Bahía Blanca | Viernes, 19 de abril

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La pospandemia y la nueva provincia de Buenos Aires Sur con capital en Bahía Blanca

Hacia un nuevo Pacto de Unión Nacional.

Por Enrique Morad *

   La post pandemia trae una nueva oportunidad de asumir una realidad llena de oportunidades para Bahía Blanca y su región. 

   El drama del coronavirus acreditó la dificultad de administrar la Provincia de Buenos Aires con su actual organización política. 

   El interior bonaerense, una vez más, debió ceder sus propias necesidades frente a las urgencias del conurbano y su difícil articulación con la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

   Buenos Aires necesita ser mirada a largo plazo y reordenado su territorio para mejorar la condición de vida de sus habitantes. Se trata de seguir avanzando como se lo fue haciendo progresivamente, desde la colonia hasta 1994, cuando por razones que no viene al caso analizar ahora se interrumpió la modernización administrativa que impulsaba la reforma constitucional de ese año. Las consecuencias están a la vista.

   Recupera actualidad la constante predica del fundador de este diario, Don Enrique Julio, sintetizado en el proyecto de “La Nueva Provincia” por el ingeniero y geógrafo Carlos de Chapeaurouge y sobre todo en el proyecto de ley del Senador y ex Presidente Carlos Pellegrini, aprobado en el Senado en julio de 1900 y que luego quedo estancado en la Cámara de Diputados, lo mismo que paso con la iniciativa de 1904 del Diputado José Inocencio Arias, que tampoco logro trascender. 

   La Provincia de Buenos Aires tal como está organizada políticamente constituye un obstáculo estructural al desarrollo económico y social de la Argentina. Sus características siguen estando: enorme extensión geográfica con inacabable potencialidad productiva; extraordinarios litorales fluviales y atlántico, abundancia de agua, benignidad del clima, puertos y complejos de industria pesada y agroindustriales, todo lo que atrajo y continúa atrayendo población desde los confines del mundo, de otras provincias y de países hermanos hasta sumar los casi 18 millones de habitantes actuales, todo está.

   Solo que reclamando una actualización integral que supere lo que ha ido quedando anacrónico, desordenado, superpuesto. Enormes oportunidades desperdiciadas, porque las autoridades deben atender las emergencias. Y sin embargo, se constata un resultado de tremenda pobreza material. Inaudita, intolerable, injusta, que elimina cualquier horizonte de superación y que si previa a la pandemia llegaba casi al 40 % de la población ¡habrá que ver dónde acaba después de ella!  

   Lo dramático de esta situación consume todo el tiempo de sus gobernantes, que aun con la mejor voluntad van siempre por detrás de las urgencias. Y no alcanzan a atender con eficacia las necesidades del interior provincial. Ni que decir de planificar el desarrollo de los siguientes diez o quince años.

   Por eso repensar integralmente las funciones administrativas, digitalizar y transparentar las nuevas gestiones, integrar en paridad hombres y mujeres en todos los sistemas y sobre todo, reordenar su contribución el PB nacional y la coparticipación de ingresos federales. Todo los cuales son para Buenos Aires temas pendientes y de urgente abordaje. 

   Hace algunos meses con Jorge Colina presentamos un trabajo para discutir con madurez la división de Buenos Aires en cinco provincias: tres en el interior y dos en el conurbano. Esa será también la oportunidad para digitalizar, reorganizar y simplificar la administración pública, así como adoptar el mecanismo de regiones que prevé el art. 124 de la Constitución Nacional, hoy desperdiciado. 

   Bahía Blanca debe de ser la capital de  Buenos Aires del Sur por sus antecedentes históricos, su actual realidad y sobre todo, por su extraordinario potencial. 

   Los legisladores provinciales deberán dictar una ley en La Plata para dividir su territorio, cediéndolo a las nuevas y organizando la transferencia de las funciones respectivas. Así lo disponen la constitución nacional y la provincial.  

   Quedarían aproximadamente así:

   *Buenos Aires del Norte, con Capital en San Nicolás de los Arroyos, una superficie de 78.000 kms² —compara con Entre Ríos—- unos dos millones de habitantes y una densidad de 26 hab/km².

   *Buenos Aires Atlántica, con Capital en Mar del Plata,  superficie de 67.000 kms², 1,2 millones de habitantes y una densidad poblacional de 17 habitantes por km², y 

   *Buenos Aires del Sur, con capital en Bahía Blanca, superficie de 152.000 kms² y densidad de 9 habitantes por km².

   Las nuevas provincias por sus dimensiones, población y densidad comparan con Salta, Entre Ríos o Corrientes. O sea, en el promedio de las actuales provincias argentinas. Y deberán tener su respectivo gobernador, legislaturas unicamerales y tres senadores nacionales. Con lo que recuperan su voz federal para opinar en los temas nacionales a la vez que pueden enfocar con una mucha mayor precisión en los problemas locales.

   Proponemos organizarlas también en una Región Buenos Aires, que unifique las temáticas que prevé la Constitución Nacional. 

   Por otra parte proponemos dividir el conurbano en dos provincias de parecidas dimensiones. Una, llamada Provincia de Luján y la otra Provincia de La Plata. Cada una de alrededor de  6.000.000 de habitantes. Y tendrían sus respectivos gobernadores, legislaturas unicamerales y tres senadores nacionales. Ambas serían la primera y segunda provincias más pobladas de la Argentina.  Y, sumando la CABA, con sus tres millones de habitantes, en los mismo términos del art. 124 de la Constitución con ellas se organizaría la Región Urbana Federal. En ella el planeamiento logístico incluye a 15 millones de personas.

   Hay una enorme oportunidad para en la ocasión optimizar y reducir los gastos de la administración y la política. Por otra parte, una mayor precisión facilitara un más fecundo federalismo a la hora de pensar las soluciones a los diferentes problemas. 

   En las actuales condiciones Buenos Aires no puede ser gobernada con eficacia y además está muy seriamente subrepresentada en el Senado de la Nación. 

   La legislatura bonaerense tiene una extraordinaria oportunidad para encabezar la reflexión política y generar un nuevo Pacto de Unión Nacional, poniendo la descentralización y el bienestar de los bonaerenses en el eje de las soluciones. 

   Hay antecedentes históricos de gran valor para considerar. Cuando en 1859 Urquiza venció por segunda vez al gobernador de Buenos Aires (a Mitre en Cepeda; en 1852 había vencido a Rosas) bajo la insistencia de Juan Bautista Alberdi no busco derrotarlo políticamente sino que con grandeza y mirada estratégica le tendió la mano y lo llevo a negociar lo que fue el Pacto de San José de Flores para de ese modo consolidar la Unión Nacional, interrumpiendo el proceso de perdidas territoriales que desde la caída del Virreinato venía sufriendo su territorio y así dar forma definitiva a la República Argentina que hoy tenemos. 

   Ojalá el drama de esta pandemia inspire a los legisladores a pensar en soluciones audaces y eficientes para conseguir un bien común más extenso para los bonaerenses. Y ojala los ciudadanos responsables hagamos posible un nuevo tiempo de audacia generosa, trabajo arduo y concordia social que nos incluya a todos. 

*Abogado, dirigente empresario y social. Ex Director del Banco de Boston, de Loma Negra y de Llorente y Cuenca Argentina. Ex Presidente del Grupo de Fundaciones y Empresas (GDFE). Entre 2016 y 2019 asesor del Banco de la Provincia y miembro del Consejo de Administración de su Fundación.