Apuñaló a un hombre, estuvo prófugo y ahora es condenado
Agustín Antonio Rosello recibió una pena de 4 años de cárcel por un violento incidente que se registró a mediados de 2019 en la zona de Villa Delfina.
Luego de permanecer prófugo 5 meses, a principios del año pasado la Policía descubrió en Cabildo a un hombre acusado de apuñalar a otro durante un violento incidente registrado en nuestra ciudad, en la zona de Villa Delfina.
Agustín Antonio Rosello (31), apodado “Choro”, quedó detenido por las graves lesiones que le produjo a Sergio Oscar Jara, quien como consecuencia del ataque fue intervenido quirúrgicamente y estuvo internado en terapia intensiva.
En el marco de un juicio abreviado, realizado por el juez subrogante del Tribunal en lo Criminal Nº 3, Eugenio Casas, el procesado fue condenado a 4 años de prisión por el delito de tentativa de homicidio, además de ser declarado reincidente.
Para el magistrado quedó probado que el 25 de agosto de 2019, alrededor de las 11, en la calle Coronel Vidal, entre Misiones y Pedro Pico, Rosello le aplicó varios puntazos con un elemento cortante a Jara, tres de los cuales le causaron heridas de consideración.
Según los informes médicos, la víctima recibió dos lesiones en el antebrazo izquierdo y otra en el hemitórax. Como consecuencia de la última padeció neumotórax izquierdo y fue operado de urgencia.
"Vamos a boxear"
Además de la declaración de la víctima sobre la forma en que se produjo el ataque, otras tres personas pudieron describir lo sucedido.
Jara mencionó que conoce a Rosello desde chico y que el día de los hechos se dirigía junto a Cristian Acosta hacia un comercio de la zona.
Explicó que en esas circunstancias se cruzaron con el imputado y comenzaron a discutir, porque quería agredir a su amigo.
Admitió que lo enfrentó y le dijo “bueno, vamos a pelear, vamos a boxear”. La víctima agregó que “Chorosky”, como lo llamaba, se retiró aunque prometió volver.
Siguió diciendo que al regresar del negocio se cruzó nuevamente con el imputado, por lo que le pidió a su amigo que se fuera y él se quedó a “arreglar” la situación.
Se tomaron a golpes y en un momento, sin que se diera cuenta -según comentó-, el acusado extrajo un elemento punzante y lo comenzó a atacar.
“Me dio un puntazo en el brazo izquierdo y después me dio otros más, como 7 más, en distintas partes del cuerpo, panza y tórax y me perforó un pulmón. Ahí se quedó y me dijo 'la próxima te mato'”.
En el mismo sentido declaró Acosta, quien, si bien no observó la pelea, describió las circunstancias que desencadenaron el violento enfrentamiento.
Un relato fundamental fue el de un vecino de la zona que regresaba a su casa y pudo ver toda la secuencia.
Describió que tras una sucesión de empujones el sospechoso “realiza un movimiento, como sacando algo del bolsillo de su campera, y comienza a dar puñaladas contra Jara”.
Explicó que la situación lo atemorizó y se fue, encontrando a los pocos metros un patrullero, por lo que le hizo señas a los policías y les contó lo que había visto.
Una mujer, a través de la ventana de su casa, también pudo precisar detalles de la pelea y la forma en que Rosello apuñaló a la víctima con una “navaja o cuchillo” de “mango blanco”.
Un policía del Comando de Patrulla describió que a partir de los datos brindados por los testigos pudo localizar al presunto agresor en la zona de la calle Azurduy, a unos 200 metros del lugar del hecho, pero que el sujeto tomó por las vías del tren y lo perdió de vista.
Una hermana de Jara indicó que llegó al sitio luego de enterarse de lo sucedido y que el herido le manifestó, como pudo, que el procesado lo había atacado.
No quiso "lastimarlo mal"
El acusado declaró poco después de su arresto y admitió su intervención en el hecho, aunque dijo que extrajo la navaja que llevaba encima solo “para asustarlo”, ya que “nunca tuvo la intención de apuñalarlo para matarlo”.
Rosello relató que Jara “siempre anda con un cuchillo o algo” y que ese día, unas 3 horas antes del incidente, ya habían discutido.
Describió que se produjo un forcejeo, que la víctima se le tiró encima y en esas circunstancias lo lesionó, aunque sostuvo que “no tuvo intención de lastimarlo mal”.
También adujo que Jara “venía diciéndole desde hacía un par de fines de semana que lo iba a matar”.
“La versión expuesta por el imputado, en la que se coloca como la persona agredida, y en la que pretende hacer ver que las heridas se habrían generado en una situación de forcejeo, no se compadece con la prueba objetiva colectada”, refirió el juez Casas en la resolución.
En este sentido, el juez señaló el contenido de los informes médicos y las declaraciones de los testigos, quienes describen “una mecánica de los hechos que no se ajustan a la versión de Rosello”.
En definitiva, afirmó que no están dadas las condiciones para llevar a considerar la existencia de un caso de legítima defensa o, eventualmente, un exceso en la misma.