Bahía Blanca | Viernes, 29 de marzo

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Y un día, Astor Piazzolla regresó a Bahía San Blas 

El genial músico era un apasionado de la villa y la pesca de tiburones, y estuvo allí en varias ocasiones en la década del 70.

La obra, inaugurada durante los festejos por el bicentenario de la villa, fue creada por el artista local Rafael Emilio Crivari. Fotos: Agencia Carmen de Patagones


Javier Cambarieri / Agencia Patagones

 

   A partir de una iniciativa de la biblioteca popular Alfonsina Storni, consensuada con el área de Cultura de la municipalidad de Patagones y en el marco de los festejos por el Bicentenario de la localidad, la figura del genial bandoneonista Astor Piazzolla se volvió a hacer presente en Bahía San Blas, con el descubrimiento de un monumento en su memoria, coincidiendo con el centenario de su nacimiento.

   Se trata de un bandoneón, realizado en cemento sobre una base de hierro, acompañado por una reseña del músico y los años en que visitaba el Paraíso de los Pescadores para cobrar grandes tiburones, una de sus pasiones. La obra fue creada por el artista local, Rafael Emilio Crivaro.

   Según el profesor y gestor cultural, Jorge Quiroga, secretario de la biblioteca, el monumento que recuerda a Astor Piazzolla en Bahía San Blas se debe a una gestión iniciada por la propia entidad.

   “Tiene que ver con que, en tiempos pasados, hemos recatado testimonios orales de vecinos de Bahía San Blas que habían conocido a Astor Piazzolla en la década del 70 cuando venía a pescar tiburones”, destacó.

   Aquellas declaraciones lo presentan al genial músico como un fanático de la pesca, algo que realizó en sus reiteradas visitas en la década de 1970.

   “Por ello, en el año del centenario de su nacimiento, queremos que el lugar lo registre y lo recuerde. A partir de ahí, hicimos una alianza estratégica con la dirección de Cultura, que nos asignó un espacio del boulevard Wasserman y dispuso la construcción del monumento que lo representa, que es un bandoneón y una breve reseña de su paso por la bahía”, aseveró.

 

Durante una de sus visitas a Bahía San Blas, Piazzolla escribió uno de sus tangos más conocidos, Escualo.

 

   Quiroga cuenta que en algunos de estos viajes estuvo acompañado por Amelita Baltar y Horacio Ferrer.

   “Los vecinos que lo conocieron, lo pintan como una persona muy parca, de muy pocas palabras, que se aislaba bastante ni la costa y se concentraba solo en la acción de pescar”, mientras que otras recuerdan haber compartido con él algunas celebraciones en el Paraíso de los Pescadores.

   El fanatismo de Piazzolla por la pesca de tiburones no es un secreto. Hace años, Amelita Baltar había contado que solían viajar a la costa de Patagones.

   "Allá por el 71, lo ayudé a sacar su primer tiburón. En realidad, fueron dos, ¡con una diferencia de 45 minutos!”, destacó.

   Baltar recordaba que "a ese lugar (por San Blas)” fueron, además, con sus madres y su hijo; “de hecho, hemos pasado alguna fiesta allí”.

   Contó que todo era muy austero y que sólo había un hotel súper sencillo (El Refugio, del club Jorge Newbery), con un baño en la esquina que tenía una ducha a kerosene.

   “A Astor le gustaba lo rústico; a mí, también. La gente de ahí le cocinaba lo que pescaba y comíamos pescado a morir. Astor le enseñó a pescar a mi hijo”, comentó.

   Según el periodista Ricardo Carlovich, uno de sus tangos más consagrados es Escualo, compuesto en el mismísimo Bahía San Blas por Piazzolla.

   “Viejos pobladores o sus familias aún guardan como reliquias fotografías del director y compositor junto a su esposa, en distintos lugares de San Blas. Incluso un documental recientemente estrenado, contiene imágenes fantásticas de él y sus acompañantes en el Paraíso de los Pescadores”, dijo.

   Su hijo, Daniel, también recordó que viajaban a San Blas en búsqueda de tiburones, y solo tiburones.

   “Siempre decía  que 'mientras yo pueda sacar un tiburón, puedo seguir tocando el bandoneón; el día que no tenga fuerzas para sacar un tiburón, no voy a poder seguir tocando'”,agregó.

   Eso es lo que pasó. Piazzolla enfermó en 1990 y no pudo tocar nunca más... Ni volver a San Blas a pescar sus queridos tiburones.

 

El autor, su obra y lo que se viene

 

Rafael Emilio Crivaro es un artista plástico de la Comarca, y fue el elegido para dejar la huella de Piazzolla en Bahía San Blas con una escultura.

“Estoy muy contento que nos invitaron a participar de este proyecto. Hicimos un bandoneón con una técnica de vaciado, en una base de hierro”, explicó.

“Me enteré de la historia de Piazzolla en este lugar cuando me invitaron a participar del proyecto y me puse a averiguar aún más. Seguramente en breve le vamos a agregar algunas cositas a esta escultura, como las notas musicales de un tema de Libertango”, destacó.