Bahía Blanca | Sabado, 18 de mayo

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"Mujeres a la Obra" : esperaban cerca de 40, pero se anotaron 300

La organizadora se sorprendió por la cantidad de inscriptas pero dijo: "A todas las une un firme propósito: las ganas de salir adelante por sus propios medios". Ellas necesitan visitar obras en construcción y un kit básico para empezar a trabajar, que entre todos podemos ayudar a comprarlo.

Laura Gregorietti

lgregorietti@lanueva.com

 

   Paola se quedó corta. Pensaba que se inscribirían 40 mujeres, como mucho, para el curso gratuito de albañilería, pero llegaron 300.

   "Al día de hoy quedan unas 250 aprendiendo, otras quedaron en el camino por algún tema puntual de salud o laborales, pero quedaron anotadas para el próximo curso. La verdad nos sorprendimos mucho con la repercusión del curso, nunca pensamos que habría tantas mujeres interesadas en progresar por sus propios medios y de ayudar al resto", destacó Paola Cejas, quien junto a su hermano están a cargo de la organización del curso.

   Las prácticas, según cuenta, se realizan en un salón de Villarino al 1300 que les prestan y con materiales en un merendero vecino.

   "Ellas compraron material y se está llenando columnas y encadenado. Estoy muy orgullosa de este grupo porque son mujeres que valen oro, con unas ganas tremendas de progresar. Y son muy compañeras, ya se están organizando para ir a la casa de las que están solas y necesitan construir, para ayudarse entre ellas.

   "Por estos días lo ideal sería que ellas puedan visitar grandes obras en construcción para que vean cómo es el proceso de obra. Desde la limpieza y replanteo, hasta la construcción. Además, estamos necesitando cemento, ladrillos, tablas para armar encofrado y otro de nuestros objetivos es que al finalizar el curso poder regalarle a cada una un kit básico de albañilería que incluye balde, cuchara y manguera nivel, que tiene un costo aproximado de 2.500 pesos cada uno, pero que estoy segura que entre todos podemos comprarlos o alguna empresa donarlos", dijo Paola.

   Para Marianela, de 40 años, el curso resulta fundamental para en algún momento encarar la construcción en un terreno familiar y más adelante, ayudar a quien lo necesite.

   " Además, me atrajo mucho la idea de que las prácticas se realizan en lugares que podemos ayudar al otro, devolviéndole a la sociedad un poco de lo que aprendemos. Si bien mi profesión -maestra del nivel inicial- está muy alejada de este oficio, me entusiasmó mucho el hecho de saber y entender cómo llevar adelante una construcción".

   Según Julieta, el curso es una excelente idea que llega para cerrar un ciclo de beneficio abierto a todas las partes.

   "Para nosotras, se convirtió en un gran aprendizaje por los conocimientos prácticos y teóricos que ofrece el curso y por otro lado, damos una ayuda a aquellas personas que necesitan hacer un arreglo o una terminación y no pueden afrontar estos gastos. También es un poco continuar con las habilidades y experiencias que mi papá me dejó, buscando que en el futuro me convierta en una persona independiente y autosuficiente".

   Nancy, de 49 años, está haciendo el curso porque cree en la igualdad de oportunidades.

   "La ayuda mutua, construir nuevos vínculos y proyectos laborales, proyectar y planificar una cooperativa de trabajo, para todas las personas con la misma voluntad es un sueño que se puede hacer realidad".

   Con 45 años, María Inés, cuenta que eligió capacitarse en albañilería, porque además de que le gusta, ve la oportunidad que le dan como mujer de integrarse a una profesión que era solo visible para los hombres.

   "Yo elijo capacitarme para poder después hacer los trabajos en casa y tener una salida laboral. Encontré un grupo de trabajo muy bueno con instructores que dedican el tiempo que no les sobra para que nosotros podamos hacer nuestros arreglos en casa sin depender de nadie. A todas las mujeres que conozco les cuento sobre el curso para que vean lo que somos capaces de hacer y dejar de pensar que por ser mujeres no podemos. Estoy muy feliz y agradecida".

   Rosa, de 63 años, busca poder hacer sus propios arreglos en casa y Marisa, de 50, quien está a cargo de 4 hijos, necesita arreglar la precaria vivienda que habita con sus chicos.

   "No tengo posibilidades económicas de contratar gente y este curso es una gran posibilidad no solo para hacer mis propios arreglos sino para una posible salida laboral . Muy agradecida por esta oportunidad".

   Carolina, también de 46 años, se decidió a hacer el curso porque vive sola con su hija y quieren ampliar su hogar.

   "No tengo quien me ayude y la mano de obra es cara, quiero aprender para poder hacer mis propios arreglos y ampliaciones".

   Paola cuenta que este curso es muy importante y que marca un comienzo para muchas mamás solas.

   "Tenemos una mamá que alquila que se le viene la casa abajo, y ella misma se puso a hacer sus arreglos, otra mamá sola aprendiendo y a otra chica, le van a ir a levantar la casa entre todas. Se cuentan sus historias y se ayudan entre ellas, las escuchás y te despiertan orgullo, son un grupo único", cerró Paola.

   Quienes deseen colaborar podrán llamar a Paola al 291 474-3365