y me llamaron a un costado no entendía nada, aunque enseguida me di cuenta de que se trataba. Es un placer, un orgullo y algo hermoso recibir un presente a modo de agradecimiento, sobre todo para un jugador que es hincha y siempre jugó en el club”, sostuvo “Fabi”.
En realidad, el lateral-volante había llegado a las 200 presencias --en torneos que antes eran Argentinos y ahora son Federales-- una fecha antes de recibir al albinegro rionegrino, precisamente en el choque frente a Independiente de Chivilcoy, donde el conjunto dirigido por Carlos Mungo fue severamente perjudicado por el arbitraje.
“Es un premio que voy a guardar entre los tesoros más preciados que me dio el fútbol”, sostuvo el “Flaco”, que nació y creció en el barrio Villa Nueva, en calle Chiclana, a la vuelta del estadio villamitrense.
Plaqueta y casaca. Entrega el vice Daniel Rodríguez y espera para felicitarlo el presidente Juan La Rocca.
“A los 8 años arranqué en el escuelita del club y no paré hasta hoy”, aclaró Fabián mientras su hija Fiorella, de 4 abriles, correteaba a su alrededor pretendiendo sumarse al ida y vuelta de la entrevista.
Sin quemar etapas y como corresponde, pasó por infantiles, menores y debutó en la Primera del “trico” a los 16 años, gracias a la confianza del entrenador Fabián Ehulech, formador y hacedor de juveniles promesas de la entidad que supieron ganarse un lugar en algún que otro plantel profesional.
“No recuerdo ese primer partido en la categoría más alta de la Liga del Sur, pero sí lo que me dijo el Patón el día previo: `vas a jugar de 6´. Como ya estábamos salvados del descenso y también habíamos esquivado la Promoción, el equipo estuvo integrado por varios pibes y algunos jugadores que bajaron del Argentino A”, rememoró Dauwalder.
Ese cotejo al que hace mención se disputó el 18 de octubre de 2008, fue 0-0 entre Sansinena y Villa Mitre en General Daniel Cerri, y correspondió a la penúltima programación del cuadrangular permanencia del torneo Superior liguista.
—¿En que otros puestos jugaste?
—Me falta atajar o probar de delantero. Pasé por varias posiciones: de 3, de 4, de carrilero, de volante central, hasta de media punta... ¿Cuál elijo? Siempre rendí más de lateral, aunque me gustó mucho cuando Rubén Agüero me ubicó de 5 en un partido por Copa Argentina, ante Villa Congreso de Viedma (NdR: 10 de diciembre de 2013).
La perseverancia y el hecho de estar siempre a disposición de su amado Villa Mitre lo convirtieron en un referente, tal vez en un ídolo o un emblema de una barriada que le reconoce cada paso que da.
“No creo estar a la altura de ninguna de esas tres definiciones; y se me pone la piel de gallina con solo imaginar si hay alguien de Villa Mitre que piense eso de mi. Cuando juego, lo hago porque soy un apasionado del fútbol y un enamorado de los colores del club que me dio todo”, indicó Fabián.
“Que la gente valore mi esfuerzo y el hecho de no regalar nada dentro de la cancha no me convierten en un símbolo ni en un ser superior; soy siempre el mismo y el que me conoce sabe que no cambié ni voy a cambiar jamás”, deslizó en primera persona.
Más allá de sus 200 presencias en el plano nacional, el niño mimado del otro lado de la vía es el único futbolista en actividad con semejante vigencia (13 años ininterrumpidos en la elite) a nivel local, regional y Federal.
“Es lo que el hincha te reconoce por la calle. Valoran que no te hayas ido nunca y que siempre dejes la vida por Villa Mitre, aún en los peores momentos, cuando hubo que lucharla dentro y fuera de la cancha. En ese aspecto le estoy muy agradecido a los dirigentes, quienes confiaron en mi en cada proceso y en las variadas decisiones deportivas que se fueron tomando en este último tiempo”, señaló el mediocampista devenido a marcapunta.
—¿Qué otros elogios recibís del simpatizante tricolor?
—La gente que está a muerte con Villa Mitre te desea lo mejor, te transmite buenas energías y lo hace de corazón. Por lo general me felicitan, me alientan a seguir adelante, y entiendo ese mensaje porque yo pienso como ellos. A veces siento hasta un poco de vergüenza cuando el vecino, el almacenero o la maestra de la escuela me agradecen por un gol o una victoria; es como que me cuesta interpretar que es real.
“No me tienen nada que agradecer, juego porque me gusta y defiendo a esta camiseta con pasión y orgullo. En la vida y en el fútbol me manejo de la misma manera, y lucho por Villa Mitre en donde sea y contra quien sea. Al igual que los hinchas, quiero ver un club con ansias de progreso, al equipo en la B Nacional y a un barrio apoyando los proyectos que servirán para crecer edilicia y socialmente”.
Ser y parecer, esa es la idea
“Es el mejor momento de Villa Mitre a nivel institucional, por todo lo que se sigue haciendo y lo que está por venir. La gente trabaja sin parar y es impresionante el cambio evidenciado, para mejor por supuesto, en la sede y en el complejo”, contó con conocimiento de causa.
Y dio un ejemplo: “cuando empecé a ir al predio de calle Drago, en donde ahora está la terminal de ómnibus, sentíamos que era como estar en el mejor lugar del mundo, un lujo para nosotros, sin entrar en detalles y comparándolo con el que tenemos hoy y que es nuestro: un cinco estrellas con todas las comodidades”.
Y completó: “sería ideal ascender para estar a tono con el gran momento institucional. Es un deseo que tenemos todos, internamente sabemos que lo vamos a lograr”.
—La pregunta que replicó constantemente entre propios y extraños antes de iniciarse este Federal A 2021: ¿tienen más equipo ahora que en la edición pasada, o al revés?
—Este equipo es muy parejo al del campeonato anterior. Es cierto que llegaron jugadores con características diferentes a los que se fueron, pero seguimos manteniendo una buena armonía grupal y un entusiasmo generalizado por el objetivo central: llegar a la B Nacional.
“Queremos ser y sentirnos candidatos, y creo que en el partido ante Cipolletti lo demostramos”.
—Es cierto, ganaron con autoridad y mucho carácter.
—Sí, son las mismas características que distinguían al plantel del torneo pasado. Siempre fuimos un equipo competitivo, pero en el triunfo frente a Cipolletti cumplimos al pie de la letra lo que habíamos hablado y planificado en la semana: cortarle los circuitos de ataque al rival, respaldarnos entre nosotros y defendernos con la pelota lejos de nuestro arco.
“Cipolletti es un equipo muy parecido al nuestro: metedor, corredor y con mentalidad ganadora. Fue un partido muy duro, terminamos desgastados y todos machucados, pero con los tres puntos en el bolsillo y más arriba en la zona de clasificación”.
—Villa Mitre no especula, nunca sale a jugar pensando en “el punto”.
—Si queremos ascender tenemos que afrontar cada compromiso con la idea de pasar por arriba al adversario. Tomando recaudos, por supuesto, pero saliendo a buscar el gol y tratando de ser mejores futbolísticamente hablando.
— A los 29 años, ¿te ilusionás con jugar a otro nivel?
—Nunca le cierro las puertas a posibles propuestas. Mi ilusión es ascender con Villa Mitre, como cualquier chico que se enamoró del club cuando empezó a tener uso de razón, pero si llega una oferta para dar el salto de calidad la evaluaré; siento que puedo rendir a un nivel superior.
“En caso de que alguien me llame analizaré las variantes, el contexto futbolístico, el presente de Villa Mitre y de que manera se puede llegar a beneficiar la institución con una posible venta o un préstamo temporario”.
—Bochini jugó siempre en Independiente y es ídolo total.
—Ja, ja... Voy por el mismo camino. Hablando en serio, en caso de que me vaya del club, a jugar a otro lado, mi carrera va a terminar en Villa Mitre. Crecí, me formé y me voy a retirar en el club de mis amores. El último partido va a ser en El Fortín y con la tricolor, no tengo dudas de eso.
—En algún momento, ¿recibiste ofertas concretas como para emigrar?
—Sí, y no hace mucho. Cuando arrancó el 2021 tuve la chance de elegir entre dos clubes de la B Nacional, pero opté por lo que me pedía el corazón y decidí quedarme un año más en Villa Mitre, a pelear otra vez el ascenso, el que increíblemente se nos escapó en la edición pasada. Tengo sed de revancha, estoy con la sangre en el ojo, y este tiene que ser el año.
“En el 2018 mi representante (Néstor López) me ofreció ir a España o Italia porque existían algunas posibilidades en equipos de segunda división. Estuve a punto de hacerme el pasaporte y de pedir la doble ciudadanía por la nacionalidad de mi abuela (Adelia Sgaravato), que es italiana, pero una lesión en la rodilla me pinchó el globo y me bajonéo del todo. Hoy me encuentro bien, recuperé mi nivel, pero no estoy tan ilusionado como antes”.
¿En Olimpo?, "jamás”
Los distintos entrenadores que pasaron por Villa Mitre siempre lo han elegido. Estuvo en la consideración de todos más allá de haber sido titular o suplente. Por condiciones, por representatividad y por esmero, en definitiva las cualidades que distinguen a este aguerrido defensor o volante con buen manejo de balón y poder de gol.
“Creo que más allá de mis condiciones y mis características como jugador, me han elegido por las ganas, por el sacrificio y por el compromiso que siempre demostré con el club y en cada plantel que integré. Me mato en cada entrenamiento y jamás me enojé cuando me dijeron que no concentraba o que iba a ir al banco. Mucho tuvo que ver mi insistencia, el hecho de estar siempre al pie del cañón; creo que es lo que han notado los técnicos y es por eso que hoy sigo jugando”.
—¿Jugarías en Olimpo?
—No. Estoy identificado plenamente con Villa Mitre y sería una puñalada para la gente y para mi familia, que es del tricolor. También sería una traición a mi mismo.
—No me quedó claro: ¿defensor o volante?
—Me gusta jugar de volante, pero sé que rendí más como lateral. En los dos puestos me siento cómodo, pero de carrillero piso más el área contraria y me siento cerca del gol. Me es indistinta una posición o la otra, en serio lo digo.
—375 presencias en Villa Mitre y 37 goles: ¿qué tenés para decir?
—Que voy a llegar a los 400. En cuanto a los goles, hay uno especial, el que le convertí a Deportivo Madryn en El Fortín, en 2102 (mes de mayo). Ese partido se jugó en dos días distintos por un corte de luz. El arquero de ellos, Diego Luque, se atajó todo, pero yo le convertí la más difícil, picando la pelota desde afuera del área. Fue 1-1 acá y 0-2 allá, y quedamos eliminados en ese Argentino B.
Cerca de los 400
375
Presencias. De Fabián en Villa Mitre, a nivel local, regional y nacional. Es el tercer futbolista en la historia del club con mayor cantidad de cotejos disputados, detrás de Alejandro Hidalgo y Mario "Pelusa" Martínez.