Bahía Blanca | Jueves, 25 de abril

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Migración sostenible: ¿Cuál es la opinión de los jefes comunales de la zona?

Si bien están de acuerdo con la propuesta de la Fundación Es Vicis y se muestran abiertos al debate, marcan algunas complejidades respecto de la articulación entre los actores.

La localidad de Indio Rico, en el distrito pringlense. Está a 57 kilómetros de la cabecera y a 68 de Tres Arroyos. / Fotos: Archivo La Nueva.

Guillermo D. Rueda / grueda@lanueva.com

   “¿Si este es el momento? El momento es cuando los temas se empiezan a plantear y se ponen en la agenda pública. En realidad, la oportunidad perfecta no existe”.

   Para el jefe comunal de Coronel Pringles, Lisandro Matzkin, el proyecto sobre migración sostenible de la Fundación Es Vicis, que este medio presentó el último sábado 27, reúne todas las condiciones para potenciarse; incluso, como consecuencia de la pandemia.

   “Nosotros observamos a pringlenses que se han ido a grandes ciudades, estudiaron, se profesionalizaron y, tras 10 o 15 años, planean volver con sus familias”, dijo.

  “No lo tenemos mensurado porque no hay estadísticas, pero lo apreciamos en la demanda de viviendas, por ejemplo. Y a intendentes de distritos vecinos les pasa lo mismo; ya lo hemos hablado”, sostuvo Matzkin.

Lisandro Matzkin, jefe comunal de Pringles.

   “Por la pandemia son muchos los profesionales que trabajan home office. Eso se ha comprobado. Y entiendo que quien lo pueda seguir haciendo a distancia elegirá lugares más tranquilos para vivir”, afirmó.

   Es Vicis desarrolló el proyecto denominado Bienvenidos a mi pueblo en Colonia Belgrano, una localidad santafesina de 1.300 habitantes ubicada a 100 kilómetros de la capital Santa Fe y a 150 kms. de Rosario. Allí, desde hace tres años 17 familias están concretando la primera experiencia mundial de la fundación suiza, que ha generado 23 nuevos negocios y emprendimientos de bienes y servicios. En solo un año, el 70 % de esas nuevas familias incrementó un 40 % sus ingresos y la población aumentó el 10 %.

   Básicamente, se alienta la migración sostenible de familias desfavorecidas por la dinámica de urbanización descontrolada hacia localidades rurales con potencial de desarrollo social y económico.

   Matzkin comentó, en diálogo con La Nueva., que se trata de un plan interesante pero, al mismo tiempo, complejo, porque requiere de la articulación de muchos actores, desde la fundación misma hasta el municipio, la provincia y la Nación.

   “En Pringles tenemos comunidades que podrían revivir de este modo. Aunque la complejidad se da también porque, especialmente hoy, se piensa en el corto plazo y estos programas se planean en el largo por las provisiones de fondos y demás”, explicó.

   El intendente Matzkin indicó que la localidad de Indio Rico es una de las que reúne características ideales para el proyecto.

El proyecto de la fundación Es Vicis alienta la migración sostenible de familias desfavorecidas por la dinámica de urbanización descontrolada hacia localidades rurales con potencial de desarrollo social y económico.

   “Hace 40 años tenía tres mil y pico de habitantes; hoy ronda los 1.000. Indio Rico es una comunidad que tiene toda la infraestructura urbana como para crecer, buena calidad de vida y está en un punto estratégico entre Tres Arroyos y Pringles, pero cuesta mucho encontrar gente que le interese ir”, sostuvo.

   Matzkin también aludió a cuestiones que el mismo programa contempla como barreras a superar.

   “Si bien Indio Rico, por ejemplo, podría recibir familias, la misma comunidad tendrá que generar no sólo las condiciones puntuales de habitabilidad, sino las sociales de asimilación de la gente que llegaría de centros urbanos”, admitió.

   El funcionario recordó que, recientemente, en Indio Rico se radicaron dos médicos (uno de Bahía Blanca y otro de La Plata) con sus respectivas familias y que hoy se muestran felices allí.

   “Pero es una pequeña escala. Diferente es cuando se trata de 30 o 50 familias, ya que se necesitará de un consenso social porque podría cambiar la vida y hasta la idiosincrasia del lugar. La comunidad deber ser proactiva en ese sentido”, aseveró Matzkin.

   Para Facundo Castelli, jefe comunal de Puan, el proyecto es interesante.

Facundo Castelli, intendente municipal de Puan.

   “Creo que es factible para desarrollar en nuestro distrito. Tenemos ocho localidades y hay capacidad como para que se instale gente en cualquiera de ellas”, indicó.

   “En Erize estuvimos trabajando en algo semejante en algún momento. Pero se podría sumar a 17 de Agosto, a Felipe Solá, a Bordenave o a Azopardo”, detalló.

   “Salvo nuestras dos principales localidades (Puan y Darregueira), más Villa Iris, que hoy debe rondar los 2.000 habitantes, en el resto hay margen para debatir sobre estas inquietudes”, sostuvo.

   Castelli también comentó que, claramente, la pandemia está acelerando migraciones hacia lugares más pequeños.

   “Hacer una cuarentena en una gran ciudad es muy distinto respecto de lo que pasa en nuestro lugar, que se caracteriza por ofrecer calidad de vida. El momento es oportuno”, dijo.

   “Otro aspecto que apreciamos es que las comunicaciones a través de internet hacen que, hoy, todo esté al alcance de todos, por lo que ya no existe ese obstáculo para mudarse”, aseguró Castelli.

   “Estos son los debates que me gustan, en especial porque nacen de experiencias que ya están en marcha en forma exitosa”, señaló José Luis Zara, intendente de Patagones.

   “Entiendo que, con la excepción de la cabecera, el resto de nuestras localidades están en condiciones para asimilar un programa de este tipo”, agregó.

   Zara citó a Bahía San Blas como un claro ejemplo de desarrollo.

José Luis Zara, jefe comunal de Patagones.

   “Creció en forma muy importante en los últimos años y, hoy, tiene unos 1.500 habitantes permanentes. Está a punto de igualar a Stroeder en este sentido”, contó.

   “Se trata de gente que vino a buscar tranquilidad y a potenciar el turismo con inversiones (de cabañas, por ejemplo). Son de Córdoba, de Santa Fe y de Buenos Aires. Está claro que llegaron con un proyecto de vida a través del trabajo, algo que nos cuesta lograr para otros lugares”, expresó.

   Zara citó también el caso de Stroeder, de donde es oriundo.

   “A veces nos falta el Estado presente. Por ejemplo, si querés invertir y no tenés créditos accesibles es muy difícil arrancar. En Stroeder hay una carpintería de aluminio (NdR: Luga) que trabaja para todo el país, mucho más que para el partido de Patagones. Y se armó en una localidad pequeña, desde muy abajo. Cuando hay voluntad se pueden hacer muchas cosas, pero no podés arrancar de cero”, admitió.

Ver: ¿Se puede aplicar el proyecto de migración sostenible en nuestra región?

   También dijo Zara que los pueblos van desapareciendo y que ellos siempre están atentos a las oportunidades para revertir ese proceso.

   “Apuntamos siempre a eso, especialmente en la zona de secano: Stroeder, J.B. Casás o Cardenal Cagliero. Son localidades que, en su momento, tuvieron muchas familias, pero hoy sólo son unas 50 personas”, contó.

   “En la vereda de enfrente tenemos a Villalonga o Juan A. Pradere, pero porque se encuentran en una zona productiva de riego”, afirmó el jefe comunal.

  Para Raúl Reyes, intendente de Coronel Dorrego, en tiempos de pandemia las localidades con poca densidad poblacional son más valoradas aún, ya que el aislamiento o el distanciamiento no tienen tantos efectos negativos sobre la vida de las personas.

   “Dorrego cuenta con localidades en las cuales este proyecto podría ser viable”, indicó.

Raúl Reyes, intendente de Coronel Dorrego.

   “Tienen buena conectividad, acceso asfaltado a rutas, disponibilidad de lotes y servicios de infraestructura, de salud, de seguridad  y educativos”, agregó.

   “Del mismo modo, existe una calidad de vida que conserva los movimientos propios de la vida rural, con una cercanía a localidades turísticas. También hay poca distancia respecto de las grandes poblaciones, que ofrecen otras posibilidades de educación superior, un puerto, aeropuerto y centros de salud de mayor complejidad”, comentó Reyes, en diálogo con La Nueva.

Argentina, la mochila más pesada

Por Tomás Loewy (*)

Contexto

   La alta concentración en grandes ciudades es un problema global. Especialmente por el impacto ambiental, pero también por la salud y la seguridad. Argentina ostenta el récord de ser el país con mayor concentración y polarización de habitantes.

   En el mundo, la población urbana-rural llegó a un equilibrio en 2008 y los pronósticos actuales de urbanización se cumplirán —en un 90 %— en regiones subdesarrollados: Asia, África y América Latina. Queda claro que el crecimiento de ciudades y mega ciudades ya no es —necesariamente— un indicador de progreso.

   Muchos esfuerzos de grandes corporaciones quieren instalar “soluciones” como “ciudades inteligentes” o “agricultura climáticamente inteligente”, pero la sostenibilidad es otra cosa. El Covid-19, como externalidad positiva, se encargó de desmitificar muchas cosas poniendo blanco sobre negro, y viceversa. Ahora también sabemos que los niveles de irracionalidad humana conforman una pandemia mucho más grave que la del propio virus.

Ing. Agr. Tomás Loewy.

Diagnóstico

   El rol de la distribución humana, aunque frecuentemente soslayado, es un punto decisivo de los modelos de desarrollo. En Argentina, precisamente, el problema estructural más determinante es su alta distorsión geodemográfica.

   La gravedad del punto se refleja en los siguientes números: 93 % de la población tiene residencia urbana; un tercio del total de habitantes se localiza en el 0,1 % de la superficie; un 50 % del conjunto se radica en un 10 % del territorio nacional y una sola provincia (de 24) cuenta con el 40 % de la población, en el 8 % del país. Hay otras limitantes, pero estos guarismos ejemplifican el alto grado de inviabilidad que padecemos.

Soluciones

   Los emprendimientos, como el de la Fundación Es Vicis, son muy apreciados y auspiciosos. La consigna “migración sostenible” es apropiada, porque los objetivos validan ampliamente esta calificación. En Argentina, sin embargo, vamos a necesitar bastante más para alcanzar soluciones consistentes.

   Estos temas trascendentales, hoy están sufriendo —por acción y omisión— un negacionismo brutal. Culturalmente, es preciso generar horizontes de futuro, visibilizando demandas ocultas y participación ciudadana. Sólo partiendo de una cierta identidad-país será posible pensar en un proyecto nacional enfocado en transformar nuestro territorio y nuestro paisaje.

   En esa línea, la primera política de Estado debe ser la de ordenamiento territorial, luego acompañada de multifuncionalidad agrícola y educación ambiental. Otras medidas también ayudarían a una gran descentralización y desconcentración, como el desplazamiento de la Capital Federal y la racionalización de la mega provincia de Buenos Aires. La estrategia general debe centrarse en una gradual transformación del complejo agroalimentario, promoviendo una sostenibilidad sistémica en sus unidades productivas.

(*).  Bonaerense de Colonia Lapin (Adolfo Alsina), Tomás Loewy es ingeniero agrónomo del INTA Bordenave (1973-2011) e investigador en desarrollo rural y en sociología.