Bahía Blanca | Miércoles, 02 de julio

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Desde el rubro eventos proponen fiestas seguras en salones y en casitas

. Aseguran que unas 8.200 familias bahienses viven de las reuniones sociales y que se movilizarán para reclamar. También piden por una ley de emergencia para “poder salvarnos y trabajar”.

Fotos: Emanuel Briane - La Nueva

Sergio Prieta / [email protected]


   La pandemia por el coronavirus muestra, por estos días, su peor cara en la ciudad. Al crecimiento en la cantidad de contagios, se suman las empresas que se encuentran al borde de la quiebra por no estar habilitadas para funcionar y la crisis económica del país.

   “Ya no quedan ahorros para seguir manteniendo alquileres y pagando a los empleados. Estamos muy, pero muy complicados, y del rubro eventos depende muchísima gente”, dijo Guillermo Carranza, propietario de un salón de eventos ubicado en Pueyrredón al 200.

   En total se calcula que existen unos 450 salones que dependen tanto de privados como de sociedades de fomento y clubes que, alquilando esos espacios para casamientos, cumpleaños y otros festejos, le dan trabajo a unas 8.200 familias bahienses.



   A ellos se suman unas 45 casitas de fiesta infantiles, de las cuales 6 cerraron sus puertas durante la pandemia y, al menos 4, cambiaron de dueño porque sus anteriores propietarios no tenían dinero para poder subsistir.

   Desde hace varias semanas vienen planteando la idea de poder realizar “fiestas seguras” en sus lugares y, de esa manera, intentar neutralizar las que se realizan de manera clandestina en casas de familia.

   “La realidad nos demuestra que la gente se fue a la clandestinidad y que ese tipo de festejos sin protocolos genera muchas complicaciones”, sostuvo.

   “Por eso apelamos a poder quedar habilitados con todos los cuidados necesarios, entre ellos tomar la fiebre a los asistentes, repartir alcohol en gel, mantener una distancia y realizar la desinfección, hasta de los zapatos”, dijo.


   “Estamos convencidos de que el Estado debería tomarnos como una herramienta de control y cuidado, en lugar de vernos como lugares de peligro”.

   Hasta el momento, y como consecuencia de la paralización del rubro, se ven afectados discjockeys, que han tenido que vender sus equipos, y hasta personas que suelen alquilar vajilla, hornos, chefs, mozos y hasta decoradores de salones y fotógrafos.

   Similar fue la opinión de Noelia Ortiz, vinculada a las fiestas para chicos. “Trabajamos por última vez en diciembre, ya que en enero y en febrero la gente no suele organizar eventos”, sostuvo.

   “Cuando la actividad se ponía en marcha nuevamente en marzo, pasó todo esto y quedamos a la deriva”, contó.

   En las últimas semanas mantuvieron varias reuniones con la Comisión de Reactivación del Concejo Deliberante e, incluso, presentaron un protocolo similar al de los gastronómicos, aunque con el aumento de casos positivos en Bahía Blanca todo quedó en la nada y no se habilitaron nuevas actividades.


 
    “Estamos viviendo con una incertidumbre y un cuadro muy grave de sobrellevar”, señaló.

   “Al mismo tiempo que se nos permita trabajar, necesitamos que se declare una ley de emergencia económica a nivel nacional que nos permita subsistir, porque en todo este tiempo seguimos pagando facturas de gas, luz, alquiler y sueldos”, contó Ortiz.

   Para finalizar, contó que planean realizar una manifestación en los próximos días para visibilizar las dificultades y obtener algunas respuestas sobre el futuro.