Bahía Blanca | Viernes, 29 de marzo

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“La utilización de paquetes tecnológicos le hace frente al cambio climático”

“Se producen menores emisiones de gases de efecto invernadero y un mayor secuestro de carbono en el sistema”, dijo el Ing. Agr. Juan Brihet, coordinador de Investigación y Prospectiva de la Bolsa de Cereales y técnico de la Red BPA.

Cosecha de trigo en el sudoeste bonaerense, en una escena de esta semana. / Fotos: Rodrigo García-La Nueva.

Guillermo D. Rueda / grueda@lanueva.com

   “El paquete tecnológico con siembra directa, en números promedio, logra disminuir un 90 % la erosión del suelo; un 70 % la pérdida de agua y hasta un 60 % el uso de combustibles fósiles. No es casual que en la Argentina, durante los últimos 10 años, se haya mantenido una adopción superior al 90 % del área sembrada”.

   Lo dijo el Ing. Agr. Juan Brihet, coordinador de Investigación y Prospectiva de la Bolsa de Cereales y técnico de la Red de Buenas Prácticas Agropecuarias (Red BPA), para agregar que, con 30 años de adopción creciente y sostenida, nuestro país es referente global sobre prácticas que reducen la erosión y mejoran la conservación de suelo.

Ing. Agr. Juan Brihet, coordinador de Investigación y Prospectiva de la Bolsa de Cereales y técnico de la Red BPA.

   “A esto se agregan otros dos pilares fundamentales: la rotación de cultivos y los cultivos de cobertura, o de servicios. En la última década ha mejorado notablemente el equilibrio entre gramíneas y oleaginosas, con los consecuentes impactos positivos que conlleva al sistema productivo”, sostuvo.

   También comentó que se ha multiplicado —por cinco— el porcentaje de productores que realizan cultivos de cobertura, los cuales proveen servicios ecosistémicos y mejoran el ciclo de los recursos (carbono, agua, nutrientes); disminuyen el uso de insumos externos y proveen una cobertura verde del suelo en gran parte del año.

“Las tecnologías de procesos han promovido una mayor eficiencia en el uso de los insumos, complementando los objetivos productivos bajo un concepto de mejora continua en el marco global”, afirmó.

   “Debe mencionarse, también, la incorporación creciente y sostenida de herramientas para agricultura de precisión durante gran parte de los últimos 20 años. Esto se ha reflejado tanto desde la industria, en cuanto a la oferta y a la comercialización de equipamientos, como desde el productor”, aseguró.

   Brihet señaló, por ejemplo, que el porcentaje de productores que realiza aplicación variable de insumos se ha duplicado en los últimos cinco años, lo cual implica una mayor eficiencia de uso y una menor utilización de productos, con un menor impacto ambiental.

   En la misma línea, la Argentina es referente en la adopción de biotecnología a nivel mundial, en cultivos como el maíz, la soja y el algodón. Los valores actuales superan, en todos los casos, el 95 % del área sembrada en esos cultivos.

   “El uso de estas herramientas, entre otros aspectos positivos, favorece notablemente la mitigación frente al cambio climático, por menores emisiones de gases de efecto invernadero y un mayor secuestro de carbono en el sistema”, explicó Brihet, en la web del Consejo Profesional de Ingeniería Agronómica (CPIA).

   “Repasando sólo algunos de los indicadores de las prácticas ambientales que se llevan adelante en la producción agrícola, vemos que la Argentina ha recorrido un largo camino en materia ambiental. Lejos de permanecer estáticos, el sistema productivo y sus actores han mantenido una adaptación clara a través de los años”, aseguró.

   “Sin embargo, hoy existen motivos locales y globales para reforzar el proceso de cambios y de mejoras, continuando con el compromiso de atender a los desafíos del desarrollo sostenible, sin descuidar ninguna de sus dimensiones: la social, la económica y la ambiental”, concluyó Brihet.